hoy estoy resfriado.
creo que cada vez me importa menos dar con una metáfora para decir lo que quiero decir,
digo, ahora hay un cuarto junto al mío
recién pintado, con alfombra nueva
y el eco es devastador.
hoy no estoy solo, pero sé que mañana si lo voy a estar.
ahora tengo acidez en cada trago de saliva que doy
y no sé si es por tomar cada vaso de agua ahogando un cigarrillo en el
o por si ya mis órganos están fallando.
un balde de amoniaco
un espacio dispuesto para más intensidad
desvestir el poema y exhibirlo como lo que es
un bloc de notas en una computadora vieja de alguien que no sabe que hacer con su vida.
hoy vacié tres veces el cenicero
las yemas de mis dedos dibujan un color que no existe, pero que se amalgama a la perfección con el amarillo y el negro,
entre las cenizas escribo mi epitafio, para borrarlo una y otra vez.
los días me parecen muy hostiles y las noches demasiado desafiantes
no tengo el coraje para pararme bajo un poste de luz intermitente,
no tengo el coraje necesario para levantarle la mano en señal de protesta a un auto que hace una mala maniobra
no tengo el coraje suficiente para decirme a mi mismo que todo está yendo mal.
pero todo está yendo bien.
la alfombra guarda celosamente cada gota de sangre que derramé
mis brazos el resto.
mis voces son constantemente interrumpidas por los brotes de aire tóxico que emano
nadie necesita de mi palabra, lo que es adecuado.
aprieto espacio en el teclado
a más distancia del margen parece que todo lo que diga va a ser más profundo, que va a tener más sentido.
pero no me va a dar una solución.
pero todo está yendo bien.
un auto está chocando a seis cuadras de mi casa,
la humedad se come los engranajes
el motor se ahoga sin escupir ceniza.
trago agua destilada, escupo el cáncer que me tendría que haber comido vivo.
sigue siendo verano.
sigo escribiendo lo mismo.
sigo repitiéndome.
sigo tratando de darme sentido, de dar sentido a lo que escribo.
sigo escribiendo redundancias.
dar conciencia de lo que hago no me va a ser mejor escritor
escribir de madrugada no hace un poema más sentido
ver tu documento nacional de identidad tirado en el suelo entre colillas de cigarrillos no te hace más perturbado
aquejado,
me parece una palabra graciosa
y no, evadir el hilo principal no te hace innovador.
solo pospone gritar lo inevitable,
que aunque me gustaría saber de que se trata,
hasta el día de la fecha sigo haciéndome el idiota.
aún pierdo de cuenta las veces que traté de adivinar que es lo que iba deparar el mañana
pero cada vez que despertaba
yo estaba acá dentro.
el mañana ahí afuera.
y no hay coraje suficiente que me haga tener el valor de enfrentarme a todo lo que no puedo controlar.
pero todo está yendo bien.
entre mis brazos puedo ver las horas,
los dedos apretándose la cara.
la vista hacia abajo se me nubla cada vez más,
mis pies se están poniendo cada vez más blancos
los dedos aprietan mi cuello,
le pegan a la mesa
y se esconden tras la nuca.
es deber dormirme con cinco botellas atravesadas a la garganta.
mañana mi cama va a ser un desastre, pero voy a estar mejor.
mi esófago calcinado
me va a devolver todo lo que le di.
mi baño se va a tapar.
toda mi casa inundada.
pero todo está yendo bien.
todo está yendo bien.