el aire seco,
la compresión del transporte público.
los reflejos de las luces de la calle
exhiben colecciones de rostros exhaustos
¿qué tan lejos tiene que ser para ser lejos?
la próxima parada no es la mía,
aunque bien podría serlo.
en un vidrio empañado intento dibujar a quienes están afuera:
los rostros son garabatos
(porque)
las facciones son difíciles
(porque)
las emociones gesticulan distinto
(porque)
(¿por qué?)
(¿por qué aun no llego?)
II
atesoro los recuerdos que aun son míos entre la parcela donde el ganado deja el pasto crecer alto por temor a algo que no conocen
que no entienden
y que yo tampoco conozco, ni entiendo
pero que tampoco me importa.
III
las orquestas del cansancio
la tos crónica,
los músculos pesados
a pesar de haber pasado todo el dia en cama.
el techo
que peca de pudor ante mi mirada.
ahora no sé donde posar los ojos.
afuera está oscuro y temo no volver a ver nunca más si me pierdo tratando de descifrar algo que no está ahí
ladran los perros del barrio
alertando de un peligro hipotético,
escucho hojas quebrarse al caer.
sé que hay algo acá
pero no lo encuentro.
IV
las poesías a la mediocridad
ó
la mediocridad de las poesías
V
llevo cuenta de los intentos en vano por mantener el significado de lo que decimos
lo que dejaste
habita dentro de una presencia que perdí hace tiempo
y que me encuentro cada tanto,
pero decido ignorar.
las palabras significan todo, como no significan nada
decir, quedarse callado
resultan similares en este escenario
ver mi propia sombra,
deja en evidencia que los errores que cometí son incorregibles
y que lo que digo no vale nada
más allá de eso
escribo para no terminar de pudrirme por dentro.
VI
modelo a escala de una playa vacía
el fuego entre las olas
como un atardecer que nos sobrepasa
y advierte de la noche inmensa
y la ausencia de las estrellas
hacen que luciérnagas de filamentos rotos tengan que trabajar
enseñándonos un camino entre intermitencias
que no lleva a ningún lado.
el verano perdido.
VII
el llanto colectivo a un tono de espera de una línea de ventas infomerciales
el párpado abierto por obra de un clip de papel oxidado
haciendo palanca
entre el viento
por el hueco
donde se junta el polvo.
se fuerza el parto prematuro de una lágrima
que no es salada,
sino mas bien agridulce.
una euforia por suerte podrida
la música de espera que terminó
y el silencio.
VIII
casas de empeño
en cuarentena.
el valor de la vida desplomándose en la bolsa.
la traición a la moral
y el culto a lo perdido.
las trampas de bolsillo resultan inútiles a aquellos avivados,
las monedas falsas se arrojan a una fuente
pidiendo por deseos que jamás habrán de cumplirse.
la caída de las líneas de teléfono
y la emigración de la paloma mensajera a tierras menos hostiles.
a nadie le queda nada que ofrecer
las manos vacías
colectan miserias
que han perdido otros
y las hacen suyas.
la reventa de la desgracia hace crecer un poco a la economía local,
pero ya es mañana
y se encuentra estancada de nuevo
el colapso de la sociedad moderna.
IX
dos triciclos estacionados en un playón de cemento
una edificación en decadencia,
las bases quebradas de lo que no fue.
una bordeadora oxidada corta las pantorrillas de un celador que parece no importarle el paso del tiempo
ventanales de cristal disecado alertan de ráfagas de viento mas de 100 km
estallando sobre la maleza crecida.
por la noche
hay vigilia por su demolición
pero no hay quorum en la legalización de la eutanasia.
hay humo a lo lejos,
el horizonte de luto.
hay dos niños cerca
que corren descalzos sobre el vidrio roto
pero que no parece importarles.
dejan rastros de sangre al caer la tarde,
mientras el celador baldea el piso
el balde color óxido
piedra fundamental de la sopa para la cena.
una tormenta acercándose lentamente
el edificio perdiendo partes por cada ráfaga de aire
el celador perdiéndose entre los pastos altos
y los dos mismos triciclos estacionados en el mismo playón de cemento
X
cut up
dignidad simétrica vida compartida
formas contemporáneas de expresar amor
las nuevas técnicas
para complejizar nuestros sentimientos
y así finalmente
no entenderlos más.
cut up
la dicha de quienes no conocen el cielo
la vida bajo tierra
lujo
desagüe
cut upcut upcut up
la sangre
en la mano
lo que quiero decir
desordenado cuando
veo
cutup
el sol
no quiero
//// no,
no,
no
la gargantilla
heredada refleja la luz que termina por cegarme
letras que no conozco
forman palabras que me resultan familiares.
y no
hay distintas voces
la
la
la pérdida de todo lo que creíamos importante.
cutup
todos los lugares, todos juntos, amontonados en donde termina el tiempo
los mil cuchillos en el cielo (y la suerte de los desafortunados)
///
un nuevo día que realmente no emociona a nadie.
¿y usted, a que le tiene miedo?
XI
polillas arrastrando pequeñísimos carruajes: el arribo la aristocracia de juguete
dirige la ceremonia el fantasma de un niño victoriano
que se presenta ante una multitud de sillas vacías
mientras veinte bailarinas que usan un solo vestido colectivo performan una danza digna de una cajita musical,
antes de terminar desmayadas por la explotación de sus monarcas.
orfebres de tecnología obsoleta hacen candelabros de diseñador
para generar un incendio
que sirva como espectáculo final
la realeza se pasea alrededor de las caras de parientes que no vimos nunca emitidas en los televisores de tubo que ofician de portaretratos
viéndolos con desprecio.
en contraparte, a otro lado de la habitación
un pequeño sufre la crueldad de una guerra, intentando comer un pan duro mientras intenta encender un fuego en un barril
usando la poca luz que el sol regala.
la aristocracia se mofa de su pobre suerte
mientras ostentan su opulencia de chapas brillantes y polvos finos.
la madera podrida y seca oficia de conductor
y el fuego se expande de un barril desfondado
llegando a donde el agasajo tiene lugar
las polillas intentan volar, pero el peso del carruaje les tira para abajo
incendiando sus alas
la muerte de la servidumbre
los rostros de los reyes comienzan a derretirse por el calor
las deformidades barrocas
y la decadencia del imperio.
el niño decide no usar lo último que le queda de agua para extinguir el fuego, por lo que corre y se aleja de una casa que nunca fue suya.
el humo se pierde por el horizonte, esperando ser visto por alguien.
y el fin de la velada: magnicidio.