I
rostros
en braille.
el tacto obra,
delimita, separa y nombra.
¿qué es mío?
¿qué es tuyo?
el
decir
la imposibilidad.
la belleza de lo impostergable: aquí y ahora, todo es nuestro.
II
alrededor de mi cuello
llevo enhebrados
artefactos de rituales fallidos.
huesos diminutos
replican el agitar de una sonaja.
la risa se marchita entre el eco antes de que pueda llegarle a alguien.
en el altar, solo quedan restos de velas consumadas,
que dibujan en una piedra,
un mapa de un mundo que ya no existe.
la muerte lleva consigo el aroma de la cera.
el cielo continúa imperturbable.
III
quisiera encontrar una razón
para no seguir haciendo esto.
IV
morbidología aplicada//
corona de jeringas como aparición
monaguillos con títulos médicos
conservas en formol como tentempiés.
el frío
el frío//
cintas de cuero desgastadas
oprimen un pecho incontrolable
una ansiedad somatizada,
la respiración ahora jadeo
las manos frías,
heladas.
las voces de un pasillo a decenas de kilómetros tras el horizonte
resuenan en cuchicheos incomprensibles.
la luz blanca quema mi piel, imprimiendo estampitas como plegaria.
eclesiásticología.
V
una belleza indomable socava
mis adentros
para acabar de desmoronarme.
VI
[socava]
nombre femenino
1. acción de socavar
[socavar]
verbo transitivo
1. excavar alguna cosa por debajo, dejándola sin apoyo y expuesta a hundirse.
[hundir]
verbo transitivo
1.verbo pronominal
(hundirse) quedar [una persona] abatida física o moralmente al perder las ilusiones, la fuerza, el ánimo, etc., o caer en una situación muy negativa.
VI
[desmoronar]
verbo transitivo
1. deshacer poco a poco [...]
destruir lentamente [...]
sufrir una persona [...] un estado profundo de abatimiento.
VII
¿a dónde me muevo ahora?
sé ir de acá para allá (aún a pesar de no saber volver)
me muevo
entre pastos secos, rasposos
donde a veces chispean susurros de sangre
de faunas extintas.
no sé si presa o cazador, de cacerías modernas
a monton (ándose)
en mi espalda,
como las incertidumbres que cargan
mis labios antes de pronunciar
lo que no sé poner en palabras.
dentro mío
ya no queda nada
más que
el recuerdo
del día en el que nadie se conmovió.