atesoro la convicción de desvelarme para descomponer cuentos
y así conjurar a los extraviados. espero por ellos del lado del fuego
que sigue a las polillas. ¿será que el calor siempre se desprende?
no hay nidal bajo tierra, solo espectros.
a veces mirar es una pregunta:
"¿que se oculta detrás del nombre?"
una pasa de uva encastrada en la muela del mar.
"¿alguna vez estaré del otro lado?"
si tan solo quedase piel bajo las uñas.
los afectos que me dieron las ausencias
eran las ventanas golpeando por el viento. las siestas interrumpidas
bajo la media sombra, santa costura que grababa el dolor
en la superficie de un ala por la cual la luz se abría paso por primera vez
¿te acordás del sol de enero curado por las olas?
de como el sonido del quiebre
trepaba el dragado mientras descamábamos
los mosaicos. como comprimíamos el color,
como desperdiciábamos el cariño.
no buscábamos la belleza del mundo, solo tuvimos la suerte
de entrecerrar los ojos y que todo fuera hermoso.
¿qué estaba viendo entonces? que ahora que se apagaron los años
no tengo nada más que la devoción a un altar sobre el cual las polillas comienzan a anidar.
cuando el calor se desprenda de acá también, ¿vendrías a buscarme?