jueves, 17 de noviembre de 2022

la distancia entre las formas

quiero darle un rostro al abrazo.

quiero
también,
rendirme ante
la fluorescencia indiferente
de un sector apagado y en mantenimiento.

cuando sea al momento, sabré que hice bien en desplomarme.

cuando sea el momento, sabré que la red de fósforos que llevo enredada entre mis piernas
ha comenzado a arder.

conozco
la costumbre del moho,
-irse hacia abajo es un oficio-
en la tierra, una señal de sangre
¿alguien comparecerá para acariciarme estando así de sucio?

creo que nadie vendrá a saludarme,
mi casa llena de palomas
quedará con los vuelos
cautivos.

y si me fuese más profundo entre las alcobas,
entre estas finísimas cortinas de cenizas que irritan la piel
¿mi sombra seguiría teniendo el mismo color que le di?

si mis dedos pintan amarillo,
entonces apenas tu cara se delate, quisiera volverla sol
y que incendie aquello que es sagrado.

ángel necrótico, calcinado
la búsqueda de tus huesos no será en vano,
los perros tercos ven más allá de tus alas chamuscadas,
y esa insistencia será vital
para la reconstrucción de tu credo,
¿podré vestir una máscara tuya hasta que emprendas tu regreso?

mi cuello será tuyo para que ejecutes tu venganza.

sábado, 12 de noviembre de 2022

la rabia entibiándose

de las bestias aladas,
sus cometas de cola roja
cristalizadas entre las capas de plomo
siento, entorpecen aún mas la brusquedad del tacto,
quizás es por eso que me di cuenta de que jamás había reparado
en lo tibia que es la estática
cuando incendia esos árboles invisibles
que escupen filos que alejan mi mano de la caricia.

quiero arremolinar
ese nombre nunca pronunciado, aquello que acaba sin que lo toquen
¿será la voz lo que hunde?
¿la piel lo que desgasta?
los rumores tropiezan entre las delicias que se van volviendo lluvia
¿serán estos que chocan contra mis hombros los susurros de los cazadores?

si súbitamente todo
entonces de pronto, nada.

y si desatar el peligro fuese más que un deseo
y la pregunta que lo ocultaba
al revés, fuese no más que
una advertencia inútil

entonces sería mía la posibilidad
de descubrir la tierra exótica,
de hacer de mis labios plumas
y perderme entre el aire de un beso espontáneo

y si mis manos recolectan
los racimos escarpados,
la vendimia
será
la precursora
de los mares de cristal líquido
y si los pies se cercenan entre risas,
la sangre
de los intrusos
¿sería tan dulce como la nuestra?

la búsqueda por poseernos
es rompiente
la arena, la sal
revolcándome
si algo me arrastra hacia lo más profundo
quisiera sea potestad mía el deseo de hundirme.

los embates de la urgencia me hacen dirigirme hacia donde no tenga rival.