lunes, 8 de diciembre de 2025

los cardenales, los jazmines, los damascos y las chacareras

en bajada, se enredó la rabia que alcé por tu ausencia
con el miedo de saber que llegará el día que ya no te nombren.

furia doliente
de saberme fugaz
y partícipe, por consiguiente.

valgan los espasmos de mis huesos
para replicar los chasquidos
que en los días de antaño
me dejaban quieto
en el lugar.

de vos nació la primera fábula, de tu mano
aprendí a leer la tierra
que quedaba pegada al fondo de la pileta.
me sabía miedoso de los broncoespasmos del desagüe
y de los rituales de los bichos
pero vos me prestaste la tranquilidad para poder ser curioso

y así aprendí a ver
el rojo de la madera,
el espacio entre las vértebras
el aire que hacía caer las espaldas
de lleno en el sillón
para activar el mecanismo de las siestas
y la tarde que terminaba cayendo solo sobre mí.

había un cancionero que solo salía de noche
entre chispazos de fuego
que iluminaban los fierros de las reposeras
hundiéndose en el fondo de un patio eterno.

me arrepiento de haberme quedado tanto tiempo solo donde hacía pie
ahora también me falta el aire, pero ya no tengo el reflejo de un farol doblando sobre el plástico de una puerta que me avise que el día está terminando.

vos sabrás decirme, ¿hay un sol por el que valga la pena seguir viendo hacia arriba?

hoy solo tiemblo viendo como el cuerpo y la luz terminan por agotar los besos
ya no me quedan fantasías que ordenar
los escalones de madera me quedan chicos
y los libros se han escurrido
por debajo de la tierra.

la pieza al fondo
me recuerda las siestas que dormía en el medio,
imprimiendo en mi piel los patrones de los cerámicos,
ya sé que se fueron hace mucho
pero los sigo recorriendo con el dedo, de memoria.

en la distancia me desenvuelvo,
me crece el silencio en el pecho
solo para ver si escucho un remanente de mi nombre dicho por tu voz.

sé que las palabras se caen
porque no hay estructura que aguante 
el embate del tiempo.

sé que no hay cuerpo que replique el abrazo que necesito ahora
pero si estás cansada, tenes que ir,
yo creo que puedo seguir un poco más.

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