mi intimidad es pretérito,
¿cómo podría entonces yo decirle al recuerdo que no?
o me abro o me cierro.
la idea de resignificarme es solo otro adjetivo,
sinónimo, por demás.
-veinte formas distintas de nombrarme-
todas y cada una, gritando fastidio,
hambrientas de mí,
¿como podría entonces yo negarme al recuerdo?
si es lo único que sacia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario