lunes, 19 de septiembre de 2016

es caótico nacer

sí.

inmortalícenme en una distancia,

-gesticulador lineal-

seré una representación no-fiel de la idea de una cadencia,


incluso aún siendo 

el desorden del cual no logro distinguirme.

-anónimo-


pánico latente,

mi nombre que no suena


y la reiteración de un llamamiento

que pretende extinguirme.

alarmas quedándose,

alarmas yéndose.

recorriendo brumas que deja mi estela


-efecto doppler-


vértigo.


si se tensionara más mi piel se cortaría,

colgaría

huiría con el viento.


(me voy/me quedo)


-dudo-


[me duelen tanto mis adentros]


¿sí? 


sí.

no quiero, es eso

-¿será eso?-


sí.


déjenme pudrirme, entonces,


al costado de una ruta que cobije a los restos

de los animales que mueren solos

como uno,
como todos ¿no?


si -respondo-


¡ja! me derrumbo/desvanezco/caigo/permanezco en la brea ardiente,


casi incendiándose, mi piel

se hunde. (irónico)

oigo gimotear transeúntes, pero nadie pasa


quizás yo sea quien llore,

pero mis labios están sellados y no entiendo,

¿qué es acaso éste pesar?


hervor mío,

¿seré el único que está viendo mis huesos? (que vergüenza)

mi anatomía se desviste,
se despoja de su seda chamuscada


¿estaré desnudo?


sí.


la piel es siempre lo primero/ tez ilusoria por demás,

menguante de tersura

carcomida por ambas formas de mí

yo y él (es decir como me exteriorizo ó me ven los demás)

lo último

es siempre el diálogo

(siguiéndole la reiteración, comprensión, explicación y extensión del mismo)


¿que atrae, acaso, la devastación verbal?

que la boca se oscurezca, por supuesto

permitiendo que habiten lobos en ella 

que nos habrán de devorar

desde adentro.


(jauría traqueal)
sí.


ay, como duelen mis adentros

y no soy eterno

acarreo finitud 

pero un sentimiento inmenso en ella,

puesto que soy aquello primero que dije cuando nací: 

un llanto

y un cuerpo

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