martes, 19 de junio de 2018

no feedback

I

por ahora dejémoslo así,

con mi patio lleno de maleza podrida

con el cenicero alcanzando mi altura,
con el televisor con el volumen en tres rayitas,

con la mano alzada esperando que alguien la salve,

con la muñeca flaquita, flaquita
y las venas finitas, finitas

con las piernas enterradas en arena que se hunde cada vez más,

con el cuento para ir a dormir contado hasta la mitad
con las pesadillas haciéndome mojar la cama

y con todas las promesas que me han hecho guardadas entre las rendijas de un calefactor apagado.

¿qué es lo peor que podría pasar?

II

-el próximo jugador saca una tarjeta-

"pierde un turno aquel que sueña con lo que jamás va a poder tener".

III

mis dedos quemados abren un hocico petrificado.

una bolsa de consorcio con su corazón entregado al cielo junto a mis pies, junto a mis brazos,
un colmillo que sin nervio, oficia de horca pública.

mis manos, que buscan calor enterrándose de vergüenza en el estómago de un perro muerto,
pasándose entre dedo y dedo nueve colillas de cigarrillos alojadas en el órgano, que se reproducen como parásitos.

rabia post-mortem.

un horno para fabricar neblina que provoque un choque a las cinco de la mañana.

un puñado de vísceras guardadas en los bolsillos para no olvidar el calor que debemos llevar dentro nuestro,
pero que a veces no sabe nacer.

IV

ignoro el momento en el que tenga que enfrentarme a todo lo que no me deja dormir por las noches.

V

las manos invitan a la nuca a ahogarse,

los dientes rotos se aferran a la porcelana barata y amarillenta, mientras las encías sangran y los labios quedan apretujados entre la tapa.

¿por qué gastar tanto tiempo en nombrar una por una aquellas cosas que me duelen?

cuando ahora estoy escupiéndolas de una forma en la que mañana no voy a recordar,

más allá de sufrir de una boca reseca, pastosa, harta de decir y decir

y de despertarme con un agujero lleno de barro en el estómago 

que grite
que va a ser un día penoso,

que doy pena,

que doy asco

y que no tendría que haberme ahogado en todo aquello que quise sacarme de encima.

VI

deus ex machina: mañana todos me habrán perdonado.

VII

dar duele, arde 
pero no tanto como
esta carencia.

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