un árbol cayó sobre el portón
abriéndolo
en mi casa hablan habitaciones donde no estoy
gritan paredes contiguas
no hay almohada que me regale silencio de ningún tipo.
la puerta está abierta,
sin llave.
el portón sigue abierto
mi perro tiene días de muerto.
el duelo
en verano,
la sangre en los tobillos
las medias blancas pegadas a la piel
regalo de navidad
dosmilcinco
dosmilcuatro, no sé
correr duele, pero no importa tanto
es que tengo que alejarme de mi casa.
las habitaciones gritan menos
los árboles gigantes susurran a mis espaldas
mientras el sol me está siguiendo.
arriba mío, el mediodía
no tengo gorra, pero si dos manos.
no tiene sentido que me cubra la cabeza, de todos modos,
como tampoco tiene tiene sentido que corra
es como cuando llueve.
la lluvia sigue estando adelante, el sol va a seguir estando arriba de mi cabeza.
la respuesta siempre es resignarse.
aunque me gustaría que llueva,
siempre pienso que pasaría, si un día lloviese tanto y todo se volviese océano.
pienso, que si estuviese en el medio del océano ya hubiese atraído tiburones (por la sangre de mi tobillo que está pegada a la media que me regalaron dos navidades consecutivas)
que ya me hubiesen comido.
si estuviese en el medio del océano ya sería de noche,
por la diferencia horaria, claro.
aunque no sé tampoco en que océano estaría, ¿sería uno nuevo?
¿uno que unifique a toda el agua del planeta?
paradójicamente
el pacífico es el más violento
y el atlántico, bueno
solo lo conozco de nombre
y a todo esto, tampoco sé donde hay tiburones.
sé que en mi casa no,
porque por ahí hay solo pasa un río,
un río que a veces crece.
un río que a veces se achica.
no podría haber un tiburón ahí porque serían muy anchos y frenarían el caudal del río sin poder seguir avanzando.
¿eso crearía un río aparte? ¿un río AT y un río DT?
(antes del tiburón, después del tiburón)
eso me lo enseñó la biblia.
¿dónde comienzan los ríos?
¿quién define los principios?
¿quién marca los finales?
(pensándolo, tratándose de un río, puede ser un mar, o un océano. siento que son figuras de autoridad en lo que respecta a todo lo referido al agua)
si pensamos en las estructuras organizacionales de lo acuático,
un río es un empleado con antigüedad, pero sin la suficiente perspectiva y enfoque como para poder escalar mas alto.
los arroyos trabajan en negro,
los charcos son pasantes, llegando entre lluvia y lluvia.
llegué al final de la ruta.
no hay océano, no hay río (acá, a unos dos kilómetros si está, no se movió) (corrijo: bueno si se está moviendo, pero no sus costas)
el sol se escondió entre unas nubes que pasaban.
me toco la frente
no sé si tengo fiebre o es que estoy pensando mucho.
no hay autos pasando.
miro el piso,
busco algún insecto para preguntarle si el sol también le hace doler la cabeza.
miro el piso buscando y encuentro mis pies.
había obviado/olvidado (ambas funcionan) su existencia y automatizado el caminar.
miro mis medias, ya un poco marrones por la tierra
y una pequeña rama roja queriendo formar una aureola en mi pie.
cada vez que pestañeo parece oxidarse un poco más.
¿por qué estoy usando medias?
¿por qué no cambie las zapatillas que me quedan chicas y me hacen doler?
¿esto es acostumbrarse?
camino, no porque quiero
sino porque me dijeron que camine y aun no tengo la edad para negarme.
hace aproximadamente ochenta y cuatro pasos que siento una molestia en mi pie derecho.
sé que es una piedra, siento que uno puede ver con el tacto; tanto como si se esfuerza, como si se acostumbra (a la fuerza)
por ejemplo, yo conozco mi cama y la conozco porque paso mucho tiempo con (o en) ella.
si me acuesto en una cama que no sea la mía, sé que me voy a dar cuenta.
si me acuesto en mi cama, sé que me voy a dar cuenta que es mi cama.
pienso si es que los sueños cambian según donde uno duerma.
en mi cama no tengo sueños lindos.
mi pieza es muy oscura y siempre sueño que me persiguen
y no sé si será que porque mi pieza es muy oscura, en mis sueños no puedo ver nada
y sé que soy yo, porque me toco la cara y me reconozco porque aprendí quien soy yo para mi tacto (aunque aun me cuesta un poco reconocerme haciendo uso de mi vista)
¿por qué los sueños tienen que ser malos? ¿acaso mi cama tiene algo que no está bien?
¿si duermo en un colchón que está a la venta, soñaré un sueño estándar? me imagino algo asi como, regar las plantas y que no pase nada.
por ejemplo, si yo regara las plantas en mis sueños, la manguera se abrazaría de una forma poco amigable a mi cuello y escupiría tanta agua que me dejaría varado en el medio de un océano
y si tengo sangre en mi tobillo, con la piel pegada a la media blanca que ya no es tan blanca por la tierra, que fue un regalo por dos navidades seguidas
creo que ya saben que pasaría.
aunque si un tiburón me come (en un sueño), lo más probable es que me despierte (en mi pieza.)
¿y si mi pieza es tan oscura por que es el estómago de un tiburón y nunca me di cuenta?
de ser así, esta ruta afuera de mi casa vendría a ser algo así como el intestino delgado (que es el mas largo) (creo)
me dijeron que camine lejos,
que me vaya de mi casa por unas horas
pero no quiero caminar mas.
me quiero sacar las medias pero me duele mucho la sangre hecha costra que no cede
y tira
y duele.
se me escapa una lágrima (que vendría a ser el escalón mas bajo de un organigrama de agua o, como lo acabo de nombrar, aguanigrama)
quizás tendría que hacer una variante para el agua dulce.
otra rama de una misma empresa.
no veo insectos,
las piedras se hunden un poco más mientras las piso.
la tierra parece estar muriendo.
estoy en el final de la ruta y no pasan autos.
a lo lejos veo dos figuras como puntos, sentadas en el borde del mundo.
-el borde del mundo, en este caso es una estación de servicio-
creo que puedo distinguir gorras en sus cabezas.
el sol no les debe doler tanto.
veo por la ventana del borde del mundo,
los anaqueles del abismo están vacíos
el calendario marca que hoy es jueves (hoy es domingo)
veintiséis (cuatro)
de mayo (febrero)
de milnovecientosnoventaycinco (dosmilcinco, o dosmilcuatro, no sé)
hay un perro que está soñando
¿tendrá sueños lindos?
mueve la pata un poco.
no es ningún indicio de nada.
extraño a mi perro
no dejo de buscarlo entre la tierra
pero ningún suelo lleva su nombre
(tiempo después habré de saber que le dieron un funeral vikingo en un basural, ante los ojos de nadie)
cae la noche y se me hacen un poco más pesados los hombros.
oigo la frecuencia fluorescente del borde del mundo a cientos de metros
parece una colmena enojada,
abejas de neón.
veo salir a la luna,
pero me doy cuenta que es un auto con una luz rota.
acontecimiento: acaba de pasar un auto por el final de la ruta.
para ese auto, es el principio.
¿quien define los principios?
¿quien marca los finales?
vuelvo al patio de mi casa.
el cadáver del árbol sigue en el suelo,
mi portón sigue roto.
la puerta abierta, sin llave.
está todo tan calmado
y aun así, me sigue doliendo la cabeza.
veo la correa de mi perro y lo extraño.
hundo mis dedos entre la tierra,
sigue sin aparecer.
el río sigue estando donde está, no hay tiburones.
hoy parece que se achicó un poco.
la luna sale, está vez de verdad.
se prende una luz por primera vez en semanas.
las habitaciones murmuran entre sueños,
no quiero dormir porque sé que me voy a despertar asustado.
desde la ventana veo los autos pasar a lo lejos
me ofrecen ir a la casa de un pariente para ir a cenar, pero me niego
un auto se escapa de la boca de mi patio,
las piezas contiguas hacen silencio
hay una almohada apretando mi cara, mis dos manos cómplices.
quizás hoy duerma en el sillón, me digo
con las zapatillas que me quedan chicas puestas
con las medias blancas, amarillentas por la tierra que fueron regalo de dos navidades consecutivas
abrazadas a mi piel por una costra rojiza que se amalgama a la tela de baja calidad
porque esto es acostumbrarse,
resignarse
da lo mismo.
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