si el fin del mundo es canción
¿qué escucho ahora?
si son los relinchos que como tierra húmeda se entierran en el cielo
las herraduras apretando este pecho
fuerzan bocanada áspera,
dicen destino fortuito
silencio!
ahora sí!
dicen que los lobos aúllan
al oír la afinación de un aullido mayor
dicen que lo que creemos imperturbable está a punto de perder su quietud
dicen que de la ladera
más empinada del valle, algo se dispone
a rodar
sobre nuestras cabeza.
dicen dicen dicen
y los murmullos suenan a sangre
repicándose en eco,
si son mi sangre vendrán a mí
si son mi sangre harán de ustedes un vestido
para portarlo yo y hacer de ustedes mi instrumento
las voces lejanas responden en lluvia
las voces cercanas me cobijarán.
la pelea más ardua es la que de cerca parece un juego
esa es otra de sus tácticas
si presto atención de más me trabo,
dudo,
vacilo
en órbitas inexactas
que me dejan agobiado.
pero en movimiento
como caer dormido por un tubo de acrílico infinito.
y no sé que pasaría
si entre la posibilidad busco luces,
con las frecuencias acariciando las yemas de mis dedos
¿podría envolverme de voltios?
y explotar
y caer suavemente
con esa delicadeza que tienen
las pequeñas notas de amor y de cariño
sobre las palabras que te dijeron toda la vida.