el aire
lastima
si no puedo tocarlo.
no sé, entonces,
si mis manos se alejan del principio
o yo me alejo de quién me acaricia
o me muerde
o me deja solo, no más.
¿que es lo que alimenta la rabia que hay dentro mío?
o que al menos, yo llamo rabia
por no tener otro nombre con que concebir
a lo que no conozco.
(¡ja! la indiferencia)
hambre, necesidad
es lo mismo por la superficie, cuanto menos.
el vacío que resguarda mis costillas amarillentas,
casi pulverizadas,
podría hacerme
tumbar
ocho pisos de un solo grito
y que cada uno de ellos
me caiga encima
(definir: demolición planeada)
definir: urbanismo
zona de plagas, digo
donde mi jardín,
aquel que nunca estuvo
es ahora
(y como siempre) donde desahucio la poca vida
que siento que me queda.
ahí,
cual stand by,
cual ruido blanco en la televisión de cualquier persona
que este llorando
o amando
o solamente oyendo la estática,
mientras observa la apariencia de esas larvas de la nada
que pululean,
intentando carcomer el vidrio del aparato
con el afán de descomponer
el cuerpo de quién oficia de espectador.
¿qué inútil, no?
como aquel afán mío de des/componer/me
pero a ver:
soy arrecife de cólera
soy un pulmón
un corazón
y no estoy seguro si noche
o cama distendida
o el último cigarrillo de un muerto.
soy manos (si)
con el aire doliendo
esperando que alguien
respire de mi mano
una caricia.
pero a ver, de nuevo:
¿que inútil, no?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario