mis ojos
son vestíbulos,
salones de baile revestidos con la sangre de docenas de pies mutilados.
es decir,
nado sincronizado en un mar de aquiles.
clavado,
el agua es cemento
duro, fresco, qué importa.
abro mi boca dejando escapar litros y litros de agua con lavandina
para ver que piensan de mi,
"4.5 - 5 - 2"
descalificado.
junto con las manos el agua que escupí y me la llevo a la boca a velocidad luz,
a ver que piensan de mi
ahora.
(ojalá que no sea lo que yo)
despierto
y me estoy asfixiando
con la lengua atada al cuello,
sueño lúcido.
en mis manos,
ahora vendadas de vergüenza
es donde dejé la vida,
pero
trato de ser mejor, te juro que lo intento,
por eso
hoy,
rechazaré el bien de todos mis queridos
ofrendando mi corazón, bien refugiado entre mis manos,
al peor postor.
¿bajo que nombre me llamo?
¿bajo que lamento afinaré los restos de mi tráquea?
opp. 49
sección únicamente para vientos - pieza para uno
las ratas
se roen los cuellos podridos furiosamente las unas a las otras,
el público me ovaciona de pie
y los pies, paradójicamente,
me devora.
tirado en el suelo
me cuesta creer lo corto que es el mantel,
es decir, casi atisbo el reflejo de mi cara en la cerámica barata.
no,
no puedo estar más bajo la mesa,
no merezco comer esta noche,
ni la siguiente,
espero que nadie respire bajo mi cama hoy
ni que nadie llegue a mi casa
y prenda la luz
y me vea bajo las sábanas,
testigos de mis constantes objeciones ante mis miedos
y que son también, refugio de mi constante derrota ante los mismos.
mis ojos,
máximas figuras católicas.
estacas que atraviesan los párpados.
lágrimas como estigma.
en mis manos,
estas manos,
mártires de vergüenza
es donde dejé la vida
a pesar de haber tratado de ser mejor,
(te juro que intenté ser mejor)
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