con fiebre del nuevo milenio,
el cordón
rodeándome tres veces el cuello,
y mi mamá besando el aire enfermo que recién conocía
rogando,
pidiendo.
contagio y2k
mi hermano a un lado de la ruta, muerto
y era génesis, todo
y todo era miedo.
arrodillado en perdigones de metal fundido
aprendí
a no levantar el rostro ante la autoridad
aprendí
que no era nadie para desear ser feliz
y aprendí, también
a beber dos litros de lejía diarios para limpiar mis impurezas.
semana por medio me encontraba con mi garganta en mis manos,
y mi cabeza no sé donde.
soñaba todos mis días con rostros blancos
al pie de mi colchón húmedo
llorándome los talones,
avejentándome el caminar.
sedentarismo: atado al techo que cayéndose sobre mi cuello
casi decapitándome
me invitaba a asfixiar la ausencia, nombrándome, nombrándome
nombrándome.
tuve cientos de mamíferos católicos apostólicos romanos mordiéndome las sombras
mientras en el tabique
tenía atravesado yo, un crucifijo muerto de pena
con el que rezaba diez padrenuestros
y cinco avemarías
mientras me arrodillaba
en perdigones de metal fundido
y pedía perdón, sin saber por qué.
es inacabable la carencia de tanto.
¿habré nacido aljibe que me drenan tanto y no devuelven nada?
arte contemporáneo: mi esqueleto vacío adornando una fachada de una casa que no es la mía,
el hueso astillado
de mi tabique
del que nace, ahora, un estigma
que llora en baños públicos.
escribo en el espejo mis últimos deseos
y sobre mi piel, vomito tantos sueños rotos y represiones como recuerdo.
no he bebido lavandina en semanas,
debo estar pudriéndome por dentro
es inacabable la carencia,
¿que nos ha hecho comportarnos así todo este tiempo?
la falta de fé, quizás
me digo, mientras despojo a jesucristo de su lugar de crucificado
y cierro los ojos con las manos y pies atravesados por clavos de la culpa
y una lanza justo en mi único riñón bueno
mientras cientos de rostros en blanco
lloran sobre mis talones
¿que esperan de mi?
si yo solo nací
con fiebre del nuevo milenio,
el cordón
rodeandome tres veces el cuello,
pero ahora todos besan el aire enfermo que alguna vez respiré
¿para qué ruegan? ¿para qué piden tanto?
aprendan
que no son nadie para desear ser felices
No hay comentarios.:
Publicar un comentario