lunes, 10 de enero de 2022

juré quedarme en el mismo lugar

otra vez
ese sueño
en pleno verano
que borra los límites entre mi piel
y el sillón de cuero.

otra vez muerdo mis labios
para despegar de un tirón la gasa
de la sangre seca
y la sangre seca
de mi tobillo

y en el medio de la ruta
soy propiedad del viento
que podría llevarme lejos
si quisiera

y mi padre sigue avanzando sin ver atrás
y las lágrimas caen
en
los baberos de papel
con los que me vistieron sin que me diese cuenta

y que ahora van cercando mi cuello
cerrándose cada vez más
mientras oigo

el hervor de las remeras

y la palangana sedimentándose con la membrana de mi casa,

¿qué pensará mi madre de todo esto?

no hay sombra donde refugiarse,
otra vez.

y ahora
los caracoles que masacré cuando niño
vuelven a cobrarse venganza

y no sé como pedirles perdón

más que entregando mi cuerpo a las represalias
que sabía que llegarían,

pero
que ignoré
cuando era dios
de este patio
por la arrogancia
de haber creído
que no iba a haber
otro tiempo
más que aquel,
tan maravilloso.







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