jadean centenares de pieles a lo lejos
y se apresura, hasta el caminar más lento
para poder huir del presente;
el porvenir se desliga de todo futuro
y así tanto el cuerpo como el ahora
se ven desnudos;
frágil la piel
ante el ímpetu del momento [que contra ella arremete]
se resquebraja, fragmentando suavemente todo el cuerpo
que consigo, lleva la cicatriz que el tiempo le dio;
cicatrices que recorren toda la piel
como si de las raíces de un árbol se tratasen
aprisionando al ser que dentro de la piel del cuerpo se encuentra;
[prisión de alerce]
el alma acobijada entre tintes de sangre,
ignora al instante y sueña con... ¿qué?
¿con qué ha de soñar el espíritu si nada,
nada nunca ha conocido?
los sentimientos ya vanidades le parecen
los pensamientos solo ideas tontas,
y la idea de amar [sentimiento que no siente y pensamiento que no piensa]
le parece inconcebible;
el alma sueña, si es que ha de soñar,
con dejar al cuerpo que la encierra bajo tierra,
para poder ella tantear la libertad;
llora por la vida del ser que la aprisiona,
y las lágrimas más verdaderas brotan de su mirada ciega,
mezclándose con la sangre,
diluyendo su flujo;
avejentándose la piel,
debilitándose la vida;
piel que ya llora,
llora por el presente
que luego anhelará como recuerdo;
llora la piel, se ve triste el cuerpo
[ríe el alma]
y el instante prevalece,
concluyente en su infinidad;
un instante que arremete contra el cuerpo,
un cuerpo que llora al ver su piel,
una piel, que es la raíz de una vida,
una vida que ya casi se extingue [muerte]
una muerte que significa un principio para el alma;
un alma inmortal,
un alma plagada de vida,
un alma que es un instante en cautiverio;
[el cuerpo ha muerto
el instante,
embriagado en la violencia del tiempo, sigue y sigue ocurriendo;]
un alma que es ahora un instante en libertad;
y es sed,
sed que proclama una venganza ante el cuerpo,
el alma aguarda por una concepción,
y luego por un nacimiento;
una mirada ve la luz por primera vez, en algún lugar del mundo,
ha nacido un cuerpo nuevo;
el alma ajena llora por su cofrade aprisionado
y su sed se hace más fuerte...
-pronto ha de llegar la libertad- como eco suena en su interior;
...
el instante acecha al cuerpo;
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