domingo, 11 de octubre de 2015

Instante

el instante acecha al cuerpo

jadean centenares de pieles a lo lejos
y se apresura, hasta el caminar más lento

para poder huir del presente;

el porvenir se desliga de todo futuro
y así tanto el cuerpo como el ahora

se ven desnudos;

frágil la piel
ante el ímpetu del momento [que contra ella arremete]

se resquebraja, fragmentando suavemente todo el cuerpo
que consigo, lleva la cicatriz que el tiempo le dio;

cicatrices que recorren toda la piel
como si de las raíces de un árbol se tratasen

aprisionando al ser que dentro de la piel del cuerpo se encuentra;

[prisión de alerce]

el alma acobijada entre tintes de sangre,

ignora al instante y sueña con... ¿qué?

¿con qué ha de soñar el espíritu si nada,
nada nunca ha conocido?

los sentimientos ya vanidades le parecen

los pensamientos solo ideas tontas,

y la idea de amar [sentimiento que no siente y pensamiento que no piensa]
le parece inconcebible;

el alma sueña, si es que ha de soñar,
con dejar al cuerpo que la encierra bajo tierra,

para poder ella tantear la libertad;

llora por la vida del ser que la aprisiona,

y las lágrimas más verdaderas brotan de su mirada ciega,
mezclándose con la sangre, 

diluyendo su flujo;

avejentándose la piel,

debilitándose la vida;

piel que ya llora,
llora por el presente
que luego anhelará como recuerdo;

llora la piel, se ve triste el cuerpo

[ríe el alma]

y el instante prevalece, 
concluyente en su infinidad;

un instante que arremete contra el cuerpo,

un cuerpo que llora al ver su piel,

una piel, que es la raíz de una vida,

una vida que ya casi se extingue [muerte]

una muerte que significa un principio para el alma;

un alma inmortal,
un alma plagada de vida,

un alma que es un instante en cautiverio;

[el cuerpo ha muerto

el instante,
embriagado en la violencia del tiempo, sigue y sigue ocurriendo;]

un alma que es ahora un instante en libertad;

y es sed,

sed que proclama una venganza ante el cuerpo,

el alma aguarda por una concepción,
y luego por un nacimiento;

una mirada ve la luz por primera vez, en algún lugar del mundo,
ha nacido un cuerpo nuevo;

el alma ajena llora por su cofrade aprisionado

y su sed se hace más fuerte...

-pronto ha de llegar la libertad- como eco suena en su interior;

...

el instante acecha al cuerpo;

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