miércoles, 14 de octubre de 2015

Rutina

el amanecer

el despertador

y su quejido de que: "recién es mitad de semana y la concha de su madre"
despertando a su esposa

la corbata ahorcandolo

la camisa con los botones a punto de salir volando

el mate lavado
las tostadas, el dulce y la manteca

la mancha violeta en lo blanco de la camisa

el "la puta que me re mil parió" 

el beso de despedida

el cachete frío de su esposa que lo ve azotar la puerta
[lloran las bisagras]

los vidrios empañados de un auto en ruinas
que no arranca

[y no arranca]

el vecino que empuja

y el auto que arranca

la calle

el motor que muere
la puerta que no cierra

[y el trabajo]

la computadora lenta

y el solitario que aún funciona

la gente quejándose que se oye tras los mostradores
y el, que está del otro lado 

y no le importa

[el almuerzo]

el descanso
y la conversación con los demás hombres de camisa manchada

y vidas desganadas

quejándose de sus platos que están mas vacíos que llenos

el conformismo con la miseria
y el recuerdo de una buena comida casera

las milanesas
y la milanesa quemada de aquel martes pasado

el ceño fruncido, el enojo

y el pensamiento:

"seguro va a quemar la colita de cuadril
hace todo mal la hija de puta"

el descanso que se acaba

y su plato que aún tiene la comida en él;

[el trabajo]

el solitario que se volvió buscaminas

la gente que sigue tras el mostrador que hoy no saludó a sus hijos o a sus nietos que están yendo a la escuela con sus guardapolvos

su falta de interés,

y su enojo

[el reloj dando la hora exacta de salida]

en su casa hay un corazón que late más rápido
y dos manos que se queman con el horno

intentando hacer todo perfecto

[el estacionamiento del laburo]

el motor que no arranca

[y no arranca]

un auto que embiste contra el suyo

y arranca

la vuelta a casa
el ceño que se frunce más y más
la calle

y los supermercados chinos atestados de gente;

[la casa]

el motor deteniéndose

y el sol huyendo tras el horizonte,
atemorizado de él

el azote de la puerta
el llanto de las bisagras

la mirada cegada en ira

el culo en el sillón
y los ojos en el partido

[3-0 perdimos y la concha de su madre]

los cubiertos sobre la mesa
y la cena

el plato y la esposa rogando porque su comida sea parecida a la que hacen en esos programas que salen en la tele al mediodía

el tenedor pinchando la carne
[no sangra]

la boca y los dientes mutilando

las papilas que sienten el gusto a quemado

el grito,
la mano corriendo la mesa

los platos cayendo
la carne contra el piso

y la esposa arrinconada entre la heladera y el horno, soñando con tener otra vida

las manos

el cuello, prisionero de la desesperación
y las uñas clavadas en la piel

su mirada furiosa clavada en el cuello que ahoga

y el "soltame, por favor" que su esposa solloza con el último aire que le queda 

los huesos de la pobre mujer sonando contra el piso
el rojo de la sangre

el aire que falta
la sal de las lágrimas que caen por la herida

y su: "perdoname querida, juro no va a volver a pasar"

los momentos que vivieron juntos que le recuerda a su mujer, que hoy prefiere estar muerta

la sonrisa de ella
y el recuerdo de por qué lo ama tanto

[ignora la violencia de todos los días y piensa que cuando sean mas viejitos todo va a ser perfecto]

la cama bien hecha y limpita

el "mi amor, te amo tanto, tanto"

la mejilla sonrojada
y los ojos de él, que miran de reojo a su esposa ya dormida

y el pensamiento

"si mañana quema el bife de nuevo, la mato"

los ojos que se cierran

las fantasías y los sueños

[cumple su sueño de toda la vida y gana el mundial con la celeste y blanca

amanece cuando mete el gol a los 90' del segundo tiempo

pero no besa la copa, porque suena el despertador]

"recién es jueves y la puta que los parió"

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