lunes, 19 de octubre de 2015

Olvido

aquel hombre que rompe el horizonte
con una sombra que no le pertenece,

le canta al rencor, mientras el aire adorna su cuerpo [desgastándolo]

soterrando con una melodía,
viejos placeres infundados en el miedo

que hoy solo son pesares en su memoria;

y con una tristeza encima
maldice al olvido por haberse olvidado de él

y deja un silencio, terminada su canción
para los aplausos
que jamás nadie le da;

el silencio se olvida de él,

él olvida que alguna vez cantó una canción

y su figura, susurrándole al sol que la hace resaltar 
no sé da cuenta que la noche ha caído, ya hace rato;

ahora él es uno con el horizonte

[o el horizonte es uno con la tierra]

un tortuoso sendero recorre, vislumbrando un destino

que no existe;

sus pies fatigados
lloran sobre la tierra por la cual caminan;

hasta caer rendidos ante la tierra;

el cuerpo choca contra el suelo,
creando una bruma de polvo

que hacen brotar del ojo, una lágrima

algunas salen [pero ya no por la tierra]
y otras posponen su tristeza;

la voz del hombre trata de cantarle al rencor,

pero se halla a sí misma, cantándole al miedo,

al temor de no tener por que vivir;
[no se puede vivir del resentimiento]

la voz se quiebra

y el silencio de una muerte;

amanece,
de luto se nubla el cielo;

ya no hay una sombra que rompa el horizonte

ni un canto hacia al rencor;

ya no hay hombre,
ni recuerdo del mismo

lo que tanto ha maldecido durante tantos años

en eso se ha convertido;

[cae la noche

ya no hay un hombre,
hay olvido;]

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