I
monocromo de lo irreparable,
rastros
de una misma imagen: sendero ocre.
conducción
a una totalidad que es un rostro bosquejado
apuñalándose a sí mismo.
-la constante ausencia de la mirada-
reproducción perfecta de una distancia
que parezco ser
yo.
II
a mi corazón,
mi pecho ya no lo envuelve.
caen libres, estalactitas al latir,
¡cóncavo vacío el mío!
es siempre el centro el que termina por sangrar
habito aún,
persistiendo de a ratos.
manteniéndome casi a la deriva,
pero no desapareceré entre dolor,
cuando es el dolor
quien habita dentro mío.
III
inmovilidad en la fuga,
-contrapunto-
el silencio moviéndome
siendo yo tan frágil,
invencible,
invisible.
casi escapándome del aire,
huyendo,
mientras mi permanencia es la misma
y todo calla
y enardece al mismo tiempo.
IV
hiervo,
me evaporo.
se ahonda mi alma.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario