I
silencio era todo lo que conocía.
me levanté y vi mis manos
hundidas en pequeñísimos apéndices de ratas que murieron al nacer.
me conmuevo
aun a pesar de que las tripas son heladas y de que realmente no pertenezco acá.
mis dedos arden por cada uno de tus nombres
mientras la madera podrida no comunica el eco.
silencio es todo lo que conozco
el teléfono petrificado sobre mi oreja
la línea cortada por falta de pago
y yo, refugiándome entre madera rota y húmeda
dan fé de ello.
II
sentí el peligro donde moraban aquellos sin esperanza.
¿como hacer para no desmoronarme, entonces?
desperté bajo escombros
chernobyl, la cuna de mi infancia.
zona de guerra: trincheras hechas de los pechos de los fusilados que no conocen el cese al fuego.
¿de qué me protegen?
si ya estoy quebrado, con el pecho entre las manos
y un hueco donde debería estar el corazón
¿dónde está el lugar que nos prometieron en nuestra juventud?
maldigo haber nacido,
ay, si habré maldecido y habré por maldecir tanto, ¡tantas cosas!
maldigo los candelabros de los caídos
las velas efímeras,
mis manos llenas de kerosene,
mi intención y mi arrepentimiento.
maldigo mi cobardía
pero puesto de esta forma:
no hay tregua,
no hay tierra capaz de ahogarme
no hay hospitalidad alguna en los hogares del fin.
desperté bajo escombros
y sucedió lo mismo de siempre: no había nadie a mi lado.
III
inocencia interrumpida: la masturbación de los monaguillos.
los látigos de los eclesiásticos,
el crucifijo en penitencia, mirando hacia el rincón.
rodillas sobre arroz hirviendo,
bocas vírgenes desbordando vino manchado con sangre.
los demás ignoran el castigo a los impuros
mirando al suelo
cargando con su cruz llena de clavos oxidados
para ser merecedores de un paraíso.
escoliosis divina para la salvación eterna.
inocencia interrumpida,
destrozada,
fragmentada
y reprimida
diez ave maría para poder dormir bajo la cama
hasta el próximo domingo.
IV
5:28 AM: los ojos inyectados en sangre.
un derrame que desenfunda un sinfín de pequeñas cuerdas
hechas de los intestinos de cerdos enfermos triturados sitemáticamente
alrededor de mi pupila.
una orquesta de violinistas famélicos tocan sobre mi techo
sobre mi pupila,
sobre mi abdómen
y tengo hambre.
indigestión: la música se detiene
acidez: otra vez ocultarse en la buhardilla hasta que se esconda el sol.
19:56 PM: ahora suplico, mientras me anestesio colocando mi cabeza en el inodoro y tirando la cadena.
ahora suplico por una sinfónica
que me desgarre la garganta,
que me cercene lo que resta de mi abdómen
puesto mi colchón es de piedra,
mi cabeza pesa tanto como cargar con la falla que significas para tus padres
mi aliento es hambruna.
y mis ojos lloran sangre sobre mis manos inocentes
mientras escurren entre los escombros
los apéndices de aquellas que nacieron con el cordón umbilical entre sus cuellos
y ya no puedo.
reitero: ¿como hacer para no desmoronarme, ahora?
ah, chernobyl, cuna de mi infancia
horca pública,
ambientada por la orquesta más refinada de la región.
el aire podrido que nace de los huecos de mis ojos avivan el fuego de un arzobispado.
yo soy la salvación eterna,
la catedral de la desesperanza
la espalda que carga todas sus cruces,
doblada ante el poder de la inmoralidad
hasta quedar boca abajo
para que me pisoteen, me escupan y se burlen, como siempre han hecho.
pero no moriré por sus pecados, puesto no lo he hecho ni con los míos.
¿como hacer para no desmoronarme, ahora?
V
fantasmagoría: pensar que jamás nos fuimos.
las huertas de lo indecible alzan los frutos de la insensatez
podridos, claro, como todos nosotros.
la desolación es inminente
los cadáveres de los perros salvajes son refugios sobrepoblados
y el desierto en mi pecho, un templo en ruinas.
¿dónde está el lugar que nos prometieron en nuestra juventud?
nos llama la urgencia que significa huir
solo para no recordar
que no estamos acá
a pesar de que querramos estarlo.
viernes, 29 de diciembre de 2017
viernes, 24 de noviembre de 2017
mi vida es un evento pay per view que nadie paga, ni nadie ve
I
padezco el mal de estar presente
ante un desfile de choques múltiples,
preguntándome como pasar inadvertido
y repitiéndome: ¿con que culpa cargo yo a los leprosos, a los heridos?
si los muertos me han arqueado la columna
y no me han dado nada a cambio
más que privarme del cielo.
II
visto lágrimas de nylon negro
que compré
con la malversación de mis esperanzas.
arrastro el luto por toda mi casa,
a punto de embargarse,
mientras espero despierto que alguien arranque mi puerta de una patada.
no duermo
porque ya no hay nada que soñar.
III
un hueco se inunda
conmigo,
o sin mi
no hay diferencia,
jamás sedimentará lo que intenté edificar,
todo se derrumba.
IV
me hace reír
la vulgaridad que es pedir perdón
y la tragedia que es perdonar.
V
¿de que sirven sus condolencias, ahora?
nos, los hijos de la tragedia
nos hemos rendido
con nuestros labios cosidos a un suelo helado,
ante un infierno más grande que nuestro propio corazón
¿y dónde estaban sus plegarias entonces?
imploro que transpiren la sangre de los caídos
y lloren el ácido que ha marcado nuestra piel,
nosotros izaremos nuestras venas abiertas
a la magnificencia de la podredumbre
VI
asedio al infortunio: preguntarse por que jamás se pudo ser lo que se quiso de pequeño.
VII
nueva administración en tres actos:
no se les otorgarán rosas
a aquellos con las muñecas inmaculadas,
la soga que cuelga en el baño de la oficina
es de uso público,
un velorio por parte del personal
será requerido cada dos meses
por dos razones fundamentales:
- para avivar la moral
- y para recordarnos que somos efímeros y que la tierra en la que nos guardan, bien podría ser usada como urinal público.
padezco el mal de estar presente
ante un desfile de choques múltiples,
preguntándome como pasar inadvertido
y repitiéndome: ¿con que culpa cargo yo a los leprosos, a los heridos?
si los muertos me han arqueado la columna
y no me han dado nada a cambio
más que privarme del cielo.
II
visto lágrimas de nylon negro
que compré
con la malversación de mis esperanzas.
arrastro el luto por toda mi casa,
a punto de embargarse,
mientras espero despierto que alguien arranque mi puerta de una patada.
no duermo
porque ya no hay nada que soñar.
III
un hueco se inunda
conmigo,
o sin mi
no hay diferencia,
jamás sedimentará lo que intenté edificar,
todo se derrumba.
IV
me hace reír
la vulgaridad que es pedir perdón
y la tragedia que es perdonar.
V
¿de que sirven sus condolencias, ahora?
nos, los hijos de la tragedia
nos hemos rendido
con nuestros labios cosidos a un suelo helado,
ante un infierno más grande que nuestro propio corazón
¿y dónde estaban sus plegarias entonces?
imploro que transpiren la sangre de los caídos
y lloren el ácido que ha marcado nuestra piel,
nosotros izaremos nuestras venas abiertas
a la magnificencia de la podredumbre
VI
asedio al infortunio: preguntarse por que jamás se pudo ser lo que se quiso de pequeño.
VII
nueva administración en tres actos:
no se les otorgarán rosas
a aquellos con las muñecas inmaculadas,
la soga que cuelga en el baño de la oficina
es de uso público,
un velorio por parte del personal
será requerido cada dos meses
por dos razones fundamentales:
- para avivar la moral
- y para recordarnos que somos efímeros y que la tierra en la que nos guardan, bien podría ser usada como urinal público.
martes, 7 de noviembre de 2017
de araucarias muertas y refugios deshabitados
interrumpí mi bautismo
aferrándome a las bocas de una copa de bronce con restos de vino picado.
ya nadie me llamaba por mi edad,
sino que todos por mi nombre,
y yo que no era ninguno
bebí
por el miedo que significó someterse.
aquello: de como me tragó lo áspero
y de como me escupieron a la tierra de aquellos quienes olvidaron.
tengo los nervios muertos de tanto arrodillarme
¿quién toca ahora?
¿el evangelio según quién?
si yo lloro
y lloro
todos nos estan viendo, ya sé, pero
mamá, papá
yo no quería quemarme,
yo no quería cargar con lo que ustedes cargaron,
ni quería ser lo que ustedes me hicieron
¿de que sirve alivianar el peso de la cruz?
si la madera ya está podrida
y mi sentencia, ratificada.
-basta de hacer fila para morir-
no hay copitas de vino agrio sobre mis ojos.
hay ventanas a las que me negué
por no querer ver como muere el patio
hay un techo que se negó a mi
por no querer ver como dormía
(que cruel)
mis ojos
decretaron negarse
a todo.
si total ya no servían.
¿como iba retratar la casa en la que ya no vivo, cuando solo veo lo que hay bajo mi cama?
a artista frustrado, humedad fermentada
-receta de la familia-
(esto es:)
una heladera desenchufada,
una almohada donde se supone que está el congelador
una rata acariciándome el pelo
una puerta que es sábana,
unas bisagras sin dueño
y un techo que se me negó.
¿cuál es el nombre que llevo tallado en mis manos?
¿por qué me refriega su identidad cuando ni nombre, ni edad tengo?
¿a que puedo llamar mío?
esto: de como ser huésped y saberse solo
y de como las paredes se hacen mas pequeñas tras cada arañazo.
oigo a mis pasos desmantelar la pintura de las paredes,
las ratas abandonan sus guaridas
para refugiarse en cafés literarios "under" ubicados en los barrios mas conchetos de la ciudad
y yo, que vi a las mejores mentes de mi generación destruidas por la poesía de idiotas
digo: gingsberg, neruda, garcia marquez
digo: "hambrientas histéricas desnudas"
¿que profesan?
idealismo esotérico, misoginia
un anecdotario de como pudrir mentes de amor naif
o de revoluciones de fin de semana.
mantra: rechazar falsos ídolos
dios, tiren mis poemarios a la basura
y quemen mis bibliotecas
que yo haré lo propio con mi angustia
porque mientras
las paredes abrazan mi pecho,
mis manos están atadas,
y mi boca
amordazada,
mi corazón
se resguarda en algún antro donde le hacen promesas idiotas.
las ratas infestan mi sistema sanguíneo de dolor,
porque todo lo under que se vuelve chic
ha de ser martirizado
y se ha de encontrar nuevas rutas
para ser mejor que el otro
bajo una máscara empática,
de amor naif,
o de revolución de fin de semana.
dios, ya
quémenme
bautícenme si quieren,
la copa de bronce me ha bebido a mi a esta altura,
mis rodillas se estancan contra la mandíbula de algún tipo más débil que yo
porque así me siento mejor que el otro,
porque así me siento parte,
así no me duelen las arcadas por la noche en la casa de la abuela de mi mejor amigo
así no me duele que me vean así
-es decir-
católico,
con el uniforme hecho una pinturita
con la comunión y confirmación tomada
¿que soy?
¿una rata, acaso?
"¿por qué mejor no te invito a recitarte una canción desesperada a la parada de bondi mas cerca?"
¿y por qué mejor no me muero?
dios, que para ser el vómito de los demás ya tengo tres certificaciones distintas
- digo-
un daguerrotipo mío en la parroquia,
el santo de la miseria
sufriendo,
devorado por pueblos hambrientos como símbolo de entrega
y devoción.
¿devoto a que? ¿a quién si quiera?
no tengo techo que me cobije,
y aunque no haya pared que me contenga, no tengo dirección alguna.
mi patio muere
mientras yo cuento las larvas que crecen bajo el colchón
tengo el hombro desviado hacia abajo por 70 centímetros,
la cruz de mis ancestros.
ya no pregunto por qué cargar con ese peso,
si ya no importa.
y aún a pesar
de que mi patio quizás no haya muerto,
de que mi techo esté escondido en el baño,
de que mi corazón realmente esté en mis manos,
que no están atadas
a las que les hablo porque mi boca esta en libertad
y aún a pesar de que si se pueda salir
yo sigo preguntando: ¿a dónde?
¿o de qué? (cuanto menos)
¿qué acaso no es todo la misma fosa común?
¿no nos pudrimos en la misma ciénaga hirviendo?
-digo-
ratas,
eclesiásticos,
familia,
idiotas,
compañeros de la escuela católica,
quizás,
no sé
pero, ¿a qué puedo llamar mío?
¿esto de ser huésped y saberse solo?
¿y de como las paredes se hacen mas pequeñas tras cada arañazo?
¿o esto de verse rodeado de gente sin querer salir de mi casa mientras se cae a pedazos?
aferrándome a las bocas de una copa de bronce con restos de vino picado.
ya nadie me llamaba por mi edad,
sino que todos por mi nombre,
y yo que no era ninguno
bebí
por el miedo que significó someterse.
aquello: de como me tragó lo áspero
y de como me escupieron a la tierra de aquellos quienes olvidaron.
tengo los nervios muertos de tanto arrodillarme
¿quién toca ahora?
¿el evangelio según quién?
si yo lloro
y lloro
todos nos estan viendo, ya sé, pero
mamá, papá
yo no quería quemarme,
yo no quería cargar con lo que ustedes cargaron,
ni quería ser lo que ustedes me hicieron
¿de que sirve alivianar el peso de la cruz?
si la madera ya está podrida
y mi sentencia, ratificada.
-basta de hacer fila para morir-
no hay copitas de vino agrio sobre mis ojos.
hay ventanas a las que me negué
por no querer ver como muere el patio
hay un techo que se negó a mi
por no querer ver como dormía
(que cruel)
mis ojos
decretaron negarse
a todo.
si total ya no servían.
¿como iba retratar la casa en la que ya no vivo, cuando solo veo lo que hay bajo mi cama?
a artista frustrado, humedad fermentada
-receta de la familia-
(esto es:)
una heladera desenchufada,
una almohada donde se supone que está el congelador
una rata acariciándome el pelo
una puerta que es sábana,
unas bisagras sin dueño
y un techo que se me negó.
¿cuál es el nombre que llevo tallado en mis manos?
¿por qué me refriega su identidad cuando ni nombre, ni edad tengo?
¿a que puedo llamar mío?
esto: de como ser huésped y saberse solo
y de como las paredes se hacen mas pequeñas tras cada arañazo.
oigo a mis pasos desmantelar la pintura de las paredes,
las ratas abandonan sus guaridas
para refugiarse en cafés literarios "under" ubicados en los barrios mas conchetos de la ciudad
y yo, que vi a las mejores mentes de mi generación destruidas por la poesía de idiotas
digo: gingsberg, neruda, garcia marquez
digo: "hambrientas histéricas desnudas"
¿que profesan?
idealismo esotérico, misoginia
un anecdotario de como pudrir mentes de amor naif
o de revoluciones de fin de semana.
mantra: rechazar falsos ídolos
dios, tiren mis poemarios a la basura
y quemen mis bibliotecas
que yo haré lo propio con mi angustia
porque mientras
las paredes abrazan mi pecho,
mis manos están atadas,
y mi boca
amordazada,
mi corazón
se resguarda en algún antro donde le hacen promesas idiotas.
las ratas infestan mi sistema sanguíneo de dolor,
porque todo lo under que se vuelve chic
ha de ser martirizado
y se ha de encontrar nuevas rutas
para ser mejor que el otro
bajo una máscara empática,
de amor naif,
o de revolución de fin de semana.
dios, ya
quémenme
bautícenme si quieren,
la copa de bronce me ha bebido a mi a esta altura,
mis rodillas se estancan contra la mandíbula de algún tipo más débil que yo
porque así me siento mejor que el otro,
porque así me siento parte,
así no me duelen las arcadas por la noche en la casa de la abuela de mi mejor amigo
así no me duele que me vean así
-es decir-
católico,
con el uniforme hecho una pinturita
con la comunión y confirmación tomada
¿que soy?
¿una rata, acaso?
"¿por qué mejor no te invito a recitarte una canción desesperada a la parada de bondi mas cerca?"
¿y por qué mejor no me muero?
dios, que para ser el vómito de los demás ya tengo tres certificaciones distintas
- digo-
un daguerrotipo mío en la parroquia,
el santo de la miseria
sufriendo,
devorado por pueblos hambrientos como símbolo de entrega
y devoción.
¿devoto a que? ¿a quién si quiera?
no tengo techo que me cobije,
y aunque no haya pared que me contenga, no tengo dirección alguna.
mi patio muere
mientras yo cuento las larvas que crecen bajo el colchón
tengo el hombro desviado hacia abajo por 70 centímetros,
la cruz de mis ancestros.
ya no pregunto por qué cargar con ese peso,
si ya no importa.
y aún a pesar
de que mi patio quizás no haya muerto,
de que mi techo esté escondido en el baño,
de que mi corazón realmente esté en mis manos,
que no están atadas
a las que les hablo porque mi boca esta en libertad
y aún a pesar de que si se pueda salir
yo sigo preguntando: ¿a dónde?
¿o de qué? (cuanto menos)
¿qué acaso no es todo la misma fosa común?
¿no nos pudrimos en la misma ciénaga hirviendo?
-digo-
ratas,
eclesiásticos,
familia,
idiotas,
compañeros de la escuela católica,
quizás,
no sé
pero, ¿a qué puedo llamar mío?
¿esto de ser huésped y saberse solo?
¿y de como las paredes se hacen mas pequeñas tras cada arañazo?
¿o esto de verse rodeado de gente sin querer salir de mi casa mientras se cae a pedazos?
lunes, 30 de octubre de 2017
¿cómo agradecer lo que nadie me dio?
una cabra
marcada para morir
(traduzco: una X en la frente, una soga en su cuello y los ojos vendados viendo (o no) como el sol se esconde bajo su párpado cercenado)
gime como última súplica.
yo solo la oigo.
ay, no sé.
¿la oigo yo solo? ¿o solo la oigo?
el fordismo es el más despiadado de los asesinos seriales, pienso
mientras mi plato hondo es féretro
y las pezuñas hirviendo, ofician como certificado de defunción.
claro que no temo por represalias divinas,
mi hambre feroz guarda el velo más respetuoso de todos.
me he comportado bien, ¿no cierto?
entonces,
¿por que duermo sin mostrar mi rostro?
así nadie puede enamorarse de mi mientras sueño.
¿y por qué los párpados pesan como el plomo?
hay pólvora naciendo por los restos de mi llanto
y mi parpadear, bajo esa lógica
te asesina veinte veces antes de verte, si quiera
ay, el astigmatismo.
no hay receta para ver, tampoco para mostrar mi rostro
y es que, ay, tragué litros y litros de insecticida,
me exfolié con glifosato
y dormí sobre una caldera de cera.
pero aun me siguen mordiendo en las mismas heridas,
polillas de dos cabezas y cucarachas sin antenas,
aquellas que no saben más que de la soledad,
hurgan lo único que puedo llamar realmente mío.
los amparo bajo un ala que es carencia,
que son mis sobras
me erosionan,
adentrándose por las grietas de mi piel reseca
(cada vez mas prominentes)
mientras se cuelgan de mis pestañas como si fuera un balneario,
y yo lloro,
pero juro llorar tanto, que
que
que es que la miopía
ay ¡las migrañas!
y un hueco que crece en el hueso de mi mandíbula inferior,
y mi corazón, la guarida de la vergüenza,
que guarda un rencor infinito.
pero me he comportado bien, ¿no cierto?
¿entonces me regalaran una noche sin dormir?
una noche en donde mi espalda no se raje
y el vinagre no caiga sobre ella
mientras el cuarto de mis padres explota.
solo pido no ser cirujano, asistente, anestesista y paciente al mismo tiempo.
hay una paloma decapitada a mis pies,
no tiene marcas en su pecho, ni en sus patas, ni una soga atada al cuello, ni una cuchilla clavada al pico,
tampoco dicen nada quienes la descomponen.
a lo mejor fue prematura su partida,
pasa que en este barrio pasan estas cosas ¿viste?
son todos unos hijos de puta, pero la cosa viene así de hace rato, eh, no es cosa de ahora, no te creas ese verso
¿y que le vas a hacer?
ráfagas de ciento treinta y cuatro kilómetros por segundo que hacen volar de nuevo a los restos de susodicha paloma,
mientras las larvas llueven sobre la gente mediocre
y así, todo empapado, entiendo que todavía hay esperanza.
según la frenología cuento con la curvatura craneal de una decepción,
de un huérfano o de una simulación estándar de un sistema de computación anacrónico.
la posibilidad de elegir es lo que construye las bases de una democracia sólida
yo no elijo no tener rostro,
pero soy fiel creyente que dar lo que uno no tiene
te hace mejor que los demás.
y es que me he comportado bien ¿no cierto?
dios, pero que a veces realmente se torna demasiado complejo
y aburrido
escribir los mismos eufemismos para decir que me estan devorando el rostro
para decir que mi mandíbula cuelga de una ínfima fila de dientes podridos
que mi ventana siempre está abierta
pero que no importa, no importa en lo absoluto porque el sol ya no quiere verme,
que el taparollos de mi persiana está infestado de vagabundos que han cortado el cordon de susodicha persiana para cubrirse los ojos y no ver la miseria que los rodea
y que duermo con la cabeza bajo susodicha persiana con la esperanza de que caiga y me degolle mientras veo como se pelean dos perros callejeros famélicos por las cinco crías de un gata atropellada
y para decir que es todo lo mismo
ya sea la venus de milo desnudada por sus propias manos
o cristo lamentándose por no haber cargado una cruz mas grande
dios (¡ja! que ocurrencia)
mi ropa toda devorada guarda el nombre de quienes me han hecho esto
mi mirada es un escuadrón de fusilamiento
me veo tanto
me veo tanto
me veo tanto
devoro mi almohada de la impotencia que es verme,
que es no verme
que es querer tanto y detestar tanto
y aburrirse de todo
de decir siempre lo mismo,
de lo aburrido que es es decir
que ya no puedo
y que si lo sigo haciendo
es solo por la esperanza, por las sanguijuelas que me chupan los órganos, por los desamparados que me comen el rostro
por marcarme la frente con una X
por ponerme una soga en el cuello
por tragarme un calibre que tenga el número impar
por mis ojos vendados viendo al sol que no quiere verme (el valor de la auto-determinación)
y por no gemir,
por no gritar,
ni rogar
como última súplica.
marcada para morir
(traduzco: una X en la frente, una soga en su cuello y los ojos vendados viendo (o no) como el sol se esconde bajo su párpado cercenado)
gime como última súplica.
yo solo la oigo.
ay, no sé.
¿la oigo yo solo? ¿o solo la oigo?
el fordismo es el más despiadado de los asesinos seriales, pienso
mientras mi plato hondo es féretro
y las pezuñas hirviendo, ofician como certificado de defunción.
claro que no temo por represalias divinas,
mi hambre feroz guarda el velo más respetuoso de todos.
me he comportado bien, ¿no cierto?
entonces,
¿por que duermo sin mostrar mi rostro?
así nadie puede enamorarse de mi mientras sueño.
¿y por qué los párpados pesan como el plomo?
hay pólvora naciendo por los restos de mi llanto
y mi parpadear, bajo esa lógica
te asesina veinte veces antes de verte, si quiera
ay, el astigmatismo.
no hay receta para ver, tampoco para mostrar mi rostro
y es que, ay, tragué litros y litros de insecticida,
me exfolié con glifosato
y dormí sobre una caldera de cera.
pero aun me siguen mordiendo en las mismas heridas,
polillas de dos cabezas y cucarachas sin antenas,
aquellas que no saben más que de la soledad,
hurgan lo único que puedo llamar realmente mío.
los amparo bajo un ala que es carencia,
que son mis sobras
me erosionan,
adentrándose por las grietas de mi piel reseca
(cada vez mas prominentes)
mientras se cuelgan de mis pestañas como si fuera un balneario,
y yo lloro,
pero juro llorar tanto, que
que
que es que la miopía
ay ¡las migrañas!
y un hueco que crece en el hueso de mi mandíbula inferior,
y mi corazón, la guarida de la vergüenza,
que guarda un rencor infinito.
pero me he comportado bien, ¿no cierto?
¿entonces me regalaran una noche sin dormir?
una noche en donde mi espalda no se raje
y el vinagre no caiga sobre ella
mientras el cuarto de mis padres explota.
solo pido no ser cirujano, asistente, anestesista y paciente al mismo tiempo.
hay una paloma decapitada a mis pies,
no tiene marcas en su pecho, ni en sus patas, ni una soga atada al cuello, ni una cuchilla clavada al pico,
tampoco dicen nada quienes la descomponen.
a lo mejor fue prematura su partida,
pasa que en este barrio pasan estas cosas ¿viste?
son todos unos hijos de puta, pero la cosa viene así de hace rato, eh, no es cosa de ahora, no te creas ese verso
¿y que le vas a hacer?
ráfagas de ciento treinta y cuatro kilómetros por segundo que hacen volar de nuevo a los restos de susodicha paloma,
mientras las larvas llueven sobre la gente mediocre
y así, todo empapado, entiendo que todavía hay esperanza.
según la frenología cuento con la curvatura craneal de una decepción,
de un huérfano o de una simulación estándar de un sistema de computación anacrónico.
la posibilidad de elegir es lo que construye las bases de una democracia sólida
yo no elijo no tener rostro,
pero soy fiel creyente que dar lo que uno no tiene
te hace mejor que los demás.
y es que me he comportado bien ¿no cierto?
dios, pero que a veces realmente se torna demasiado complejo
y aburrido
escribir los mismos eufemismos para decir que me estan devorando el rostro
para decir que mi mandíbula cuelga de una ínfima fila de dientes podridos
que mi ventana siempre está abierta
pero que no importa, no importa en lo absoluto porque el sol ya no quiere verme,
que el taparollos de mi persiana está infestado de vagabundos que han cortado el cordon de susodicha persiana para cubrirse los ojos y no ver la miseria que los rodea
y que duermo con la cabeza bajo susodicha persiana con la esperanza de que caiga y me degolle mientras veo como se pelean dos perros callejeros famélicos por las cinco crías de un gata atropellada
y para decir que es todo lo mismo
ya sea la venus de milo desnudada por sus propias manos
o cristo lamentándose por no haber cargado una cruz mas grande
dios (¡ja! que ocurrencia)
mi ropa toda devorada guarda el nombre de quienes me han hecho esto
mi mirada es un escuadrón de fusilamiento
me veo tanto
me veo tanto
me veo tanto
devoro mi almohada de la impotencia que es verme,
que es no verme
que es querer tanto y detestar tanto
y aburrirse de todo
de decir siempre lo mismo,
de lo aburrido que es es decir
que ya no puedo
y que si lo sigo haciendo
es solo por la esperanza, por las sanguijuelas que me chupan los órganos, por los desamparados que me comen el rostro
por marcarme la frente con una X
por ponerme una soga en el cuello
por tragarme un calibre que tenga el número impar
por mis ojos vendados viendo al sol que no quiere verme (el valor de la auto-determinación)
y por no gemir,
por no gritar,
ni rogar
como última súplica.
martes, 17 de octubre de 2017
crónicas de náuseas náuticas
I
marea roja.
violencia para veteranos,
enfermedades para los niños
10 ml de ansiolíticos para los dependientes
medio litro de cloro para quienes tienen la garganta vírgen.
anuncios de fin del mundo para los que aun tienen fé,
el fin del mundo para quien lo necesite.
bodas para nihilistas,
la peste negra para los últimos románticos.
enfermedades para los niños
mutan
en violencia para veteranos.
desembarco,
marea roja
y pequeñas olas que arrastran dientes desnudos, inmaculados
rabiosos de bruxismo.
II
una gotera de agua estancada proveniente del piso de arriba
apuñala el óxido de la única olla que tengo.
una boca,
un sistema inmunológico defectuoso
y lo que ya no sé distinguir si es hambre.
semióticas de la cocina.
III
la prudencia de los labios sellados con nylon quemado
arde de urgencia,
la alarma de incendios
me despierta clavándome sus colmillos en el cuello
y mis vértebras
chillan como recién nacido.
índice de lo que recuerdo de las marcas en mi piel:
quemaduras de primer grado: miedo de que me olviden bajo un crucifijo.
(de) segundo grado: querer hacer amigos para evitar que me marginen y fracasar.
(de) tercer grado: prometer portarme bien.
(de) cuarto grado: jurar lealtad a la bandera, a pesar de no ser abanderado. (el primer fracaso)
¿como llegué acá?
las salidas de emergencia están asesiadas de angustia, ¿para que molestarse, ya?
07:48 AM
vuelvo a dormir.
IV
¿que me queda?
solo tengo un centenar de colillas bajo la lengua
y un cielo
del cual no tengo custodia.
V
primer acto, trescientos personajes, ciento cincuenta del lado izquierdo del escenario, ciento cincuenta del lado derecho. en el medio, un cuervo que lleva una veintena de días sin alimentarse y pedece al exacto momento que se levanta el telón. un hombre y una mujer, uno de cada lado, se acercan a la jaula y la abren, depositando una lata de sardinas con exactamente 4 lombrices cada uno. ambos, hombre y mujer, vuelven a sus respectivos puestos.
las lombrices empiezan a acercarse a la presa.
el lado izquierdo comienza:
"- lombrices de lo infame"
las lombrices no responden al llamado.
y el lado derecho responde:
"- no se alimenten del pasado"
las lombrices comienzan a devorar al ave.
ergo:
"- lombrices de lo infame"
"- no se alimenten del pasado"
"- lombrices de lo infame"
"- no se alimenten del pasado"
"- lombrices de lo infame"
"- no se alimenten del pasado"
"- lombrices de lo infame"
"- no se alimenten del pasado"
"- lombrices de lo infame"
"- no se alimenten del pasado"
el teatro vacío, con fecha de derrumbe para el mismo día del estreno de la obra, procede a caerse a pedazos. los obreros aplauden, conmovidos mientras el cuervo se aleja volando dejando caer lombrices decapitadas sobre calles vacías, mientras defeca sobre una de las cabezas de los proletarios.
la crítica destroza la obra.
VI
verdad cruel: todo es caída libre desde este punto.
VII
el cielo
no responde mis llamados.
prometo nunca regresar.
marea roja.
violencia para veteranos,
enfermedades para los niños
10 ml de ansiolíticos para los dependientes
medio litro de cloro para quienes tienen la garganta vírgen.
anuncios de fin del mundo para los que aun tienen fé,
el fin del mundo para quien lo necesite.
bodas para nihilistas,
la peste negra para los últimos románticos.
enfermedades para los niños
mutan
en violencia para veteranos.
desembarco,
marea roja
y pequeñas olas que arrastran dientes desnudos, inmaculados
rabiosos de bruxismo.
II
una gotera de agua estancada proveniente del piso de arriba
apuñala el óxido de la única olla que tengo.
una boca,
un sistema inmunológico defectuoso
y lo que ya no sé distinguir si es hambre.
semióticas de la cocina.
III
la prudencia de los labios sellados con nylon quemado
arde de urgencia,
la alarma de incendios
me despierta clavándome sus colmillos en el cuello
y mis vértebras
chillan como recién nacido.
índice de lo que recuerdo de las marcas en mi piel:
quemaduras de primer grado: miedo de que me olviden bajo un crucifijo.
(de) segundo grado: querer hacer amigos para evitar que me marginen y fracasar.
(de) tercer grado: prometer portarme bien.
(de) cuarto grado: jurar lealtad a la bandera, a pesar de no ser abanderado. (el primer fracaso)
¿como llegué acá?
las salidas de emergencia están asesiadas de angustia, ¿para que molestarse, ya?
07:48 AM
vuelvo a dormir.
IV
¿que me queda?
solo tengo un centenar de colillas bajo la lengua
y un cielo
del cual no tengo custodia.
V
primer acto, trescientos personajes, ciento cincuenta del lado izquierdo del escenario, ciento cincuenta del lado derecho. en el medio, un cuervo que lleva una veintena de días sin alimentarse y pedece al exacto momento que se levanta el telón. un hombre y una mujer, uno de cada lado, se acercan a la jaula y la abren, depositando una lata de sardinas con exactamente 4 lombrices cada uno. ambos, hombre y mujer, vuelven a sus respectivos puestos.
las lombrices empiezan a acercarse a la presa.
el lado izquierdo comienza:
"- lombrices de lo infame"
las lombrices no responden al llamado.
y el lado derecho responde:
"- no se alimenten del pasado"
las lombrices comienzan a devorar al ave.
ergo:
"- lombrices de lo infame"
"- no se alimenten del pasado"
"- lombrices de lo infame"
"- no se alimenten del pasado"
"- lombrices de lo infame"
"- no se alimenten del pasado"
"- lombrices de lo infame"
"- no se alimenten del pasado"
"- lombrices de lo infame"
"- no se alimenten del pasado"
el teatro vacío, con fecha de derrumbe para el mismo día del estreno de la obra, procede a caerse a pedazos. los obreros aplauden, conmovidos mientras el cuervo se aleja volando dejando caer lombrices decapitadas sobre calles vacías, mientras defeca sobre una de las cabezas de los proletarios.
la crítica destroza la obra.
VI
verdad cruel: todo es caída libre desde este punto.
VII
el cielo
no responde mis llamados.
prometo nunca regresar.
lunes, 9 de octubre de 2017
infección intrahospitalaria
I
pedir compasión/no inmutarse.
reivindicar/
o/
destruir/
lo que signifiqué.
II
anecdotario: caer en un aljibe y que los perros de búsqueda hayan sido sacrificados.
III
post-operatorio.
(estoy) conectado a teléfonos públicos descolgados,
que marcan la falta de pulso.
extraños hacen uso de la unión de mis brazos como parlante.
(todas) llamadas por cobrar
adeudo más de diez cifras-
-entonces-
hipoteco brazos, ojos, piernas,
cama, casa, perro,
carótida, páncreas
y medio riñon.
me enfermo de nuevo.
"la línea será re-establecida a la brevedad".
IV
escupo una pasta farmacológica
-en plural,
cadáveres-
sobre los restos de un altar marchito.
diagnóstico/recetario: cama ortopédica, en vez de usar sábanas, recurrir a la fosa séptica,
a la ciénaga, o a un pozo ciego.
"disculpe, ¿venden esto acá? no sé bien que dice, no leo"
V
extirpenle
el canto a los pájaros
y guardenlo bajo tierra.
así podrá crecer el árbol
que parirá con dolor la madera
para construir el arca
que usarán como trampolín
hacia el diluvio.
VI
anecdotario II: caminar de madrugada y levantar las manos ante el ruido del gatillo; estigmas de cortesía, o como actuar de jesucristo en una obra de una escuela primaria, apostólica y romana sin previo aviso.
VII
la horca
para
el
_ _ _ _ _ _ _ _
la guillotina
para
el
dego/llado.
¿quién se ríe de quién ahora?
pedir compasión/no inmutarse.
reivindicar/
o/
destruir/
lo que signifiqué.
II
anecdotario: caer en un aljibe y que los perros de búsqueda hayan sido sacrificados.
III
post-operatorio.
(estoy) conectado a teléfonos públicos descolgados,
que marcan la falta de pulso.
extraños hacen uso de la unión de mis brazos como parlante.
(todas) llamadas por cobrar
adeudo más de diez cifras-
-entonces-
hipoteco brazos, ojos, piernas,
cama, casa, perro,
carótida, páncreas
y medio riñon.
me enfermo de nuevo.
"la línea será re-establecida a la brevedad".
IV
escupo una pasta farmacológica
-en plural,
cadáveres-
sobre los restos de un altar marchito.
diagnóstico/recetario: cama ortopédica, en vez de usar sábanas, recurrir a la fosa séptica,
a la ciénaga, o a un pozo ciego.
"disculpe, ¿venden esto acá? no sé bien que dice, no leo"
V
extirpenle
el canto a los pájaros
y guardenlo bajo tierra.
así podrá crecer el árbol
que parirá con dolor la madera
para construir el arca
que usarán como trampolín
hacia el diluvio.
VI
anecdotario II: caminar de madrugada y levantar las manos ante el ruido del gatillo; estigmas de cortesía, o como actuar de jesucristo en una obra de una escuela primaria, apostólica y romana sin previo aviso.
VII
la horca
para
el
_ _ _ _ _ _ _ _
la guillotina
para
el
dego/llado.
¿quién se ríe de quién ahora?
lunes, 2 de octubre de 2017
liquidación por cierre
I
¿a dónde ver, ahora?
ya no puedo culpar a nadie.
mi silueta, dibujada en el paredón de fusilamiento
espera esposada,
la consagración de la primavera.
II
¿como no regalarme ante la fabulación?
si es lo único que me queda,
lo único que me dejaron.
III
murciélagos albinos
desgarran, culposos, los vientres de las polillas infantes.
el vestido,
su seda intacta.
la noche
muere de a ratos.
IV
no sé reconocerme ya,
con las pezuñas maternales clavadas en el pescuezo.
el nido, ya es hueco
y el fuego ha revestido mis cimientos a nada.
¿por qué traerme aquí haría diferencia alguna?
si jamás tuve intención de venir.
V
miedo número uno: si no hago pie, ¿como me sostengo?
VI
realización número uno: no lo hago.
VII
latidos de óxido caen
uno
a
uno sobre mi pecho inacabado.
mi esternón, que llora malherido,
me hace dar cuenta
que la costilla ha huído de mi corazón
y me ha atravesado la palma de la mano.
del jardín del edén,
me expulsan
no por pecador,
sino por ser infértil.
¿a dónde ver, ahora?
ya no puedo culpar a nadie.
mi silueta, dibujada en el paredón de fusilamiento
espera esposada,
la consagración de la primavera.
II
¿como no regalarme ante la fabulación?
si es lo único que me queda,
lo único que me dejaron.
III
murciélagos albinos
desgarran, culposos, los vientres de las polillas infantes.
el vestido,
su seda intacta.
la noche
muere de a ratos.
IV
no sé reconocerme ya,
con las pezuñas maternales clavadas en el pescuezo.
el nido, ya es hueco
y el fuego ha revestido mis cimientos a nada.
¿por qué traerme aquí haría diferencia alguna?
si jamás tuve intención de venir.
V
miedo número uno: si no hago pie, ¿como me sostengo?
VI
realización número uno: no lo hago.
VII
latidos de óxido caen
uno
a
uno sobre mi pecho inacabado.
mi esternón, que llora malherido,
me hace dar cuenta
que la costilla ha huído de mi corazón
y me ha atravesado la palma de la mano.
del jardín del edén,
me expulsan
no por pecador,
sino por ser infértil.
miércoles, 20 de septiembre de 2017
métodos varios para eludir, escapar y confesarse
día I
-identikit-
los ojos de conchas de ratas vírgenes,
bolsas de consorcio acumuladas en planta baja
nueve pisos en disputa,
un ascensor que es acantilado hacia un mar de cerámicos mal puestos
no hay quórum que me dejé dormir en paz.
los brazos de mimbre viejo atado con alambre corroído,
arterias altamente inflamables
nervios muertos,
la imposibilidad de refugiarse el pecho ante la inminencia del fusilamiento.
los labios de alta costura,
larvas apretujadas entre las cuencas de donde solían estar mis muelas
anidan
cumpliendo el verdadero sueño americano.
mi garganta es premio consuelo de un perro guardian al borde de la muerte,
las palabras se me escapan por rincones de la estancia
mal cercados.
ambas partes, víctima y testigos
son partícipes de la rueda de reconocimiento
nota personal: todos se parecen a mi.
día II
hay un ventilador de techo
girando a cero coma (,) veinticinco revoluciones por minuto.
se anunciaron treinta y seis grados centígrados cuando salí de mi casa
en el transporte público una mujer murió de combustión espontánea,
miré mi reloj y estaba ardiendo.
siempre hice mal en depositar mi fé en alguien,
hacen treinta y seis grados coma cinco.
el cuello de mi camisa me roba todo el oxígeno amenazándome con dos plásticos bien afilados
posicionados sobre la yugular y la carótida, precisamente,
pero no puedo permitir mostrar la vergüenza que es ser hijo de adán, pienso.
mi pulmón cabe ahora en la palma de mi mano.
la piel se me pega a una silla de jardín,
falla total de órganos públicos.
entro a la corte con restos de lo que se ha vuelto a convertir en petróleo
-dramatización I: entro en llamas-
oigo recitar
un mismo cuento de memoria,
veo la misma cara de perro lamentándose sobre un juez
que sobre la falda lleva un revólver que lo apunta a su rostro
o a jesucristo, sobre su cabeza.
veo a un juez que tiene miedo de ambas formas.
siento lágrimas que me caen sobre mi deshidratación,
oigo una familia perdiendo lo que supo, de alguna forma, que iba a perder.
no duele el hecho,
duele la manera.
no veo nada
-dramatización II: una de las lágrimas o una de las gotas de sudor o quiérase, un híbrido, cayo sobre el tomacorriente. 220v que pedecieron ante el sistema judicial.
hay vecino en el barrio aledaño haciendo barricadas con las cajas de fuegos artificiales para las fiestas.
hay un incendio en el barrio aledaño y decenas de heridos,
pero unos colores hermosos en el cielo-
se levanta la sesión.
día III
recreación de un taller de teatro inexperto y de último minuto de doce hombres en pugna.
hoy pronosticaron cuarenta grados.
ya hay tres cadáveres en la sala,
(pienso que no serán los últimos)
los paramédicos son inocentes,
las bolsas de consorcio se derriten a los treinta y ocho grados centígrados y monedas.
veo (a través de) un cráneo podrido
y tres cuerpos que parecen estatuas de bronce fundido asfixiadas por un plástico desgarrado.
amor en descomposición.
nueve hombres en pugna.
ahora, deliberación.
culpable/culpable/culpable/culpable/culpable/culpable/culpable/culpable/
mierda,
no leí el expediente del caso.
culpable/culpable/culpable/culpable/culpable/culpable/culpable/culpable/inocente
hasta que se demuestre lo contrario.
día IV
noche buena: no hay progreso
cena familiar, tradición de mi linaje
-dramatización III: mi cabeza en el horno, cuatroscientos grados centígrados, pintada con aceite de oliva y condimentada con orégano, mix de pimientas y una pizca de pimentón.
escenario I: decapitado, corto delicadamente rodajas de mi cerebelo para alimentar a mi familia, el vitel toné de mi madre es una gran guarnición. dan las cero/cero/cero/cero y se hace de día de a momentos, todos brindamos y nos ahogamos en la pileta
escenario II: quemo la cena, todos se alejan de mi casa gritando el gran fracaso que fui todos estos años, el cielo sigue negro y cuando me quiero dar cuenta ya son las cero/tres/cinco/siete. todo está perdido-
tradición, dije
ceno solo,
enciendo una vela para ambientar la velada,
cargo mis venas con vino picado.
mi garganta está a punto de disparar.
día V
veinticinco de diciembre.
no voy a salir de la cama,
me arropo de vómito
dulces sueños.
día VI
inicio de la semana de la discordia.
las olas de calor, accidentes domésticos de pirotecnia, o solo el accionar de la mera depresión nos ha reducido a solo dos hombres
¿en pugna? quien sabe.
culpable/inocente
¿inocente? quien sabe.
realmente no quiero estar acá,
nadie quiere cumplir su deber como jurado
¿quién soy yo para juzgar a alguien?
la ética de mi infancia fue asesinar sin piedad a un cobayo inocente,
eso aun me persigue
¿y esperan que decida sobre el destino de una persona?
me atemoriza la cárcel,
no quiero entablar nuevas relaciones
no soy una persona apta para eso.
-dramatización IV: rechazo el deber, salgo del juzgado victorioso y con toda la plata de mi billetera me compro una decena de tragos en el bar mas caro de la ciudad y trato de pasar la noche con alguien.
fallo I: me quedo en silencio cuando me hablan y me vuelco alcohol en mi ropa (porque no puedo tomar sin derramar medio vaso sobre mi camisa, que aun me sigue amenazando)
resolución I: así, solo, ebrio, mojado y algo perdido, tiro a golpes y a llantos la puerta de mi departamento y escribo sobre lo solo, infeliz y miserable que me siento.
al dia siguiente me despierto como si nada
ignorando todo lo que sentí,
muriéndome por dentro-
digo que me siento enfermo y no puedo seguir.
el otro hombre me escupe y me pega un puñetazo en la cara,
yo le agradezco.
se levanta la sesión.
día VII
no dormí.
no se si sigo ebrio o tengo resaca, no se diferenciar el límite.
hacen cuarenta y un grados
las plantas de mi balcón se han tirado por el mismo.
hay trece heridos en planta baja,
un edificio en discordia
y debo tres meses de expensas.
ignoro todo deber judicial.
están derribando mi puerta con un ariete hecho de cuerpos
y mi almohada no neutraliza todos los golpes.
dios, creo necesitar tranquilizante para caballos.
-dramatización V: yo yendo a la veterinaria. exhalando, respirando (haciendo todo al revés) me presento como juan estanislao guzmán, reconocido médico equino, solicitando una docena de botellas de medio litro de la medicación mas fuerte en el mercado
¿credencial?
-ns/nc-
¿efectivo?
-ns/nc-
no tengo siquiera donde caer muerto-
argh,
mejor una sopa de restos de rivotril antes que estar lúcido un momento mas
¿juicio?
claro que me juzgo todos los dias,
por eso no necesito hablar más conmigo mismo.
día VIII
pitido a diez mil doscientos trece hertz
el resto
día IX
ruido blanco
día X
mi cabeza hace eco incluso por la más mínima idea,
duele tanto pensar tan poco.
estoy sentado en una silla líquida,
la escoliosis contra la pared
y el culo apoyado en el segundo subsuelo.
todos parados jurándole respeto al juez
estoy atado a la misma estructura de madera en la que hace dias sentí llorarme el cuerpo
argh,
cuarenta y dos grados centígrados.
mi pelo cae sobre mis ojos,
el otro jurado no ha aparecido hoy
quizás se sienta culpable de re-direccionarme la mandíbula
y de humectar manualmente mi ojo derecho.
no puedo mantener los ojos despiertos.
me llamo a mi mismo al estrado,
confieso tanto:
de chico asesiné sin piedad a un cobayo,
le clavé alfileres en los ojos a mis muñecos
para manipularlos como yo quisiese.
hice todo para que mis padres se alejasen de si
y dejase yo de pasarla mal.
-dramatización VI: nada funcionó. nada nunca funciona.-
mi mirada ve al arma que tengo bajo la mesa, sobre mi falda
apuntándome a mi
o al jesucristo sobre mi cabeza.
es lo mismo
de ambas formas, sé que tengo miedo.
el juzgado está vacío.
levanto la sesión.
día XI
irrumpo sobre la sentencia,
esposado
hacen cincuenta grados afuera y mis muñecas lloran metal fundido sobre mis venas.
sé que soy culpable
aun no sé bien de que, pero lo soy
no puedo vivir así.
el jurado me mira juzgandome (como si pudiese hacer otra cosa)
culpable/culpable
al fin congeniamos.
(que lindo se siente hacer un amigo)
me escupen, me golpean
y se que lo merezco.
explico mi alegato al dibujante, a los testigos, al victimario, a la víctima y al juez
y digo
que es que me detesto tanto
es que odio tanto
es que siento tanto
es que nadie siente nada mas que pena por mi
es que asesiné a un cobayo
es que mi cuello está sobre el estrado hace semanas y nadie lo ha recogido
es que el jurado me odia
y yo lo odio
y me golpea, me escupe
y yo le agradezco de nuevo.
y digo
que por favor
que pido por favor
que me lleven
que no tengo nada que hacer acá
mi horno no podría soportar cocinarme de nuevo
y mis ingresos no son suficientes para pagar el gas
ni el agua
ni la electricidad.
lloro tanto para que sientan algo por mi.
lloro sobre el tomacorriente
la tristeza en doscientos veinte voltios.
todos en la oscuridad nos damos cuenta lo miserables que somos.
protesto,
protesto,
protesto,
no hay lugar donde ir,
nadie me dice nada.
los familiares lloran,
el juez acaba de suicidarse.
los oficiales me llevan esposado.
levanto la sesión,
caso cerrado.
día XII
primer día en la cárcel,
dos/tres/cinco/nueve.
trato de roer mi cuello con las esposas,
pero la fricción solo logra una quemadura de primer grado.
tengo un balcón
y por balcón entiendáse una ventana de diez por trece.
dan las cero/cero/cero/cero
y hacen cincuenta grados.
el cielo se inunda de colores hermosos
unas cuantas sábanas bien atadas rompen cinco cuellos al unísono.
que espectáculo.
paso mi lengua por los barrotes
y saben a un poste de subte deteriorado.
hay una gotera cayendo sobre el único inodoro en la celda
tapado de gallinas decapitadas para rituales umbanda
y cobayos asesinados por niños irresponsables.
el agua es amarga, pestilente
como si viniese de una cloaca situada en el techo.
hay
vino picado cargado en lo que resta de mis venas,
mi garganta está a punto de disparar al guardia más cercano,
a ver si ratifican la sentencia.
hacen cincuenta y un grados.
saco mi lengua de vaca asesinada
para que se caiga a pedazos en mis pies
y pedir asistencia ante una clara emergencia médica
mi mandíbula rota
se ríe ante quienes tienen una familia y tienen que pasar el día cosiéndome la boca,
labios de alta costura
con los que sonrío
y celebro
por el año nuevo mas feliz que tuve.
-identikit-
los ojos de conchas de ratas vírgenes,
bolsas de consorcio acumuladas en planta baja
nueve pisos en disputa,
un ascensor que es acantilado hacia un mar de cerámicos mal puestos
no hay quórum que me dejé dormir en paz.
los brazos de mimbre viejo atado con alambre corroído,
arterias altamente inflamables
nervios muertos,
la imposibilidad de refugiarse el pecho ante la inminencia del fusilamiento.
los labios de alta costura,
larvas apretujadas entre las cuencas de donde solían estar mis muelas
anidan
cumpliendo el verdadero sueño americano.
mi garganta es premio consuelo de un perro guardian al borde de la muerte,
las palabras se me escapan por rincones de la estancia
mal cercados.
ambas partes, víctima y testigos
son partícipes de la rueda de reconocimiento
nota personal: todos se parecen a mi.
día II
hay un ventilador de techo
girando a cero coma (,) veinticinco revoluciones por minuto.
se anunciaron treinta y seis grados centígrados cuando salí de mi casa
en el transporte público una mujer murió de combustión espontánea,
miré mi reloj y estaba ardiendo.
siempre hice mal en depositar mi fé en alguien,
hacen treinta y seis grados coma cinco.
el cuello de mi camisa me roba todo el oxígeno amenazándome con dos plásticos bien afilados
posicionados sobre la yugular y la carótida, precisamente,
pero no puedo permitir mostrar la vergüenza que es ser hijo de adán, pienso.
mi pulmón cabe ahora en la palma de mi mano.
la piel se me pega a una silla de jardín,
falla total de órganos públicos.
entro a la corte con restos de lo que se ha vuelto a convertir en petróleo
-dramatización I: entro en llamas-
oigo recitar
un mismo cuento de memoria,
veo la misma cara de perro lamentándose sobre un juez
que sobre la falda lleva un revólver que lo apunta a su rostro
o a jesucristo, sobre su cabeza.
veo a un juez que tiene miedo de ambas formas.
siento lágrimas que me caen sobre mi deshidratación,
oigo una familia perdiendo lo que supo, de alguna forma, que iba a perder.
no duele el hecho,
duele la manera.
no veo nada
-dramatización II: una de las lágrimas o una de las gotas de sudor o quiérase, un híbrido, cayo sobre el tomacorriente. 220v que pedecieron ante el sistema judicial.
hay vecino en el barrio aledaño haciendo barricadas con las cajas de fuegos artificiales para las fiestas.
hay un incendio en el barrio aledaño y decenas de heridos,
pero unos colores hermosos en el cielo-
se levanta la sesión.
día III
recreación de un taller de teatro inexperto y de último minuto de doce hombres en pugna.
hoy pronosticaron cuarenta grados.
ya hay tres cadáveres en la sala,
(pienso que no serán los últimos)
los paramédicos son inocentes,
las bolsas de consorcio se derriten a los treinta y ocho grados centígrados y monedas.
veo (a través de) un cráneo podrido
y tres cuerpos que parecen estatuas de bronce fundido asfixiadas por un plástico desgarrado.
amor en descomposición.
nueve hombres en pugna.
ahora, deliberación.
culpable/culpable/culpable/culpable/culpable/culpable/culpable/culpable/
mierda,
no leí el expediente del caso.
culpable/culpable/culpable/culpable/culpable/culpable/culpable/culpable/inocente
hasta que se demuestre lo contrario.
día IV
noche buena: no hay progreso
cena familiar, tradición de mi linaje
-dramatización III: mi cabeza en el horno, cuatroscientos grados centígrados, pintada con aceite de oliva y condimentada con orégano, mix de pimientas y una pizca de pimentón.
escenario I: decapitado, corto delicadamente rodajas de mi cerebelo para alimentar a mi familia, el vitel toné de mi madre es una gran guarnición. dan las cero/cero/cero/cero y se hace de día de a momentos, todos brindamos y nos ahogamos en la pileta
escenario II: quemo la cena, todos se alejan de mi casa gritando el gran fracaso que fui todos estos años, el cielo sigue negro y cuando me quiero dar cuenta ya son las cero/tres/cinco/siete. todo está perdido-
tradición, dije
ceno solo,
enciendo una vela para ambientar la velada,
cargo mis venas con vino picado.
mi garganta está a punto de disparar.
día V
veinticinco de diciembre.
no voy a salir de la cama,
me arropo de vómito
dulces sueños.
día VI
inicio de la semana de la discordia.
las olas de calor, accidentes domésticos de pirotecnia, o solo el accionar de la mera depresión nos ha reducido a solo dos hombres
¿en pugna? quien sabe.
culpable/inocente
¿inocente? quien sabe.
realmente no quiero estar acá,
nadie quiere cumplir su deber como jurado
¿quién soy yo para juzgar a alguien?
la ética de mi infancia fue asesinar sin piedad a un cobayo inocente,
eso aun me persigue
¿y esperan que decida sobre el destino de una persona?
me atemoriza la cárcel,
no quiero entablar nuevas relaciones
no soy una persona apta para eso.
-dramatización IV: rechazo el deber, salgo del juzgado victorioso y con toda la plata de mi billetera me compro una decena de tragos en el bar mas caro de la ciudad y trato de pasar la noche con alguien.
fallo I: me quedo en silencio cuando me hablan y me vuelco alcohol en mi ropa (porque no puedo tomar sin derramar medio vaso sobre mi camisa, que aun me sigue amenazando)
resolución I: así, solo, ebrio, mojado y algo perdido, tiro a golpes y a llantos la puerta de mi departamento y escribo sobre lo solo, infeliz y miserable que me siento.
al dia siguiente me despierto como si nada
ignorando todo lo que sentí,
muriéndome por dentro-
digo que me siento enfermo y no puedo seguir.
el otro hombre me escupe y me pega un puñetazo en la cara,
yo le agradezco.
se levanta la sesión.
día VII
no dormí.
no se si sigo ebrio o tengo resaca, no se diferenciar el límite.
hacen cuarenta y un grados
las plantas de mi balcón se han tirado por el mismo.
hay trece heridos en planta baja,
un edificio en discordia
y debo tres meses de expensas.
ignoro todo deber judicial.
están derribando mi puerta con un ariete hecho de cuerpos
y mi almohada no neutraliza todos los golpes.
dios, creo necesitar tranquilizante para caballos.
-dramatización V: yo yendo a la veterinaria. exhalando, respirando (haciendo todo al revés) me presento como juan estanislao guzmán, reconocido médico equino, solicitando una docena de botellas de medio litro de la medicación mas fuerte en el mercado
¿credencial?
-ns/nc-
¿efectivo?
-ns/nc-
no tengo siquiera donde caer muerto-
argh,
mejor una sopa de restos de rivotril antes que estar lúcido un momento mas
¿juicio?
claro que me juzgo todos los dias,
por eso no necesito hablar más conmigo mismo.
día VIII
pitido a diez mil doscientos trece hertz
el resto
día IX
ruido blanco
día X
mi cabeza hace eco incluso por la más mínima idea,
duele tanto pensar tan poco.
estoy sentado en una silla líquida,
la escoliosis contra la pared
y el culo apoyado en el segundo subsuelo.
todos parados jurándole respeto al juez
estoy atado a la misma estructura de madera en la que hace dias sentí llorarme el cuerpo
argh,
cuarenta y dos grados centígrados.
mi pelo cae sobre mis ojos,
el otro jurado no ha aparecido hoy
quizás se sienta culpable de re-direccionarme la mandíbula
y de humectar manualmente mi ojo derecho.
no puedo mantener los ojos despiertos.
me llamo a mi mismo al estrado,
confieso tanto:
de chico asesiné sin piedad a un cobayo,
le clavé alfileres en los ojos a mis muñecos
para manipularlos como yo quisiese.
hice todo para que mis padres se alejasen de si
y dejase yo de pasarla mal.
-dramatización VI: nada funcionó. nada nunca funciona.-
mi mirada ve al arma que tengo bajo la mesa, sobre mi falda
apuntándome a mi
o al jesucristo sobre mi cabeza.
es lo mismo
de ambas formas, sé que tengo miedo.
el juzgado está vacío.
levanto la sesión.
día XI
irrumpo sobre la sentencia,
esposado
hacen cincuenta grados afuera y mis muñecas lloran metal fundido sobre mis venas.
sé que soy culpable
aun no sé bien de que, pero lo soy
no puedo vivir así.
el jurado me mira juzgandome (como si pudiese hacer otra cosa)
culpable/culpable
al fin congeniamos.
(que lindo se siente hacer un amigo)
me escupen, me golpean
y se que lo merezco.
explico mi alegato al dibujante, a los testigos, al victimario, a la víctima y al juez
y digo
que es que me detesto tanto
es que odio tanto
es que siento tanto
es que nadie siente nada mas que pena por mi
es que asesiné a un cobayo
es que mi cuello está sobre el estrado hace semanas y nadie lo ha recogido
es que el jurado me odia
y yo lo odio
y me golpea, me escupe
y yo le agradezco de nuevo.
y digo
que por favor
que pido por favor
que me lleven
que no tengo nada que hacer acá
mi horno no podría soportar cocinarme de nuevo
y mis ingresos no son suficientes para pagar el gas
ni el agua
ni la electricidad.
lloro tanto para que sientan algo por mi.
lloro sobre el tomacorriente
la tristeza en doscientos veinte voltios.
todos en la oscuridad nos damos cuenta lo miserables que somos.
protesto,
protesto,
protesto,
no hay lugar donde ir,
nadie me dice nada.
los familiares lloran,
el juez acaba de suicidarse.
los oficiales me llevan esposado.
levanto la sesión,
caso cerrado.
día XII
primer día en la cárcel,
dos/tres/cinco/nueve.
trato de roer mi cuello con las esposas,
pero la fricción solo logra una quemadura de primer grado.
tengo un balcón
y por balcón entiendáse una ventana de diez por trece.
dan las cero/cero/cero/cero
y hacen cincuenta grados.
el cielo se inunda de colores hermosos
unas cuantas sábanas bien atadas rompen cinco cuellos al unísono.
que espectáculo.
paso mi lengua por los barrotes
y saben a un poste de subte deteriorado.
hay una gotera cayendo sobre el único inodoro en la celda
tapado de gallinas decapitadas para rituales umbanda
y cobayos asesinados por niños irresponsables.
el agua es amarga, pestilente
como si viniese de una cloaca situada en el techo.
hay
vino picado cargado en lo que resta de mis venas,
mi garganta está a punto de disparar al guardia más cercano,
a ver si ratifican la sentencia.
hacen cincuenta y un grados.
saco mi lengua de vaca asesinada
para que se caiga a pedazos en mis pies
y pedir asistencia ante una clara emergencia médica
mi mandíbula rota
se ríe ante quienes tienen una familia y tienen que pasar el día cosiéndome la boca,
labios de alta costura
con los que sonrío
y celebro
por el año nuevo mas feliz que tuve.
domingo, 17 de septiembre de 2017
trescientos treinta y tres veces perdón
hoy alguien irrumpió en mi sueño,
-violación de lo más íntimo-
hoy alguien apuntó un revólver a mi rostro
y yo no dije nada.
es que,
ya no vienen a mi,
ya no nacen de mi las palabras
para dejar como ofrenda en los cementerios en los que somos
cadáver
tumba
e hiedra
al mismo tiempo.
¿cuantas veces pedimos
perdón
por lo mismo? -perdón-
hoy me levanté con miedo,
envuelto en edredones de colillas de cigarrillos
y con mi piel disfrazada de culpa.
miré hacia abajo
y vi a mi boca sedienta,
agónica por nombrarte tanto.
no respondí,
ni esperé respuesta.
mi cabeza es como un hueco
de tierra infértil.
cementerio,
cadáver, tumba e hiedra.
hogar, refugio
hogar, refugio
ah, si.
odio tanto darme cuenta
de que soy ciénaga
de hambre
y de resignación.
hoy alguien irrumpió en mi sueño
y cuando desperté yo no estaba en mi dormitorio
-denuncia de desaparición forzada-
hoy alguien cortó mi espalda por las vértebras
y me hizo mirar al cielo.
hoy me desperté en nuestros cementerios
y dejé un ramillete de cuerpos de pájaros ya huidos
como recuerdo
bajo los tobillos de nuestro mausoleo familiar.
hoy no quise salir de la cama.
hoy tampoco.
hoy quise intentar dormir, pero no pude.
hoy tampoco.
hoy me robaron el sueño, me amordazaron,
me golpearon y cortaron mi espalda en vertical
hoy me hicieron ver el cielo,
y el sol me provocó quemaduras de primer grado
hoy no me desperté en mi cama
y me han maltratado
me han cortado la lengua, me han repatriado los cadáveres que fui,
han cortado las hiedras
y demolido el cementerio.
hoy alguien irrumpió en mi sueño
y puso un revólver en mi rostro
y yo dije
que solo quería ir a casa,
pero hoy me desperté
mirando al cielo
y no dije más nada.
-violación de lo más íntimo-
hoy alguien apuntó un revólver a mi rostro
y yo no dije nada.
es que,
ya no vienen a mi,
ya no nacen de mi las palabras
para dejar como ofrenda en los cementerios en los que somos
cadáver
tumba
e hiedra
al mismo tiempo.
¿cuantas veces pedimos
perdón
por lo mismo? -perdón-
hoy me levanté con miedo,
envuelto en edredones de colillas de cigarrillos
y con mi piel disfrazada de culpa.
miré hacia abajo
y vi a mi boca sedienta,
agónica por nombrarte tanto.
no respondí,
ni esperé respuesta.
mi cabeza es como un hueco
de tierra infértil.
cementerio,
cadáver, tumba e hiedra.
hogar, refugio
hogar, refugio
ah, si.
odio tanto darme cuenta
de que soy ciénaga
de hambre
y de resignación.
hoy alguien irrumpió en mi sueño
y cuando desperté yo no estaba en mi dormitorio
-denuncia de desaparición forzada-
hoy alguien cortó mi espalda por las vértebras
y me hizo mirar al cielo.
hoy me desperté en nuestros cementerios
y dejé un ramillete de cuerpos de pájaros ya huidos
como recuerdo
bajo los tobillos de nuestro mausoleo familiar.
hoy no quise salir de la cama.
hoy tampoco.
hoy quise intentar dormir, pero no pude.
hoy tampoco.
hoy me robaron el sueño, me amordazaron,
me golpearon y cortaron mi espalda en vertical
hoy me hicieron ver el cielo,
y el sol me provocó quemaduras de primer grado
hoy no me desperté en mi cama
y me han maltratado
me han cortado la lengua, me han repatriado los cadáveres que fui,
han cortado las hiedras
y demolido el cementerio.
hoy alguien irrumpió en mi sueño
y puso un revólver en mi rostro
y yo dije
que solo quería ir a casa,
pero hoy me desperté
mirando al cielo
y no dije más nada.
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