lunes, 16 de abril de 2018

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- "¿como te llamas?"

¿como que "como me llamo"?

¿como me llamo?
¿por qué me llamo?

¿quién me llama? podría comenzar por ahí,

si uno me dice pibe,
otro flaco,

otra loco,

y para quien me conoce tengo un nombre,
y para quien no me conoce también, pero está oculto.

y nadie me consulta si lo que tengo lo porto con orgullo, porque no me llamo, sino que me llaman por mi.

y si no soy un nombre, bien puedo (intentar) llamarme por lo que hago.

entonces podría resolver que por mi apariencia y/o gestos se deduce (o podría deducirse) que:

- no duermo bien
- no coordino bien para caminar
- nunca miro a la gente a la cara
- siempre me siento con las patas cruzadas, preferentemente la izquierda sobre la derecha
- jamas me paro con las dos piernas, siempre alguna de las dos hace todo el equilibrio (eso explicaría porque no camino bien)
- mi pelo siempre tiende a cubrir mi rostro
- mi rostro siempre tiende a ser cubierto por mi pelo
- mis manos arañan mi ropa siempre que pueden por temor al abandono
- uso ropa holgada, preferentemente mas estirada del lado izquierdo que del derecho

en una primera aproximación, se afirmaría que tengo la columna desviada -sospecha que vengo conjetando hace algún tiempo-, que me pongo nervioso y por eso no veo a la gente cuando interactuo y que estiro mi ropa para evitar fumar tan seguido producto de esos nervios -ah, si, y también que fumo-.

bueno, si. soy una mala postura, un camino mal caminado y una ansiedad continua, pero no fulminante.

tambien, bueno, fui el pibe, el loco, el flaco, ese de ahí y aquel de allá

fui un número, un nombre concreto, otro número en otra situacion ajena a la primera y fui un nombre que no era certeza, sino suposición.

fui la espera, fui el enojo, fui la frustración, fui el abandono, pero jamás el deseo.

fui decenas de anécdotas contadas por personas que luego de haberlo hecho se dieron cuenta de su falta de relevancia, desentendiéndose del tema para no volverlo a mencionar.

fui la ausencia dialogada.

fui el que lloraba una gotera en el baño del piso de abajo.

fui el que aplaudía sus manos polvorientas fuera de una casa abandonada, esperando que alguien saliera y me patease penales al arco que había hecho con los cuerpitos de mis perros sacrificados, porque fui, también, al que le regalaron una pelota para su cumpleaños, y todos los días con guantes nuevos esperaba revolcarse en la tierra, pero con un propósito.

fui aquel que jamás jugo con nadie, aquel que empleó sus guantes nuevos para sacar la maleza del patio de atrás de mi casa.

fui el único que visitaba el patio de atrás de mi casa.

fui el único testigo de mi primer sueño roto.

¿entonces cómo me llamo?

comprendo que soy la aproximación de una entereza que está distribuida en distintos planos,
ninguno de ellos relevantes para nadie.

el nombre que tengo, podría no portarlo.

descompongo lo que creo que fui y no encuentro nada, ni nadie que me agrade.

prueba y error,
como nombre y apellido.

bueno. entonces puedo decir que soy ese de ahí,
soy el que no dice nada,
soy el que carga en sus manos el cadáver de su infancia,
soy el que entierra sus ojos en los antebrazos,

soy el que se muerde los labios para evitar decir algo y que nadie me responda

soy todo lo que no quiero ver.

reprimirse, censurarse, arrodillarse para cubrirse la cabeza con los brazos.

soy aquel de allá,

soy la derrota,
soy la única habitación vacía del departamento

soy quien oye todo lo que susurran en la pieza contigua.

soy el vaso en mi oreja esperando una palabra que refiera a mi,

soy la frustración
la impotencia
y la soledad.

aunque a pesar de todo no llego a ser olvido aún, porque me recuerdo
a pesar de intentar todo para no hacerlo.

soy mi propia memoria.
soy mis sueños rotos, mis esperanzas incendiadas, mis manos buscando el cielo y atrayendo la lluvia

y soy el agujero en mi techo que llora sobre mi cabeza.

soy lo que encuentro:
- una foto carnet con una mirada rota
- un retrato familiar con mi rostro quemado
- el cuerpo de una gata muerta y a sus hijos que se alimentan de sus restos 
- tres colillas de la misma marca de cigarrillos
- una bolsa de basura rota 
- un anuncio de tarot que me promete que las estrellas guiarán mi camino hacia mejor
- el cadáver de una estrella fugaz venida abajo
- un cuaderno que recopila todos los sueños de una persona en un lapso de 9 meses
- un calendario con solo los 3 meses de invierno
- un certificado de defunción.

fui quien caminaba mal
soy quien tiene los dedos amarillos por fumar tanto
fui quien estiraba la ropa de mi mamá para que no me abandone
soy el abandono que me han hecho.

fui quien temía caminar descalzo para que no me matase lo que habitaba bajo el colchón
soy quien se esconde de sus miedos bajo su cama 

fui el incendio que acabó con el árbol favorito de mi patio

soy el agua estancada en la cuenca del rio en la cual duermo.

soy mil pulmones llenos de ácido
soy la lengua que lame baterías, la bañera llena de sangre y los azulejos tallados de poesía barata.

soy una boca que florece,
que marchita lo que habla

la palabra muerta bajo mi almohada

y el nido de polillas en mi ropero.

fui la quemadura china permanente en mi muñeca, la ultima elección en clases de gimnasia,
el único banco individual,

el amigo invisible verdaderamente imaginario.

soy la caminata de noche, el revistero que me encierra como tunel,
el kiosco que no tiene mas cigarrillos

la calle vacía y mis llaves rotas.

soy quien duerme afuera, quien muere de frío, el prisionero de las cucarachas
quien corta la calle inmolándose para señalar un desvío,

soy el auto que no frena,
las luces que iluminan mi rostro

mis manos alzándose creyendo que alcanzaron el cielo

soy la lluvia de mi funeral,
soy el padre, el que se cubre de luto y el cuerpo.

soy la ausencia de cementerio,
de lápida, de nicho.

soy la extinción del recuerdo.
  
- "¿qué como me llamo?"

- "si, igual dejá, no importa."

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