van a parar.
al oído de algún otro.
sabrán ellas a donde.
huyendo de la noche.
que las enfría.
atemorizadas;
por el solo imaginarse;
que podrían terminar congeladas
y ahora que lo pienso
tal vez, por eso;
tus gritos son solo un aviso;
de que seguís con vida
pero tus susurros abrigan;
hasta el punto que queman
las palabras pierden su esencia;
a merced de la distancia.
pálida, la lágrima.
cae de una página.
destiñendo su tinta.
volviéndose una gota de la misma.
manchando así el piso;
luego de haberse estrellado contra el.
y preferís no decir nada.
solo para no congelar;
aquella grisácea acuarela
que pronto se borrará;
quedando de ella una borrosa página;
de un libro, cuyas palabras queman;
solo porque están cerca.
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