jueves, 27 de noviembre de 2014

Voz

derrumbas,
mis palabras
quemando,
las letras que las formaban
con un fósforo apagado,
para que con tu mano,
recojas las cenizas,
soplándolas con una brisa natural,
dándole la oportunidad;
al viento;
para que pueda por fin hablar.
y le susurras a mi oído,
pero yo me adueño de tus letras,
solo oigo tu respiración,
respirandole a mi oreja;
y ella, se adueña de tu calor,
pero no se da cuenta,
no te escucha porque ya no tenes voz.
le regalaste la mía al viento,
y este se la prestó al sol.
pero su calor, las quema;
antes que lleguen a escucharse.
mudo el sol;
como vos, tiende a desesperarse;
mudo el viento;
como yo, puede desmoronarse
si no oye su voz,
pero se la prestó al sol
y voy a oír la tuya, que ahora es mía,
si es que no la presto antes.
pero, ¿como vas a ser;
silencio, el resto de tu vida?
sin contestar;
con un gesto haces que te siga,
y nos dormimos bajo un árbol,
y al despertar te doy los buenos días,
y me robas tus palabras, que eran mías.
quedo mudo,
y te vas.
el viento canta;
y el sol llora,
porque ya nadie lo puede escuchar.

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