que superponiéndose con mi garganta,
echan raíces en la misma
que nacen marchitas;
rozan los pétalos ennegrecidos, las comisuras de mi boca
cayendo por mi piel
hasta mi principio,
para decantar inútilmente los rastros
de mis lejanías,
tanto pasadas
como posibles;
ahora muere anticipadamente todo aquello que no digo,
y lo que dije, nada
(si nada he dicho)
mil huidas he cometido,
(intento tras intento de escapar de este silencio que me agobia y ya es parte mía)
he fugado mi forma y he sido (junto con mi contraste)
padre de una infinidad de sombras,
pero ahí (acá) donde permanezco ahora,
los claroscuros se han difuminado a un mero haz,
cuya timidez le imposibilita penetrar los confines de mis pulmones
(mis alcobas) lugares donde hoy más habito;
pero a pesar de mis intentos, mis cobardías teatralizadas en escapes
y mi garganta ahogada entre tanta palabra cortada, sangrando su literatura
no me puedo permitir (o mejor dicho) no se me es permitido,
[puesto que mis labios permanecen reticentes ante la lengua]
romper este sosiego,
estos silencios míos,
que sabes que aún te pertenecen
No hay comentarios.:
Publicar un comentario