domingo, 20 de marzo de 2016

Ese No Sé Qué

tiendo mi intimidad sobre la tumba del perdón,

mis pasos desnudos 
son opacados por las olas negras;

mientras mi palabra hierve de sal,
y mi boca llora en estos mares contiguos en los que se ahoga

y me hundo;

ahora, 
más allá de todo lo que alguna vez hemos visto 
o he, al menos,

verme ahí,
volviendo eco la agonía que pesa en mi pecho,

ya no me da igual,

¿véase destruido el sentimiento de auto destrucción natural
que lleva consigo el ser, entonces?

mi destrucción, a este punto, es la única certeza que poseo,
lo de auto es discutible, ¿no?

el verdadero problema es el apresuramiento por el cual creo
que me aflora el sentir que por tanto tiempo se me ha negado; 

es por eso que muero un poco más tras cada segundo de indecisión,

[he ahí presentada en práctica la inminencia de la devastación mía]

creo ser el vacío perpetuo de un árbol muerto,

solo acariciénme con dagas, por favor
y me rendiré ante ustedes cuesta abajo,

desperdicio es mi piel mundana, corteza de todos mis males

y mi tronco un farsante
quien dice que soy eterno;

es esta la sinceridad que brota de mi corazón dolido,

la que va empapándose del agua que cae de mis pulmones llenos de sal
y aún no decido,

mejor dicho, no distingo que siento (o si es que lo hago, al menos)

pero es una situación idónea, a su manera,
puesto que me encanta jugar a decir mis últimas palabras,

pero odiaría morirme en serio y darme cuenta al segundo previo a dejar de ser,
que podría haber dicho algo mejor;

no creo en despedidas de todas formas,
creo que solo es un atributo que, complaciente a mi mismo,

adorna mi verdad con cierta "poética" decadente;

ahí está lo que digo,
odiría si muriese ahora tras haber dicho eso,

pero sigo agonizando, indeciso ante la idea de sentir;

y aún sigo tan vacío como antes,
es solo que divago para no pensar en ello,

tal vez para cuando vuelva en mí 
ya sienta o tal vez ya esté muerto,

solo sé, que en este momento,
me estoy ahogando y duelen mis palabras,

y me pesa la agonía de la incertidumbre,
que es el limbo de la existencia (mía)

puesto que siento (si, siento)
pero siento solamente, el no saber que estoy sintiendo

y eso hace doler mi corazón,

y me hace pensar,
que quizás mañana amaneceré muerto 

sin que nadie se de cuenta,

[no sé que estoy haciendo sintiendo]

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