miércoles, 9 de marzo de 2016

Luto

me reduzco a una mínima parte de lo que me habla tu forma,

adentrándome en confines que luego ignoro,

sean, tal vez, recámaras de sedientos cantos,
o solo vacíos de altas tempestades

que envenenan los escombros de personificaciones pasadas;

[cae la corteza que nos envuelve]

y aún ahogándome de libertad,
solo pienso en devorar aquella tierra donde estás llorando ahora,

ahora, ¡si!
en este mismo y preciso instante, 

donde lo súbito se encuentra repiqueteando
sobre mis fines y comienzos,

contraponiéndose
a la antelación que tanto he resguardado bajo los velos de aquellas hojas secas,

allá, por donde recaen mis vestigios
[estelas que tantean tu olvido]

y tu forma (expresándose)

cautivando los rostros, ahora impresionados, 
de cientos de personas que jamás han estado realmente donde vos

[o donde yo]

y ahora, solo por tu advenimiento en su mirada, 
revolucionan la existencia;

[caen ahora los pedestales que tersan la imponencia de tu figura]

y ahora desnuda,
no sos tan diferente a mi

pero sigo siendo nimiedad ante tu contorno;

invisible, en contrapunto a tus pliegues, 
casi tocando los ecos de tus últimos latidos,

a ultranza, bordeo tus terminaciones
para escabullirme inadvertido,

sin que puedas siquiera sentirme;

[ahora tumultos, murmuros en rincones que juegan de incógnito ante mi mirada]

silencio,

silencio porque tal vez las altas tempestades conquisten tus vacíos
y silencio porque quizás los cantos de tu sed hagan llover algo que no sea la tierra que cual anhelaba nutrirme,

pero solo pido:

que no olvides tu recuerdo,
ni tu forma

[a pesar de que estemos en tiempos distintos]

(otredades del segundo efímero)


puesto que ahora solo me queda tu recuerdo, 
con lo que dificultosamente guío éstas palabras,

mientras boceteo tus sombras
sin poder hacerles siquiera decoro

a las paredes de mármoles donde se dibujaron,
maravillando a los inexistentes,

pero ahora silencio;

[mientras caen mis lágrimas de concreto sobre la tierra tuya]

sobre la cual ya no poseo afán alguno,

sobre la cual lloro ahora,
sofocándome encadenado a tu ánima obnubilada en descanso inquebrantable,


[ya no hay libertad verdadera después de esto]

No hay comentarios.:

Publicar un comentario