I
me sueñan las hogueras
en las que me hundo siendo solamente un puñado de grillos.
mis abdómenes, carcomiéndose,
liberan el canto de la trágica ceniza que sepulta mis restos,
en la noche no soy nadie.
II
tu edad
la mía
¿que importan acaso?
si nada nos impide ser un recién nacido,
o un cadáver
III
una condensación artificial
solo trae una espera eterna por una lluvia
que jamás cae
IV
tantas veces me anticipé tanto a todo
que jamás llegué
en verdad
V
dicotomía: yo enfrentándome a la idea de hacerme frente a mi mismo
VI
siempre me pierdo
entre finitísimas cortezas muertas
por mi piel que apaga su brillo y no me guía.
mis venas heladas
me abrazan quemando mis vértebras
VII
me repito: en la noche no soy nadie.
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