domingo, 4 de diciembre de 2016

mi funeral se va a celebrar en un baño químico

¿que me acecha?

trago lo áspero de mi piel
y hace tanto frío en mi garganta

que me evaporo.

desnudo mi tacto,
que cae muerto sobre un escenario vacío 

¡ay! ¡protagónica miseria!

¿que más kitsch que teatralizar la pena
y estereotipar el dolor?

consumo masivo que nutre una jauría desesperanzada
con pesar, simplemente

y son esas las ratas que apedreándome con sus colmillos corroídos
me desmenuzan

y me lanzan cual vómito por una toilette.

disto, ya ¿que no es obvio?

no estoy/no esto/y no/estoy

ni está el eco del recuerdo mío, siquiera
puesto no sé si realmente

hubo uno alguna vez.

¿qué me han hecho?

me nace tanto,
me hieren tanto.

¿que me he hecho?

¿que ha sido de mi? 
si siempre fui lo mismo.

bajo mis propios términos, era yo: 

una lengua agonizante,
tres venas abiertas

y un hueco en el pecho.

ahora, solo puedo nombrarme del único modo que encuentro correcto:

una interrogante.

"¿cómo?"

cómo es mi nombre,
cómo es que fui,

cómo es que soy
ahora.

y aún sigo sin entender.

no entiendo por qué mis dedos gatillan a un suelo que está tan frío
y es que tanto en mi tráquea, como afuera de donde habita mi voz

está helando.

y no entiendo mi nombre,
no entiendo mi edad y que significa

realmente no entiendo por qué disto tanto de un diálogo,

yo mismo me abrumo tanto,
me hiero tanto.

y no entiendo quien me acecha

mi recuerdo
mi presente
o la idea de que seré

o si son todos,
en forma de preguntas, invadiéndome.

trepando como cucarachas aterrorizadas de algún calzado imponente
por mis piernas acuchilladas de tanto estar parado sin saber que hacer

y sigo en el mismo lugar desde el nacimiento de tu voz
de la mía

y presencié la muerte de ambas

y presencié la muerte de todos mis sistemas,
el nervioso,
el endocrino,
el sanguíneo, que fue el más triste de todos,

recuerdo que era yo, una estatua de mármol venida abajo
llorando estigmas de sangre seca.

era el charco mi regocijo y mi pena máxima

y entonces hablé, como lo hago ahora
pero siempre conmigo,

tanto aquella vez,
como ahora

y nunca es conversación o diálogo,

siempre me recrimino,
echándome la culpa de lo mismo

y todo sigue avanzando en contra mía,

todo lo que recae en mi sigue siendo mi culpa
y no cambia nada,

ni pasa nada


ni soy nada,
tampoco.

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