como la ambivalencia de tus ojos.
aquella que te dejaba media ciega.
ya que el izquierdo quería ver.
pero el derecho prefería arroparse con tu párpado.
como para poder dormir.
eternamente.
nunca fuiste vista teniéndolos abiertos al mismo tiempo.
siempre era uno solo.
y cuando no, estabas durmiendo.
la húmeda penumbra era lo que tu ojo derecho conocía.
desconoció la luz.
aquella que vio cuando nació.
pero que hoy, simplemente olvidó.
junto a sus ganas de volver a ver.
y como también olvido.
como nadar.
se ahogaba cada noche.
y pretendía flotar.
en aquellas lágrimas que se acumulaban en el párpado.
que este último decidió no dejar correr como una cascada
como su contraparte izquierda.
y yacía atiborrado de agua.
temblando.
a punto de estallar.
y el miedo nacía.
solo con el pensamiento de volver a observar.
aquel era, el ojo que no quería ver.
el ojo que se resguardaba por los días y por las noches.
y no quería ser.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario