domingo, 7 de junio de 2015

Agónico

I

me desperté temprano para ver al alba;

y caigo en cuenta, que en mi, ronda,
la idea de un periplo futuro,
junto con la eterna vivencia de un recuerdo;
así, a partir de la irónica divergencia,
y antes de que brame la incertidumbre;
se gesta la idea,
de un peregrinaje a través de la memoria;

que sabré emprender,
personificándome como,
todas mis formas pasadas,
ubicadas en algún punto memorial,
donde tiempo atrás;
se sabía encontrar el presente,
que escapó de aquellos vestigios,
siguiendo a mi esencia,
hasta el día de hoy;

pero temo por él,
temo fugarme de este espacio temporal,
temo por el posible ocaso de mi existencia;
y por que podría pasarle al presente sin mi,
no quiero que desaparezca,
junto a mi,

antes, clamaré permanencia,
y en mi hombro, el presente llorará su pena;

luego, me iré a su lado,

II

el presente se ha hecho a su nombre;
pero no lo siento,

hoy soy la crisálida,
de un ser naciente;
el gestar,
me cobija;

no distingo lo fantasioso de la realidad,
la inexistencia es un temor,
pero me embriaga la calidez de este lugar;

se acrecenta una luz,
junto a dos manos que corrompen mi refugio;

doy mi primer llanto,
saludo al presente;

me ha extrañado;

III

me abriga el calor maternal,
que me suelta en un jardín,
lleno de las flores mas bellas,
que mis ojos pudieron alguna vez haber visto;
y que mis manos,
alguna vez pudieron haber tocado;

maravillado, elegí una;

la mas bella de todas,
de la cual, supe desgarrar su pétalo mas grande,
para correr, abrazado a el, en el pastizal,
que ante mi ser,
se muestra en plena inmensidad;

el viento mece su verde follaje,
meciéndome a mi también;
mientras una mirada me cuida mas allá del horizonte;

dejo al pétalo ser;

ser trazado por el viento,
ser libre;
y volverse un pedazo mas del cielo,
que tan celeste,
casi me permite ver mi propio reflejo;

como el agua;

y esta es la verdadera libertad,
de la que casi me he olvidado;

y mi flor sigue tan bella como la recuerdo,
a pesar de faltarle su mas hermoso pétalo;

el sol aún no cae,
alimentando todo este jardín,
alimentándome a mi también,
de su calor;
que se acrecenta,

cegando mis ojos;

extasiado en libertad,
ignoré al presente,

que tal vez estuvo allí;

IV

hoy yo soy la luz!
que se ve en compañía del presente, 

no me ha abandonado;

su compañía en lo poco que lleva este periplo,
ha sido leal,

el cielo azul,
con leves tintes violetas,
contrasta con el perpetuo gris de los edificios,
me veo en el recuerdo que robe, tiempo atrás, de este panorama;

recuerdo,

me hipnotizaron los cables y como estos, cercaban al cielo,
impidiendo que cualquier mano,
tan solo anhelara con tocarlo;
y como el gris, sin importarle la caída solar,
se mostraba brillante ante las miradas,
despojadas de cualquier candor y vida,

dominándolas;

y la caída de un cuerpo,
desfallecido y deshumanizado,
desde el punto mas alto de esas grises edificaciones;

del cuerpo,
que desafió aquella imposición;
me supo cautivar su mirada,
alta en el cielo que no podía tocar;
de la cual se percibía vida,
aquello que todas las personas que bajo sus pies estaban reunidas,
parecían no tener;

la suerte estuvo con esas personas aquel día;
ya que presenciaron un alma por primera vez,

y me hipnotizó el accionar gravitatorio,
empujando la carne hacia el alquitrán del asfalto;
y como, por primera vez,
sentí que el tiempo se detuvo;

tal vez de ahí nació la idea que surcó mi sapiencia,
y me empujo a peregrinar en mis vestigios;

el presente, recuerdo,
aquella vez se horrorizó al oír al cuerpo terminar de fallecer;

me maravilló la sensibilidad de la escena;
las lágrimas,
la sorpresa,
la piel erizada, incluso la mía;

y aún mas,
la sonrisa del ser ya libre de su forma;
plasmada en perpetuidad en su cuerpo;

oh, la belleza era indescriptible!
la idea del cuerpo, que privado de libertad se animó a tocar el cielo;
para luego desechar su carne
y volverse eternidad,
rondó por siempre en el recoveco de mi recuerdo;

el presente lloró en su hombro sin vida;

V

hallé la belleza en la muerte;
hoy me toca hallar lo trágico en ella,

se atisba la tristeza;

VI

el luto me ha despojado de mi flor favorita;
y su último pétalo,
vuela junto al sauce,
que cubre mi cara;

sus hojas aún guardan la tristeza del presente;
que está presente;

capturo al pétalo;

el jardín es mucho mas pequeño hoy;

quien sabrá de percepción?

-"quien sabrá de amor?"
clamo,
llorando a los hombros del presente;

en un último encuentro,
dejo el pétalo sobre la sonrisa que la vida me otorgó;
que será enterrada en el sepulcro mas negro,

la reiteración de un por que;
oh, mi único intento de ayudarme a mi mismo y es inútil;

el presente se ahoga conmigo en mi tristeza;
el pastizal que recorrí tanto tiempo,
y que me hizo ser feliz por primera vez;
hoy me vuelve un lamento,
una pena,
una tristeza;

y me vuelve alguien que cuestiona la vida,
y el por que de su extinguir;

y de su fugacidad;

ruego por el presente,
para que no me abandone,
no así;

como el ser amado que bajo tierra,
hoy conoció su final;

¿donde está el presente?

VII

¿y el presente donde está?

la realidad se altera;
me veo agazapado en un recóndito rincón;

las viejas tablas de madera del suelo crujen a mi caminar,
y son como gritos provenientes de el peor infierno;
no quiero caminar;
no quiero sentir más;

quiero existir,
ser un infante que apenas afloro en esta vida;
quiero ser un jolgorio;

tantear la felicidad de nuevo!

mi expresión solo decae y decae,
y la noche parece eterna,
como la pena que acarreo hoy;

mis lágrimas le lloran a un hombro que ya no está para mi;
el presente se ha esfumado,

mi temor se ha hecho certeza;

VIII

mi gesticulador aún recuerda la expresión;
el alba parece eterno,

desvarío;
me desvié de mi sendero;

un espasmo recorre mi cuerpo;

dos espasmos recorren mi cuerpo;

tres espasmos recorren mi cuerpo y mi mente;

se desequilibra mi pensar,
mi sentir se obnubila ante la maldad de este mundo;

de mi ojo brota la última lágrima;

la tristeza se ha acabado,


IX

mi gesticulador apenas posee remembranza de la expresión;
el alba parece alejarse de lo eterno,

si, me he perdido!
y no! no quiero sus sucias manos sobre mi cuerpo,
por favor, no sean condescendientes;

si tan solo supieran lo que falta por ver!

las maderas donde mi cuerpo está posado,
crujen,

gritan,
y preciso silencio para oírlas;

y para escuchar,
el movimiento de los engranajes de las viejas máquinas,
y como estos, sudan aceite, a causa del vapor;

saben?
yo quise, y pretendí en vano ser un jolgorio!

pero sepan ustedes:
los jolgorios se han hecho trizas!
y la pena es la gloria que reina el universo;

yo mismo, solía ser la pena en su máxima pureza,
¿pero para que?
¿para que lloren en mi, lágrimas mundanas de tristezas inevitables?!

¿sabrán estos mortales,
de la fatua divinidad que ostentan ellos entre si?
oh, si, si! los dioses terrenales,
oh, si, si! perpetua arrogancia y vanidad!
oh, si, si! los mortales asesinados por sus pares!

a un paso de caer en el abismo;
me alzo mas allá!
arriba de su pesadez, y su tristeza,

me rio sobre sus cuerpos!

"que en este comunicado se sepa que por fin ha abdicado!"

-"¿ha abdicado quién?";
-"¿quién ha abdicado?",
ohhhh, los mortales bañados en lamentos, se preguntan entre sí,
en un intento por conservar la décima de ilusión que los alimenta;

la voz penetra en la piel,
y eriza el pensar;

"Dios ha abdicado de esta tierra",

los dioses terrenales se mofan de aquellos engranajes,
de las viejas máquinas a vapor;
que mutaron en jolgorios, hoy hechos trizas;

y hoy son las mismas personas quienes sudan aceite hirviendo,
a causa del infierno en el que han sido condenados;

bramido obnubilante;
acrecentase la oscuridad,

mi gesticulador no siente la expresión;
el alba se ha hecho mañana,

X

quiero volver a donde mi viaje comenzó;

presente,
presente, PRESÉNTATE!

no me dejes solo en pena,

por favor!
no cesará mi existencia hasta otro día!

el periplo no ha terminado!

despertar, despertar;

se acrecenta,
la oscuridad, la oscuridad;

atisbo un haz de luz

el filo de mis párpados,
se cierra;

XI

despierto;

y hoy, ahogado en lamento,
me veo de vuelta en mi;

el presente, conmigo,
siempre leal,
agoniza;

mi vida fue un segundo,
y una eternidad en si;

cierro mis ojos,
soy la crisálida de un alma,
y un cuerpo con mas vida,
que todos los que hoy, están reunidos a mis pies;

mi temor se ha hecho realidad;

el presente ha abandonado esta tierra,
y me ha abandonado,
bajo tierra;

ojalá me encuentre despierto de nuevo mañana por la mañana para ver el alba;

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