mi cuerpo se petrificará,
y retozará en un naufragio;
será una barca asediada por la carencia de orientación;
que anhelará el horizonte;
su expresión,
encerrará a su mirada,
que ya fallecida,
rebozará su rostro en pena,
inundando la embarcación,
lágrima a lágrima;
así,
cuando eterno se muestre el lamento,
el agua deslizará sobre la piel,
que naufragará bajo el agua;
y su corazón,
se empeñará por palpitar,
aún ahogándose también,
el último latir se extinguirá,
en el exacto momento,
que los pies hayan tocado fondo,
ahí el cuerpo,
recobrará su movilidad perdida,
y nadará en un intento,
por hacer prevalecer su vida;
y para cuando llegue a respirar de nuevo,
viéndose vivo, otra vez;
se rehusará a volver a la costa,
y nadará,
anhelando capturar al horizonte,
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