miércoles, 1 de julio de 2015

Mil Vidas

la fatuidad de la complicidad,
entre vivencia y pensar,
engendra el clamor de mi ser;

en la reverberación
de mis latidos; 
se oyen mil vidas,
de las cuales,
ninguna me corresponde;

las cuencas mas recónditas de mi cuerpo,
estarán vacías,
mi gesticulador plasmará en sí mismo una tristeza,
y mi labia,
mendigará una sonrisa,
para evitar convertirse en sollozo;

me aíslo,
aún de mi mismo;

cómplice del miedo de vivir,
oigo el latir de mil vidas ajenas;

y por cada una,
se atisba una tristeza en mi,
pronto,
ya,
seré lamento;

luego,
carne descomponiéndose;

algún dia,
quizás habite la piel,
de alguna de las vidas,
que resoplan en mi vivir,

que nublan mi pensar;

por lo pronto,
mi gesticulador mendigará una sonrisa,
para evitar volverse pena,

y yo mendigaré el latir del corazón,

le mendigaré a miles de vidas,
el poder solo escucharlas,

para asi saber,
si realmente sigo vivo;

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