ha retraído mi valentía;
jamás viviré del otro lado del sol
traicioné mi libertad
y a mi mismo me he confinado,
ahora,
ahondando el pozo
donde hundiré mi cuerpo,
solo para no verme,
ahogo mi garganta en la tierra,
donde la sangre
se ha secado,
volviéndose barro,
y volviéndose la vida
que me falta;
mi respiración,
volveré una con el alba,
para que sea amanecer;
faltándome el aire
que la mañana, al caer
le devolverá a mi pulmón
y en vida,
me hará tragar la tierra
que olvidé en mi garganta,
que cortará la carne de la misma,
desangrando la voz
que tanto le hace falta al viento
y jamás podré darle;
ahogándome,
el pozo de mi cuerpo es el mar
donde reina la sangre antes mía,
donde mi voz canta, a pesar de haberse ido,
y donde llueve hacia arriba
tornándose el cielo, rojo.
para lloverme
sobre el huracán que ha asesinado al viento;
que la sangre
fluya sobre el lamento,
que lo salvaje me arranque el alma
de mi pecho frío,
y ya no quede nada,
salvo el sol,
saliendo sobre donde mi voz no canta
para así, yo poder verlo
donde sea de noche,
observando con mi valentía junto a mi,
el horizonte,
pero del otro lado
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