lluvia en reversa
y aún se empañan los cristales,
de candelabros, veo caer
la luz que le da a mi rostro
su forma,
incendio mi corazón y mi ropa,
pronto ceniza,
y recuerdo austero (seré);
tinta en reversa
y la página en blanco,
inmerso en fatalidad
me aferro al vértigo de mis sábanas,
¿bastará con decir
o tendré que caer muerto?
tal vez le ruegue,
a mis últimas inocencias
que me devuelvan mi esbozo de realidad
y que derramen la tinta sobre la hoja
y borren esta página en blanco;
que apague el fuego
del incendio en el que estoy inmerso,
y solo esté la luz
que le dará a mi rostro
su forma
posando mi mirada en los cristales limpios,
mientras llueve
sobre la
tierra
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