Preludio de Negación (Urbanismo Decadente)
ni todos los bondis vomitando gente crédula,
ni toda la tinta escupida por plumas idiotas,
ni toda la tierra tragada por gargantas arenosas,
ni todos los silencios auto-destructivos
resquebrajándose unos a otros,
ni toda la furia desencadenada
en solo un punto varado en la nada,
ni todo el horizonte huyendo en puntos de fuga abstractos,
ni los latidos sordos de corazones recios
hechos migajas de pan duro,
ni el mármol de mi cocina estallando
al golpearle con mi corazón ,
ni todos los árboles de navidad muertos del mundo,
ni las llamas incendiándome (la casa),
ni mi mirada desvelada en pena,
ni todos los techos del mundo cayendo
sobre la debilidad de un sentimiento,
ni el sentir, ni la idea del mismo
La Esencia (Hilo Guía de Palabras Atormentadas)
van a poder quitarme la amargura de mi boca,
que cae adormecida
quemando cementos en un centenar de olvidos;
¿y que olvido puede tener mi memoria?
(si yo no soy
mejor que nadie)
solo el tormento que caza mis estelas
y destruye mi cocina
ese desastre que me da respiro;
y mi corazón existe
solo porque aún yo existo;
y mi casa arde
porque mi mirada ya no sueña
y la amargura no se quita
porque cae de a pedacitos de concreto;
y cae y sigue cayendo
mi techo
adiós le digo al sentimiento
Epílogo de los Cantos de los Niños Hambrientos de Poesía, Alimentados solo de Silencio
y feliz navidad
me dicen los árboles festivos ya muertos,
agitando las raíces podridas
que abrazo
antes de ser parte de la tierra,
que me anuda la garganta
y grito,
brotando canción
adiós al silencio que se ha roto
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