mi intensidad
caigo al suelo,
cientos de rostros míos
me cortan la piel
y me lluevo por mi espalda;
desordena la tensión del cuerpo
mi falta de mi,
en yo mismo
cuerpo de calma,
cuerpo vacío
soy la madera podrida
de los árboles huecos;
anidan en mi,
los pájaros
que no le temen a la muerte
y aunque mis raíces
le dan dos vueltas al mundo
un solo vendaval
es la tempestad mas impetuosa,
y sigo en el suelo,
aún cortándome
con mi mirada,
y sigo lloviendo
y sigo vaciándome
y sigo siendo
el cuerpo vacío
que cual árbol hueco
sabe
que hace tiempo que se ha ido,
aún siguiendo ahí
sin sangre
sin savia
sin vida
solo cuerpo,
vacío
etéreo
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