lunes, 29 de febrero de 2016

Pero/Aun/Persisto/Bajo Tu Memoria

Pero

(telón arriba)
"¿qué pliegue de mi rostro será el próximo en caerse?"

no lo sé, pero
la duda no permite riesgo alguno;

entre recintos de mis verbos

protejo lo único que me queda,

[mi esencia]

pero, ¿que delicada urgencia habrá de quebrar mi alma?

desnudándome en mi forma primera:


la violencia de lo súbito,

la incógnita que boja tu sombra

y que rehace el argumento del disentimiento


entre vos

y tu voz,

(des)acuerdo;



Aun

alimentándome de ausencias,


rehago mis presentes para volverlos fragmentos que digan algo de mí,

a pesar de que no haya más que yo en mi mismo,

esa es, indiscutiblemente,

la verdadera soledad, (aquella los escritores más penosos en decadencia, profesaban)



aquella que cohíbe el afloramiento de aquel sentir
que el pluralismo de un abrazo consigo lleva,

dándole lugar a uno aún más verdadero:


la punzada en el pecho al verse compartiendo sueños

solo con un lado de la cama que permanece vacío



Persisto

no abraces la idea de perpetuarme en un enigma, adorando tu idea de arcanos

que reflejada en mi,
usa mi rostro como excusa para manifestarse; 

ni tampoco abraces aquella conjetura tuya (idea)



de tenerme
para siempre,


Bajo tu Memoria

espero hallar concilio entre la parte mía que quiere encontrarse



y aquella que prefiere seguir perdida;

y es que ya no soy -ser- o lo que fuese antes de este instante

[dudo incluso, si fui algo más allá que la idea de uno]

sino -soy- pues estela,

aprisionándome en los recónditos de tus huesos,


recordándome mediante evocaciones tuyas
[ahora nuestras]


y manifestándome como la lágrima que se hunde entre tu pómulo

y el temblor

que te quita el aire de las vértebras

y te deja sin respirar,



sin respirarme,

(fin del segundo acto)

sábado, 27 de febrero de 2016

Venéreo

exorbitante,
el movimiento de estas venas me rodea,

en oposición a mi quietud;

la pulsión de la sangre me da cuenta de ello,

puesto que las cuencas de mis miradas ya han colapsado
difuminándose en sueños ajenos [lejanos]

y no existe más que la oscuridad
(¿o será que mi sombra me ha tragado?)

pero ya sea a contraluz o a pleno día,
hierve la sangre donde permanezco,

las venas me siguen atando;

me retienen en un cubículo anacrónico
enraizado en las profundidades de un vientre 

cada día más claustrofóbico, 

a cada palpitar 
más lóbrego  

¿podré esquivar el péndulo que rebota entre la vida y la muerte?
que cual hacha,

desgarra un poco más de mi pecho cada instante,
cortando las venas 

que me atan a la penumbra

derramando la sangre,
cuyo debilitado caudal que surca mi carne,

resuena en ecos perpetuos, en consonancia con el minuto,
disparándole dudas a un futuro eterno

y si acaso estos pies inmóviles 

finalmente, escapasen del magnetismo existencial

tal vez reciban caricias del musgo fresco 
y del algodón 

o puede que, 

a cada paso les arda otro retazo de cuero
en un sendero de brasa infernal

[no habrán dolores que hurguen las memorias]

sea de la forma que sea, (y habrá de ser)

la tentación al vacío, desposeído de antepechos,
existirá en ambos escenarios

invitando a bailar a mi alma sobre una cornisa

donde llueve la sangre que cae
de estas venas

que me siguen atando

conteniéndome ante la posibilidad de caída libre, abismo adentro

Escrito con Felix

lunes, 22 de febrero de 2016

La Falta de Innovación Llamaría a Este Poema "Silencio"

solo las fragmentaciones de mis palabras denotan la antelación de mi silencio
que superponiéndose con mi garganta,

echan raíces en la misma
que nacen marchitas;

rozan los pétalos ennegrecidos, las comisuras de mi boca

cayendo por mi piel
hasta mi principio,


para decantar inútilmente los rastros
de mis lejanías,

tanto pasadas
como posibles;

ahora muere anticipadamente todo aquello que no digo,

y lo que dije, nada
(si nada he dicho)

mil huidas he cometido,

(intento tras intento de escapar de este silencio que me agobia y ya es parte mía)

he fugado mi forma y he sido (junto con mi contraste)
padre de una infinidad de sombras,

pero ahí (acá) donde permanezco ahora,

los claroscuros se han difuminado a un mero haz,
cuya timidez le imposibilita penetrar los confines de mis pulmones

(mis alcobas) lugares donde hoy más habito;

pero a pesar de mis intentos, mis cobardías teatralizadas en escapes
y mi garganta ahogada entre tanta palabra cortada, sangrando su literatura

no me puedo permitir (o mejor dicho) no se me es permitido,
[puesto que mis labios permanecen reticentes ante la lengua] 

romper este sosiego,

estos silencios míos,
que sabes que aún te pertenecen


jueves, 18 de febrero de 2016

Azares

aún evoco azares que en instantes míos,
desfilan fortuitos

confeccionándose de su voluntad,

mi destino;

pues si la efímera presencia terrenal propia
ha de ser lineal,

permítanme a mi,  designios,
darle mi contraparte a sus presagios

y volver nulidad su palabra,

porque entre mi vida y mi muerte
(únicas certezas posibles de tener)

soy todas las posibilidades que pueda ser en tal lapso,

propagando, por lo menos una vez

en cada una de ellas, el contorno de mi figura,
balanceándose sobre escenarios de fuego

velando la tragicómica enunciación de pesares infundados,
(¡ustedes destinos!)

arrojando maltrechos rostros contorsionados
en agonía, al saber que les depara el mañana,

así ven cuantas vidas han limitado,

porque,
¿acaso quien vive una sola vida en un solo cuerpo?


lunes, 15 de febrero de 2016

Platos Sucios

Le caía la sangre sobre el piletón. Hilos rojos y espesos limpiaban la comida petrificada sobre los platos sucios.
Su estómago indómito contraía su abdomen entre gritos y la sangre le seguía cayendo.
Apenas se esbozaba su reflejo entre el agua pútrida, una gota deshacía su rostro por completo, pliegue a pliegue, rasgo a rasgo; Y luego, cuando se encontraba con su rostro fragmentado en pequeñas olas en la pileta de una cocina, desaparecía por completo. Ya no habían olas, ni sangre, ni platos sucios y su sonrisa parecía verse, aún cuando nada se veía. Pero aunque no le hubiese gustado admitirlo, el sabía que la sangre le seguía cayendo y sabía que su sonrisa se había ido.
Y sabía que el había vuelto también, cuando volvió a reflejarse en aquel espejo tan verdoso; No solo la intermitencia era desliz de la precariedad de su cocina; Fuera de los cristales empolvados que envolvían el concreto podrido donde su cuerpo buscaba refugio cada noche, el cielo se caía y el sol tras las nubes, solo brillaba para guiar cual faro, los pasos de aquellos que se ahogaban entre el cemento.
Le caían lágrimas sobre el piletón de tan solo pensar que el sol no brillaba para él, puesto que ya se había hundido hace tiempo atrás; Y pensaba también en lo alto que está su techo y jamás irrumpió una nube y llovió sobre él. Se dibujó una sonrisa y todo desapareció. La sangre seguía cayendo.

Movió su mirada por primera vez en cuarenta y siete gotas y su estómago era silencio; "Tal vez -pensaba- se devoró a si mismo, tal vez se alimentó de entrañas adyacentes, o tal vez ya no tenía hambre". Tal vez el hambriento órgano no estaba con él ya, pero si lo estaba, ambos desaparecieron. 
Y la sangre y el cielo, ambos, seguían cayendo.

Volvió su mirada a donde ya pertenecía, a su reflejo. Sonriendo, desapareciendo.
Jamás dijo palabra alguna y pues si algún vecino -si es que los tenía- había confeccionado la idea de que si, era solo sonido ilusorio; Puesto que el solo veía, porque aún veía los platos sucios y aún veía la sangre caer sobre ellos; La cerámica hervía y se deformaba.

La sangre seguía cayendo.

Las paredes que lo resguardaban, habían muerto hace tiempo; El cielo casi siempre acariciaba el altillo abandonado encima de su reflejo y casi siempre, caían escombros que se amontonaban junto a él, desnudando al techo.

Vio su reflejo una vez más antes de desaparecer.
Volvió a verse y comprendió que ya era eterno, la sangre se había detenido.

Y los platos sucios seguían ahí, tal vez solo uno ya no tenía comida sobre él, pero seguían ahí y él seguía ahí junto a su reflejo.
Ambos desaparecieron.

Y volvieron a verse, pero ahora él agarraba un mango marrón deteriorado y su reflejo se encontraba dibujado en un puñal.

La garganta dejó escapar toda su voz y luego la sangre, después de haberse posado sobre el borde del piletón. El era su propio verdugo.
Y lo último que vio fueron los platos limpios, retozando sobre agua rojiza podrida de vida.

Ahora pensaba en que iba a cenar mañana y su estómago gritaba.

Desaparecieron en intermitencia.

Y antes de que la luz pudiese volver, se quemó el foco.

Sonrió.

lunes, 8 de febrero de 2016

Asesinato

¡exclamen mi agonía!

oh, queridas arterias perforadas,

dejen tantear lo incierto de la libertad
a mi sangre,

hagan resonar su goteo,
su caída perpetua 

sobre 
recovecos de mi carne,

sepan que por allí está el alma

que han de liberar;

desfásense de su camino,
puesto que la tierra es suya ahora,

perdonen el cautiverio,

perdonen tantos cortes, tantas pequeñas partes suyas derramadas,

(irónico es, que sea mi vida la que cae
por cuencas de cemento ahora)

desencadenen el ánima, déjenla y déjense volar,

fluyan sin coágulo alguno
[aguarden el aire seco]

y exclamen por mí, los últimos instantes en cuestión de lo terrenal,

puesto que si mi agonía ha de ser en silencio, 
¿para qué he vivido tantos años?

la cúspide de la vida se haya en gritar,

en sangrar la voz que nos queda 
con los tendones vocales desgarrados 

el último y mayor sentimiento conocido,

abracen mi dolor,

como yo con mi mano acaricio ahora, a mi vitalidad 
escapando de su prisión de piel

y no teman, por favor,

si de un momento a otro, me hago silencio

(si nunca lo supieron, siempre lo fui)

me estoy cayendo a pedazos,
por favor les pido, no colapsen conmigo,

sigan el aire
que entra por mi herida y escápense de mi;

no deben, por favor, alborotarse

si el equilibrio nuestro se deshace,
ya que de ser así, sepan que me he venido cuesta abajo,

pero salgan de los pliegues antes míos,

(ya que no habrá nada más que hacer ahí)

y postrénse sobre aquel que llora a nuestro hombro;

dilúyanse con la sal más triste,
y salen mi herida

arderá la agonía que me hará sentir

el último nervio aterido,

y se oirá
el grito del sentir máximo,

el grito del dolor que es instantánea estela
en memorias adyacentes al cuerpo mío,

el grito que resquebrajará llantos en miradas

que jamás nos han visto

y luego, tras el frenesí

el silencio que todos hemos sido y habremos de ser, se hará presente

(puesto que la vida,
es solo ruido entre dos calmas diferenciales)

y por más que presionen mi pecho

ya todo es inútil
tras el ritual que inició el puñal,

así pues, solo retocen, oh, ustedes gotas rojizas
sobre las baldosas estremecidas de dolor,

el sol habrá de secarlas

y devolverlas a mi, cuando sea el momento,

sus prisiones arteriales
no serán más que comida de gusanos,

descomposición de la piel furtiva,

eternidad del alma
aniquilada

por puñal de casualidad funesta,

sangre hecha perpetuidad
por llovizna rojiza,

y gente resguardándose
del agua que llora el cielo


y tristeza

en todos los corazones rotos del mundo

viernes, 5 de febrero de 2016

Estudio de la Descomposición del Diálogo

inmensidades cortejan diálogos breves,

[palabra a la deriva]

deconstruyendo lo finito del decir,

haciendo que cuerpos (voces)
hagan letargo de su tiempo

y se adentren a buscar acuerdo

en mares de infinita incertidumbre;

[el diálogo pues así, es inmensidad ya
compartida entre dos lenguas]

pero al no haber otro con quien
descifrar una conversación,

es menester naufragar solo,

[aun si no se quiera]

(con la garganta llena de inquietudes y la voz sin buscar respuesta
uno puede volverse loco)


pero aunque tiendo a no evocar a la ilusión

cuando en soledad me encuentro,

me inquieta la idea de tu presencia,

aún si es meramente ilusoria

[discuto conmigo mismo]

me agota esta teatralidad verbal, ¿sabes?

¿y ahora por qué te quedaste sin decir nada?
¿ es que no estás más conmigo?

pues evidente es,

si ahora yo soy yo y también tengo que hacer 
pretensión de tu persona

soy nuestro diálogo
soy nosotros dos;

¡piedad, por favor!

mi sien ya es un lamento,

y aún no has dicho nada
[ni has aparecido]

este diálogo no me ha llevado a ninguna parte,
no hay acuerdo ni discusión

palabras vacías, llorando por su falta de sentimiento

y yo llorando

y vos llorando, porque lloro yo
(aún te personifico)

¿te acordas cuando nuestras lenguas llegaron 
al fondo de nuestro mar compartido

dándonos cuenta de que nos conocíamos?

ahora solo tengo en mi,

la idea de creer haberte conocido;

no seas para mi solo vestigio, por favor
[ruego]

no seas la voz que tanto anhelo oír de nuevo,

ojalá seas inmensidad donde quiera que estés;

sé, por favor, la infinidad
que corteje mis pocas palabras provenientes de mi corazón

sedúcelas

y hazme infinito, contigo

de nuevo,

miércoles, 3 de febrero de 2016

Soy/Sangre/en Silencio/Aguardando por Morir

Soy

(presentación)
soy todo lo que vos quieras que yo sea,

pues

en mi recae lo etéreo

umbral entre verdad

y ficciones,

he eternizado inquietudes


y me he hundido

sobre mis propias hendiduras,

(en los corte en la piel que me falta,


manifesto de la forma,

incompleta de por si)



Sangre

he penetrado con mi mirada,


cientos de pechos derramando sangre maldita

que corría por venas tristes

y por corazones a medio palpitar;


¡que rancia la suerte de aquellos millares de gotas!


tantos ríos, océanos

tanto sentimiento lleno de sangre

y solo en cautiverio, éstas vivían para ir

desde pensamiento al corazón,

yéndose solo para terminar volviendo,



iniquidad de la vida;

y ahora mi mirada asesina,


mira las rosas, ahora rojas,

postradas sobre 

charcos secos


y sobre un cuerpo muerto


que quien sabe,

tal vez despertará siendo otro;


(pausa eterna por realización de una verdad
escondida ante mis ojos)

ahora pienso que mi sangre esta presa

y yo estoy vivo gracias a la privación de libertad de otro,

así pues, me desangro,


(puntos aguardando la suspensión)


¿adivinen qué?


ya soy otro






En Silencio

mi voz me hace preguntas, 

a las que aguarda, intrigante,

por la respuesta que ella misma se da


[proximidad dudosa]



(puntos aguardando la suspensión)

si, la lejanía es allá donde nacen mis palabras

si, es ésta la pena que las confecciona

(que bueno que por fin la hayas conocido, jamás le pude decir a nadie sobre ella)


y si, tus cuerdas se deshilachan cada veinte oraciones,

por eso es que te quebrás cada tanto

hablamos mucho, no te parece?



no, no temas por quedarte afónica

cantarás mas bajo, solamente

no sé la verdad, todas las palabras que dijimos
pueden estar en cualquier parte,

tal vez siguiendo al horizonte

o bajo el agua de la cloaca mas fétida,


pensá lo que más te guste...

[quiero que termine ya,

estoy aburrido y quiero conquistar el mundo]

no, basta


en serio,


me voy a ahorcar para callarte si seguís,



(pausa breve por dramatismo)

garganta roja,

pulsión de soga con la que remolque mi auto muchas veces

agonía (de parte suya)



agonía (de parte mía)

silencio






Aguardando por Morir

desvarío,


¿no sé si es pregunta, o si es exclamación!

(afirmación seguramente que no)

chocan hemisferios



[diferenciales entre sí,
ahora son los mismos]

desdenes inundados en placer,


gente suicidándose en abismos hermosos,

la tragedia de lo bello obnubila al incauto

y soy un incauto


y vos mi abismo


y el amor es el suicidio

que todos cometen mas de 10 veces por día


la mirada, el tacto, el habla

y desvarío


aguardando por morir

por morir, yo aguardo

no me han de seducir mil rostros hermosos,


me han de cautivar aquellas que vuelan 

y creen que es posible alcanzar el horizonte


pues si ahora yo estoy sobre el

hundiendo al sol,

[atardecer tras crepúsculo]


de noche, 


es de noche, mi amor!


y estoy eternizando la inquietud,

que ya es certeza

mi mirada se está apagando

sobre mi esquina favorita de mi cuarto


la ventana rompe en llanto



y cual péndulo de reloj roto


voy deteniéndome en el que ahora es,
mi momento favorito de toda mi vida





ya estoy muerto

(fin del primer acto)