Pero
(telón arriba)
"¿qué pliegue de mi rostro será el próximo en caerse?"
la duda no permite riesgo alguno;
entre recintos de mis verbos
protejo lo único que me queda,
[mi esencia]
desnudándome en mi forma primera:
la violencia de lo súbito,
la incógnita que boja tu sombra
y que rehace el argumento del disentimiento
entre vos
y tu voz,
(des)acuerdo;
Aun
alimentándome de ausencias,
rehago mis presentes para volverlos fragmentos que digan algo de mí,
a pesar de que no haya más que yo en mi mismo,
la verdadera soledad, (aquella los escritores más penosos en decadencia, profesaban)
aquella que cohíbe el afloramiento de aquel sentir
que el pluralismo de un abrazo consigo lleva,
dándole lugar a uno aún más verdadero:
la punzada en el pecho al verse compartiendo sueños
solo con un lado de la cama que permanece vacío
Persisto
no abraces la idea de perpetuarme en un enigma, adorando tu idea de arcanos
que reflejada en mi,
usa mi rostro como excusa para manifestarse; ni tampoco abraces aquella conjetura tuya (idea)
de tenerme
para siempre,
Bajo tu Memoria
espero hallar concilio entre la parte mía que quiere encontrarse
y aquella que prefiere seguir perdida;
y es que ya no soy -ser- o lo que fuese antes de este instante
[dudo incluso, si fui algo más allá que la idea de uno]
sino -soy- pues estela,
aprisionándome en los recónditos de tus huesos,
recordándome mediante evocaciones tuyas
[ahora nuestras]
[ahora nuestras]
y manifestándome como la lágrima que se hunde entre tu pómulo
y el temblor
que te quita el aire de las vértebras
y te deja sin respirar,
sin respirarme,
(fin del segundo acto)