martes, 28 de abril de 2015
Final para una historia que jamás existió
Lo absurdo del infortunio, con un velo tragicómico, la escena cubrió; El sordo que por no ver falleció, al igual que el mudo, que no escuchó; Dejaron al ciego, sin palabras.
domingo, 26 de abril de 2015
Lamento
sórdidas manifestaciones de belleza,
son presentadas ostentando un cierto decoro,
por aquel lamento,
que casi como un cántico,
se desprende de las fosas agrietadas,
que tristemente, la tierra,
pronto tendrá que velar;
y son aquellas,
quienes dentran en los corazones segmentados,
por el dolor;
y mientras que su latir,
pende del pasado;
el hospedaje que en si mismo, este a ellas les brinda,
solo recae en solo un anhelo;
pero acallado es aquel lamento,
que antes supo cantar;
nace su silencio,
al embellecer de cada latir,
al manifestarse las manifestaciones,
y al ofrendar ellas, un designio,
para ser palpitado,
por cada corazón;
así,
cada cuerpo moribundo,
se codeará en regocijo,
junto a una cofradía de seres que jamás ha visto,
y que tal vez jamás, de nuevo, verá;
pero al celebrar, entenderá que lo único importante,
será el momento,
será el reír,
será el saltar sincronizadamente,
con los pies de los demás,
será alegría,
y eso solo será;
cada corazón,
junto a su manifestación,
será la guía del mismísimo cuerpo,
cuyos pies,
recorrerán senderos cubierto de viejos pétalos,
que el viento les regaló;
cada camino tendrá nuevas personas,
nuevos pétalos,
nuevas manifestaciones y corazones;
pero resonará aquel lamento,
que ya casi nadie recuerda,
al crecer este viento,
junto su ráfaga, que arrebatará la belleza del corazón,
para que el naufragio del latir,
dolorosamente, palpite sobre la gran cicatriz,
que dejaron las bellezas de las sórdidas manifestaciones,
que nunca a él, lograron afianzarse;
el anhelo, traicionado,
se resguarda, avergonzado,
en el más recóndito y pútrido lugar de la tierra,
en el cual implora por su muerte,
pero que se le es negada,
puesto que esto mataría, finalmente al corazón;
y con la esperanza, enterrada,
mientras las manos tiemblan,
y los ojos, se esconden entre párpados;
un latir casi ininterrumpido, le hace saber al mismo pensamiento,
que aún no ha fallecido,
que sigue siendo humano;
y lo carcome,
lo carcome la vida, y todo lo que ella acarrea,
sabe que ya nadie le dará el cobijo necesario en invierno,
y que la pluralidad de la alegría,
se ha vuelto la singularidad de la soledad;
sabe que los designios se han esfumado,
y ya no existe un propósito;
ni existen los pétalos,
ni los senderos;
y sabe, que ya casi cesa la existencia del corazón,
puesto que la belleza con el viento, se le ha ido,
y con ella, el sueña con irse;
pero sabe, desgraciadamente,
que el viento, de sus manos escapó;
y no queda mas que su lamento,
clamando, exigiendo un latir mas bello,
emanado de las mismas agrietadas fosas,
en donde antes vivió,
y la tierra,
pronto habrá de velar;
son presentadas ostentando un cierto decoro,
por aquel lamento,
que casi como un cántico,
se desprende de las fosas agrietadas,
que tristemente, la tierra,
pronto tendrá que velar;
y son aquellas,
quienes dentran en los corazones segmentados,
por el dolor;
y mientras que su latir,
pende del pasado;
el hospedaje que en si mismo, este a ellas les brinda,
solo recae en solo un anhelo;
pero acallado es aquel lamento,
que antes supo cantar;
nace su silencio,
al embellecer de cada latir,
al manifestarse las manifestaciones,
y al ofrendar ellas, un designio,
para ser palpitado,
por cada corazón;
así,
cada cuerpo moribundo,
se codeará en regocijo,
junto a una cofradía de seres que jamás ha visto,
y que tal vez jamás, de nuevo, verá;
pero al celebrar, entenderá que lo único importante,
será el momento,
será el reír,
será el saltar sincronizadamente,
con los pies de los demás,
será alegría,
y eso solo será;
cada corazón,
junto a su manifestación,
será la guía del mismísimo cuerpo,
cuyos pies,
recorrerán senderos cubierto de viejos pétalos,
que el viento les regaló;
cada camino tendrá nuevas personas,
nuevos pétalos,
nuevas manifestaciones y corazones;
pero resonará aquel lamento,
que ya casi nadie recuerda,
al crecer este viento,
junto su ráfaga, que arrebatará la belleza del corazón,
para que el naufragio del latir,
dolorosamente, palpite sobre la gran cicatriz,
que dejaron las bellezas de las sórdidas manifestaciones,
que nunca a él, lograron afianzarse;
el anhelo, traicionado,
se resguarda, avergonzado,
en el más recóndito y pútrido lugar de la tierra,
en el cual implora por su muerte,
pero que se le es negada,
puesto que esto mataría, finalmente al corazón;
y con la esperanza, enterrada,
mientras las manos tiemblan,
y los ojos, se esconden entre párpados;
un latir casi ininterrumpido, le hace saber al mismo pensamiento,
que aún no ha fallecido,
que sigue siendo humano;
y lo carcome,
lo carcome la vida, y todo lo que ella acarrea,
sabe que ya nadie le dará el cobijo necesario en invierno,
y que la pluralidad de la alegría,
se ha vuelto la singularidad de la soledad;
sabe que los designios se han esfumado,
y ya no existe un propósito;
ni existen los pétalos,
ni los senderos;
y sabe, que ya casi cesa la existencia del corazón,
puesto que la belleza con el viento, se le ha ido,
y con ella, el sueña con irse;
pero sabe, desgraciadamente,
que el viento, de sus manos escapó;
y no queda mas que su lamento,
clamando, exigiendo un latir mas bello,
emanado de las mismas agrietadas fosas,
en donde antes vivió,
y la tierra,
pronto habrá de velar;
lunes, 20 de abril de 2015
Mariposa
derramen la luz,
de este ámbar violento,
sobre mi crisálida;
que luego de haber eclosionado,
de ella emergeré;
para nunca levantar vuelo por mi cuenta,
y quedar en perpetua infancia,
atrapado en mi primer jolgorio;
atrapado entre dos delicadas manos,
que me admirarán al brillar del sol,
casi deseando ser mi;
derramando su propia luz,
sobre el vientre que los vio nacer;
jugando con el tiempo;
y eclosionando el ovario,
en ovulación;
se gestan de nuevo,
aquellos humanos,
hoy, como seres de luz;
las manos y los rostros que se fueron nueve meses,
me han dejado en la nada,
hasta oír el primer llanto vívido;
ya solo hay luz,
ya no hay humanos,
solo rastros;
en edificios,
en calles,
en paredes,
y en autos;
abandonados,
al igual que la piel,
que ahora es un haz del ser,
haces de luz;
de la cual,
incandescencia, me derrite,
permitiéndome volar,
luego de estar gestándome,
en mi segunda crisálida;
hoy será,
mi primer vuelo,
como la mariposa de ámbar;
y sabré posarme, sobre las manos que me sostuvieron,
para quemarme, en algo hermoso;
en la libertad, que solo la muerte puede darme;
y me fundiré, en lo restante de mi ámbar,
y solo seré una piedra,
como las tantas, con abejas atrapadas en ellas;
a excepción,
que siempre seré mariposa,
aún sin alas,
ni levantando vuelo;
de este ámbar violento,
sobre mi crisálida;
que luego de haber eclosionado,
de ella emergeré;
para nunca levantar vuelo por mi cuenta,
y quedar en perpetua infancia,
atrapado en mi primer jolgorio;
atrapado entre dos delicadas manos,
que me admirarán al brillar del sol,
casi deseando ser mi;
derramando su propia luz,
sobre el vientre que los vio nacer;
jugando con el tiempo;
y eclosionando el ovario,
en ovulación;
se gestan de nuevo,
aquellos humanos,
hoy, como seres de luz;
las manos y los rostros que se fueron nueve meses,
me han dejado en la nada,
hasta oír el primer llanto vívido;
ya solo hay luz,
ya no hay humanos,
solo rastros;
en edificios,
en calles,
en paredes,
y en autos;
abandonados,
al igual que la piel,
que ahora es un haz del ser,
haces de luz;
de la cual,
incandescencia, me derrite,
permitiéndome volar,
luego de estar gestándome,
en mi segunda crisálida;
hoy será,
mi primer vuelo,
como la mariposa de ámbar;
y sabré posarme, sobre las manos que me sostuvieron,
para quemarme, en algo hermoso;
en la libertad, que solo la muerte puede darme;
y me fundiré, en lo restante de mi ámbar,
y solo seré una piedra,
como las tantas, con abejas atrapadas en ellas;
a excepción,
que siempre seré mariposa,
aún sin alas,
ni levantando vuelo;
domingo, 19 de abril de 2015
Pavor
Introducción / Incertidumbre en la Certeza
En nuestro ser, habita la extraña criatura que protagonista hoy es;
Su procedencia es incierta; Diciéndose, que proviene de nosotros mismos, y que siempre ha estado con nosotros, en un abrazo en el cual nuestra piel suda; Lo suda.
O que fue nuestra creación, y es nuestra culpa su vivencia en el ser,
No lo sé, por supuesto nadie lo sabe,
De ella no se sabe mucho,
no sabemos como es,
ni sus pensamientos;
no sabemos de que se alimenta,
ni tampoco, si es que lo hace;
no sabemos como habla
ni tampoco, si es que lo hace;
no sabemos que siente;
Pero tenemos en claro, que nos hace sentir; Nos hace sentir su existencia;
en nuestra piel,
en nuestros ojos,
en nuestros pensamientos,
en nuestros deseos,
en nuestras acciones,
y en nuestros lamentos;
Y sabemos, también, que paulatinamente, se irá acrecentando..
I / Apertura
sean!
oh, amantes de la discordia,
anhela el mismísimo pavor, que sean!
para que con un perfecto ímpetu,
sus seres, lo hagan nacer!
dentro de calmos espíritus,
que sabrán enfundarse en él;
a la par que éste comienza a acrecentarse,
controlando cada pulso,
cada terminación nerviosa,
cada sensación;
II / Burla
oigan!
oh, el clamar de las desesperadas comisuras,
que con inútiles aguas de la expresión,
canalizan parte del pavor, del miedo y del temor,
que en sus seres,
coexisten;
en sus seres,
en su sed,
lentamente, destruyéndolos;
llamando al dolor,
a presenciar de este ser,
su destrucción;
III / Desde Arriba
vean!
oh, la tergiversación hecha teatro!
como los ojos son espejos traicioneros,
y la boca es aquella que ha de pensar!
mientras que los oídos,
asienten en silencio;
que todas las ovejas,
sigan mi camino!
tomo el papel del pastor,
que nosotros nos encargamos de olvidar,
por ustedes;
IV / Manipulación
sientan!
oh, la culmine de la liberación!
desnúdense,
sientan la piel,
sientan como el pecado toma el lugar que el placer,
solía ostentar,
orgulloso de su inhibición!
y decimos que no!
que reine por siempre,
la discordia y el pavor,
que luego de que fortalezcan su espíritu,
con sus divinas facultades,
ustedes, crecerán,
para convertirse en seres de esta tierra,
que hoy ya es suya!
tiemblen por mi,
lloren, corran, y griten por mi!
que hoy eso me alimenta,
y yo los alimento a ustedes;
aliméntense,
sepan codearse en libertad,
porque hoy,
son frutos;
hoy son amantes de las desavenencias,
que he traído como tributo para ustedes,
y a cambio solo pido,
la lealtad de su espíritu,
que será la fuente,
de libertad;
En nuestro ser, habita la extraña criatura que protagonista hoy es;
Su procedencia es incierta; Diciéndose, que proviene de nosotros mismos, y que siempre ha estado con nosotros, en un abrazo en el cual nuestra piel suda; Lo suda.
O que fue nuestra creación, y es nuestra culpa su vivencia en el ser,
No lo sé, por supuesto nadie lo sabe,
De ella no se sabe mucho,
no sabemos como es,
ni sus pensamientos;
no sabemos de que se alimenta,
ni tampoco, si es que lo hace;
no sabemos como habla
ni tampoco, si es que lo hace;
no sabemos que siente;
Pero tenemos en claro, que nos hace sentir; Nos hace sentir su existencia;
en nuestra piel,
en nuestros ojos,
en nuestros pensamientos,
en nuestros deseos,
en nuestras acciones,
y en nuestros lamentos;
Y sabemos, también, que paulatinamente, se irá acrecentando..
I / Apertura
sean!
oh, amantes de la discordia,
anhela el mismísimo pavor, que sean!
para que con un perfecto ímpetu,
sus seres, lo hagan nacer!
dentro de calmos espíritus,
que sabrán enfundarse en él;
a la par que éste comienza a acrecentarse,
controlando cada pulso,
cada terminación nerviosa,
cada sensación;
II / Burla
oigan!
oh, el clamar de las desesperadas comisuras,
que con inútiles aguas de la expresión,
canalizan parte del pavor, del miedo y del temor,
que en sus seres,
coexisten;
en sus seres,
en su sed,
lentamente, destruyéndolos;
llamando al dolor,
a presenciar de este ser,
su destrucción;
III / Desde Arriba
vean!
oh, la tergiversación hecha teatro!
como los ojos son espejos traicioneros,
y la boca es aquella que ha de pensar!
mientras que los oídos,
asienten en silencio;
que todas las ovejas,
sigan mi camino!
tomo el papel del pastor,
que nosotros nos encargamos de olvidar,
por ustedes;
IV / Manipulación
sientan!
oh, la culmine de la liberación!
desnúdense,
sientan la piel,
sientan como el pecado toma el lugar que el placer,
solía ostentar,
orgulloso de su inhibición!
y decimos que no!
que reine por siempre,
la discordia y el pavor,
que luego de que fortalezcan su espíritu,
con sus divinas facultades,
ustedes, crecerán,
para convertirse en seres de esta tierra,
que hoy ya es suya!
tiemblen por mi,
lloren, corran, y griten por mi!
que hoy eso me alimenta,
y yo los alimento a ustedes;
aliméntense,
sepan codearse en libertad,
porque hoy,
son frutos;
hoy son amantes de las desavenencias,
que he traído como tributo para ustedes,
y a cambio solo pido,
la lealtad de su espíritu,
que será la fuente,
de libertad;
martes, 14 de abril de 2015
Velo
reverberan,
ajenas sensaciones que golpean cada cuenca de tu intimidad;
dejando como marca, solo el vestigio de un eco perpetuo,
que sabrá evocar al silencio,
solo luego de haber resonado por un lapso, casi incalculable de tiempo;
dentro de tu cuerpo,
siempre, dentro de tu cuerpo;
y avergonzado, luego de esto,
creará una desunión púdica entre alma,
y complexión;
del espejo y su reflejo,
solo existirán párpados en penumbra,
debido a reacciones automáticas;
no habrás de tocar tu piel,
ya que ella habrá de evitarlo,
estigmatizándose a si misma;
permitiéndose solo ella, codearse consigo,
¡la tan infame carne!,
que nunca nada malo ha hecho,
y siempre belleza ha sido;
hoy le toca esconderse,
y entre sueños del alma,
romper en llanto,
manchando las sábanas que la resguardan;
para que la luna no la vea,
ni ella, ni los ojos que con ella,
aprendieron a ver;
hoy se oculta,
bajo un velo auto-infligido de denigración,
que ni las manos con que comparte la sangre que corre,
bajo ella, quitarán;
alude al silencio,
adormece la intimidad de este cuerpo,
y calla, las eternas repeticiones de este eco;
resplandece tu piel,
mira tu reflejo, su reflejo;
hazte de un alivio al ella evitar,
llamar de nuevo a la penumbra;
y solo deja,
que en tu intimidad, reverbere el eco de su misma voz;
evita llamar a la vergüenza,
y aliméntate de libertad,
despojándote de ese velo de pudor,
que hoy,
ya no cubre tu cuerpo,
ni desde afuera,
ni desde adentro;
ajenas sensaciones que golpean cada cuenca de tu intimidad;
dejando como marca, solo el vestigio de un eco perpetuo,
que sabrá evocar al silencio,
solo luego de haber resonado por un lapso, casi incalculable de tiempo;
dentro de tu cuerpo,
siempre, dentro de tu cuerpo;
y avergonzado, luego de esto,
creará una desunión púdica entre alma,
y complexión;
del espejo y su reflejo,
solo existirán párpados en penumbra,
debido a reacciones automáticas;
no habrás de tocar tu piel,
ya que ella habrá de evitarlo,
estigmatizándose a si misma;
permitiéndose solo ella, codearse consigo,
¡la tan infame carne!,
que nunca nada malo ha hecho,
y siempre belleza ha sido;
hoy le toca esconderse,
y entre sueños del alma,
romper en llanto,
manchando las sábanas que la resguardan;
para que la luna no la vea,
ni ella, ni los ojos que con ella,
aprendieron a ver;
hoy se oculta,
bajo un velo auto-infligido de denigración,
que ni las manos con que comparte la sangre que corre,
bajo ella, quitarán;
alude al silencio,
adormece la intimidad de este cuerpo,
y calla, las eternas repeticiones de este eco;
resplandece tu piel,
mira tu reflejo, su reflejo;
hazte de un alivio al ella evitar,
llamar de nuevo a la penumbra;
y solo deja,
que en tu intimidad, reverbere el eco de su misma voz;
evita llamar a la vergüenza,
y aliméntate de libertad,
despojándote de ese velo de pudor,
que hoy,
ya no cubre tu cuerpo,
ni desde afuera,
ni desde adentro;
El sol siempre nace por el Este
El suelo era el solo sustento que su ya casi desfallecido cuerpo tenía. Su mano izquierda le bloqueaba la visión al blanco cegante de la alfombra, que acobijaba su cuerpo; Su ser físico.
Tendido en el suelo, creaba una suerte de divergencia entre lo real y lo irreal; Podía apreciarse el contraste entre una sala que parecía una obra fantasiosa, de una carne por la cual fluía vida.
Amanecer, la bruma del alba casi llegaba a ahogarlo; Logró despertarse, casi de milagro. Extrañado, supo posarse entre medio de la alfombra y las baldosas de la fachada de aquella estructura, situándose exactamente bajo el umbral de aquella gran puerta, dejando a entrar a dicha sala, un solo gran haz de luz, que casi quemándolo, terminó por despabilarlo.
Ignoraba la playa que lo rodeaba, ignoraba su nombre, su identidad; Sus recuerdos y pensamientos; Ignoraba la tan magnificente estructura arquitectónica en la que estaba dentro.
Luego de frotarse su frente y su sien por varios minutos, en un desesperado afán de hallar una respuesta, terminó de ser seducido y encantado por aquellas columnas, por los grandes ventanales, el concreto, el cemento, la alfombra y todo lo que lo rodeaba. Hacía falta solo un poco de paja para que aquella imponente construcción haga de un nido perfecto.
Experimentó con su percepción; Viendo desde determinados y distintos puntos de vista, la misma edificación; Más cerca, más lejos.
Paso a paso, a medida que sus ideas, en un vaivén desorganizado, iban mutando, transformándose, sus pies, a la par, sintieron la invasión por parte de la sal y de la arena; Ya había llegado a la costa.
Sin saber que hacer, y sin maravillarse de nuevo, solamente se limitó a posarse en un tronco seco a la orilla de la entonces, pleamar.
Sintió pequeñez por primera vez, luego de ver de reojo aquella construcción, que aún muchos metros de distancia, parecía mas grande que él; No podía soportar ver algo mas grande y mas hermoso. La detestó, la volvió a amar, y llego a despreciarla aún más.
Pero ¿Qué podía hacer un ser con afanes de grandeza y belleza, varado en soledad, en una isla aún más desolada?
Pero ¿Qué podía SER un ser con afanes de grandeza y belleza, varado en soledad, en una isla aún más desolada?
Entristeció su gesticulador, que supo dibujar un boceto de pena en su rostro; Solo quería ser grande y bello como el sol.
Quería ser como el sol.
Al comparar alturas y ver que sus dedos eran mas grandes que aquel incandescente destello, llegó a la conclusión de que era mas bello y mas hermoso; Solo necesitaba probarlo. Necio y terco, negó a prestarle atención a todo eso que su percepción, momentos atrás le había dicho; El quería ser el sol y para hacerlo, pretendía capturarlo entre sus manos; Lo quería tener, ya que no tenía duda alguna de que mucha gente le guardaba su respeto, su debido temor, y hasta algunos, en él, depositaban sus plegarias.
Era una suerte de solipsista en soledad, con anhelos de probar su grandeza ante todos; Desesperado por exhibirse como mejor.
Dejo de procrastinar en situaciones ideales y de un salto y un aleteo, de él, emergió un vuelo; Un vuelo que dejó atrás la piel, que ahora eran plumas, y que dejó atrás su ropaje, tendido en la playa.
Voló, y halló una bandada, a la cual se unió.
Despegaban al sur, todos aquellos pájaros, algunos antes humanos, como él, que solo se comunicaban entre miradas vacías y sonidos que solo aquellos ovíparos emanaban de sus largos y filosos picos; En cofradía, emigró.
Solo deseaba capturar al sol, aún en pleno vuelo, ya pensaba que hacer con él, cuando un fuerte viento dirigió su mirada a su primer nido; Provocando espasmos de éxtasis en todo su cuerpo, al verlo ahí, tan grande y tan bello, pero al verse a si mismo, mucho mas grande y mucho más hermoso que aquella maravillante construcción.
Giro en el amanecer. (Este)
Y voló.
Voló.
Cruzó la atmósfera, y siguió volando.
Voló hasta que por fin, en un gran esfuerzo, pudo capturar al sol entre sus plumas, y aunque ciego su luz lo había dejado, se bañó en toda la gloria personal que significó esa hazaña; Celebró, hasta darse cuenta que ese escenario fue solo un fugaz destello de agonía; Se calcinaba, y sus sueños le habían engañado, pero para cuando despertó, tal como en su fantasía, su mirada fue cegada por completo.
Y a punto de morir, ciego y agónico, voló un poco más, hasta quemarse por completo.
Pero su destello al explotar su cuerpo, y todo el trayecto que recorrió en aquel gran lapso de tiempo, fueron suficientes para que se convierta en la primera luz del amanecer.
Desprendiéndose del alba.
Y así, se convierto en lo más inmenso;
Y más hermoso nunca antes visto.
Tendido en el suelo, creaba una suerte de divergencia entre lo real y lo irreal; Podía apreciarse el contraste entre una sala que parecía una obra fantasiosa, de una carne por la cual fluía vida.
Amanecer, la bruma del alba casi llegaba a ahogarlo; Logró despertarse, casi de milagro. Extrañado, supo posarse entre medio de la alfombra y las baldosas de la fachada de aquella estructura, situándose exactamente bajo el umbral de aquella gran puerta, dejando a entrar a dicha sala, un solo gran haz de luz, que casi quemándolo, terminó por despabilarlo.
Ignoraba la playa que lo rodeaba, ignoraba su nombre, su identidad; Sus recuerdos y pensamientos; Ignoraba la tan magnificente estructura arquitectónica en la que estaba dentro.
Luego de frotarse su frente y su sien por varios minutos, en un desesperado afán de hallar una respuesta, terminó de ser seducido y encantado por aquellas columnas, por los grandes ventanales, el concreto, el cemento, la alfombra y todo lo que lo rodeaba. Hacía falta solo un poco de paja para que aquella imponente construcción haga de un nido perfecto.
Experimentó con su percepción; Viendo desde determinados y distintos puntos de vista, la misma edificación; Más cerca, más lejos.
Paso a paso, a medida que sus ideas, en un vaivén desorganizado, iban mutando, transformándose, sus pies, a la par, sintieron la invasión por parte de la sal y de la arena; Ya había llegado a la costa.
Sin saber que hacer, y sin maravillarse de nuevo, solamente se limitó a posarse en un tronco seco a la orilla de la entonces, pleamar.
Sintió pequeñez por primera vez, luego de ver de reojo aquella construcción, que aún muchos metros de distancia, parecía mas grande que él; No podía soportar ver algo mas grande y mas hermoso. La detestó, la volvió a amar, y llego a despreciarla aún más.
Pero ¿Qué podía hacer un ser con afanes de grandeza y belleza, varado en soledad, en una isla aún más desolada?
Pero ¿Qué podía SER un ser con afanes de grandeza y belleza, varado en soledad, en una isla aún más desolada?
Entristeció su gesticulador, que supo dibujar un boceto de pena en su rostro; Solo quería ser grande y bello como el sol.
Quería ser como el sol.
Al comparar alturas y ver que sus dedos eran mas grandes que aquel incandescente destello, llegó a la conclusión de que era mas bello y mas hermoso; Solo necesitaba probarlo. Necio y terco, negó a prestarle atención a todo eso que su percepción, momentos atrás le había dicho; El quería ser el sol y para hacerlo, pretendía capturarlo entre sus manos; Lo quería tener, ya que no tenía duda alguna de que mucha gente le guardaba su respeto, su debido temor, y hasta algunos, en él, depositaban sus plegarias.
Era una suerte de solipsista en soledad, con anhelos de probar su grandeza ante todos; Desesperado por exhibirse como mejor.
Dejo de procrastinar en situaciones ideales y de un salto y un aleteo, de él, emergió un vuelo; Un vuelo que dejó atrás la piel, que ahora eran plumas, y que dejó atrás su ropaje, tendido en la playa.
Voló, y halló una bandada, a la cual se unió.
Despegaban al sur, todos aquellos pájaros, algunos antes humanos, como él, que solo se comunicaban entre miradas vacías y sonidos que solo aquellos ovíparos emanaban de sus largos y filosos picos; En cofradía, emigró.
Solo deseaba capturar al sol, aún en pleno vuelo, ya pensaba que hacer con él, cuando un fuerte viento dirigió su mirada a su primer nido; Provocando espasmos de éxtasis en todo su cuerpo, al verlo ahí, tan grande y tan bello, pero al verse a si mismo, mucho mas grande y mucho más hermoso que aquella maravillante construcción.
Giro en el amanecer. (Este)
Y voló.
Voló.
Cruzó la atmósfera, y siguió volando.
Voló hasta que por fin, en un gran esfuerzo, pudo capturar al sol entre sus plumas, y aunque ciego su luz lo había dejado, se bañó en toda la gloria personal que significó esa hazaña; Celebró, hasta darse cuenta que ese escenario fue solo un fugaz destello de agonía; Se calcinaba, y sus sueños le habían engañado, pero para cuando despertó, tal como en su fantasía, su mirada fue cegada por completo.
Y a punto de morir, ciego y agónico, voló un poco más, hasta quemarse por completo.
Pero su destello al explotar su cuerpo, y todo el trayecto que recorrió en aquel gran lapso de tiempo, fueron suficientes para que se convierta en la primera luz del amanecer.
Desprendiéndose del alba.
Y así, se convierto en lo más inmenso;
Y más hermoso nunca antes visto.
lunes, 13 de abril de 2015
Alba
clareando, el alba se desprende de su abrazo con el horizonte,
y con un gesto, lo único que pudo darle,
espero darme el lujo de emanar un añoro por él;
aproximación,
azul perpetuo, luego amanecer;
mis ojos perciben de manera ofuscada, su propia versión de la realidad,
sumido en un sueño de un deseo,
el resto de mi cuerpo puede verse, adormecido;
de mi, la playa se encuentra lejos,
pero casi oigo trepar a la sal,
que se desprendió de nuevo por la noche,
casi cuando la luna se escondía,
para volver a caer al mar;
casi la siento trepar,
por la arena,
por escaleras,
por calles de cemento,
y por calles de tierra;
quiero hundir mis manos en ella,
quiero darme la sensación de calmar esta sed,
pero solamente encontrarme alimentándola mas y mas;
quiero verla trepar,
quiero que ahogue al alba y apague al sol antes del amanecer,
azul perpetuo, nunca amanecer;
ansío convertirme en ella,
para así hundir mis propias manos,
en mi mismo,
quiero ser mi sed,
quiero alimentarme de mi mismo;
quiero ser la línea imaginaria dibujada en el cielo,
luego de la desunión, entre horizonte y alba,
y sentir como mi alma, en paralelo,
confunde percepciones,
y sentir que por ella,
emanan anhelos,
a cambio de un pequeño gesto de su gesticulador;
sincronizo mis movimientos en el cielo,
con los latidos de un corazón bajo tierra,
hoy soy el alba, y no amanece;
con mis manos, sedientas, apago al sol,
marchitando plantas,
secando árboles, cuyas raíces frágiles,
ya no resguardan a aquel corazón;
el árbol con la tierra movida,
al correr de la más mínima brisa, caerá,
empujándome más allá en el cielo,
aclarando,
luego oscureciendo;
y en mi reinado celestial,
las camas arroparán seres que nunca habrán de despertar;
sumidos en sueños,
me regalarán sus anhelos;
sus corazones, latirán al ritmo de aquel que encontré,
y hoy ya es mío;
abandonare por siempre mi forma terrenal,
y me habré de regalar un gesto,
que borraré de mi cielo, con la sal que decaerá del aire,
de este aire que respiro,
y que todos los sueños respiran, y respirarán;
mi sed no habrá de ser saciada,
y como consecuencia de mis caprichos,
abandonaré la ciudad;
dejando un azul perpetuo,
nunca amanecer,
y me acercaré a la playa,
para posarme en la arena,
y me veré nacer;
y con un gesto, lo único que pudo darle,
espero darme el lujo de emanar un añoro por él;
aproximación,
azul perpetuo, luego amanecer;
mis ojos perciben de manera ofuscada, su propia versión de la realidad,
sumido en un sueño de un deseo,
el resto de mi cuerpo puede verse, adormecido;
de mi, la playa se encuentra lejos,
pero casi oigo trepar a la sal,
que se desprendió de nuevo por la noche,
casi cuando la luna se escondía,
para volver a caer al mar;
casi la siento trepar,
por la arena,
por escaleras,
por calles de cemento,
y por calles de tierra;
quiero hundir mis manos en ella,
quiero darme la sensación de calmar esta sed,
pero solamente encontrarme alimentándola mas y mas;
quiero verla trepar,
quiero que ahogue al alba y apague al sol antes del amanecer,
azul perpetuo, nunca amanecer;
ansío convertirme en ella,
para así hundir mis propias manos,
en mi mismo,
quiero ser mi sed,
quiero alimentarme de mi mismo;
quiero ser la línea imaginaria dibujada en el cielo,
luego de la desunión, entre horizonte y alba,
y sentir como mi alma, en paralelo,
confunde percepciones,
y sentir que por ella,
emanan anhelos,
a cambio de un pequeño gesto de su gesticulador;
sincronizo mis movimientos en el cielo,
con los latidos de un corazón bajo tierra,
hoy soy el alba, y no amanece;
con mis manos, sedientas, apago al sol,
marchitando plantas,
secando árboles, cuyas raíces frágiles,
ya no resguardan a aquel corazón;
el árbol con la tierra movida,
al correr de la más mínima brisa, caerá,
empujándome más allá en el cielo,
aclarando,
luego oscureciendo;
y en mi reinado celestial,
las camas arroparán seres que nunca habrán de despertar;
sumidos en sueños,
me regalarán sus anhelos;
sus corazones, latirán al ritmo de aquel que encontré,
y hoy ya es mío;
abandonare por siempre mi forma terrenal,
y me habré de regalar un gesto,
que borraré de mi cielo, con la sal que decaerá del aire,
de este aire que respiro,
y que todos los sueños respiran, y respirarán;
mi sed no habrá de ser saciada,
y como consecuencia de mis caprichos,
abandonaré la ciudad;
dejando un azul perpetuo,
nunca amanecer,
y me acercaré a la playa,
para posarme en la arena,
y me veré nacer;
jueves, 9 de abril de 2015
Hay un vidrio roto en mi habitación
hay un vidrio roto en mi habitación,
yo no lo rompí;
se rompió a si mismo,
para verse reflejado en sus propios cristales,
para así,
dejar nacer al eco en forma de imagen;
repetición constante,
casi eternidad;
perpetuo,
como perpetuas son las gotas,
que conciben al goteo,
que casi incesante,
marchará sobre el agua,
alojada en un viejo balde,
hasta inundar;
manos quitarán ese balde,
pero las gotas, no cesarán de gotear,
lo harán,
a la par que el sol se hace con un brillo más incandescente,
quemándolas;
dejaran de caer, temerosas,
una tras la otra,
pocas son las valientes ante una tan previsible muerte;
y aquellas,
seguirán cayendo,
hasta comenzar a marchitarse,
y a secarse, con el tiempo;
pronto no serán,
nada más que un pedazo de concreto,
que ante ciegos ojos,
concreto será;
concreto que lleva la sangre de esta tierra,
esta tierra;
tuya, esta tierra,
germina ya ella,
hecha tus raíces, y crece,
añora algo,
un avión;
un pájaro, o una nube,
añora este cielo;
sea savia ahora tu sangre,
sean hojas ahora tu pelo,
sea cielo,
ahora, aquel pedazo de vidrio quebrajado,
que me regala mi reflejo,
aún muerto y sin pedir nada a cambio;
dejando mi rostro,
solo,
vacío, con un reflejo de él,
pero que no se refleja en si mismo,
espejo roto,
perdiendo la ambivalencia de su reverberación;
algo similar al verse desde otro cuerpo,
aún siendo uno mismo;
dejando una interrogante,
que duda tras duda,
muta, en otra capa de mi ser,
con la opción de contestarla,
o dejarla crecer,
hasta llegar a la incertidumbre;
contéstame,
conviérteme en una respuesta,
en algo que sé,
o en algo que tal vez no sepa;
en algo que vaya más allá de mi,
de mis ideas,
de mis pensamientos,
de mis alegrías y mis lamentos,
solo que vaya más allá;
y que se aleje,
dejando un silencio;
escuchalo,
escucha como aturde la afonía del ruido,
tal vez no te des cuenta,
pero si lo haces,
notarás que está lleno de palabras no dichas;
que se encuentran hambrientas,
por ser habladas,
y que en otro ser,
como en un espejo,
se vean reflejadas;
hambrientas de causar algo,
alegría,
dolor,
pena,
tristeza,
duda,
jolgorio,
orgullo,
miedo,
enojo;
hambrientas de una sensación,
que las alimente,
callándolas;
hasta que el silencio, de nuevo, se vuelva inconsistente,
y tengan que volver a romperlo,
con otra palabra más;
roto,
roto como este espejo,
que ya es solo vidrio;
que ya está muerto, como la alegría de miles de juguetes sin niños,
que ya está muerto, como el brillo de una vela cuando dos dedos se posan sobre su mecha,
que ya está muerto, como yo,
como vos,
como todos acá;
todos somos el vidrio,
ansiando ver nuestro reflejo,
aún si para eso, debemos fallecer;
todos padecimos,
todos volveremos a padecer,
hemos muerto,
morimos,
y moriremos cada día,
hasta que esta vida que tenemos,
conozca su gris comienzo;
bajo tierra,
nuestra tierra,
tuya, esta tierra,
mía, este tierra,
de nosotros, es nuestra;
germinaremos;
alcanzaremos al avión,
al pájaro, a la nube y al cielo,
y lo traeremos a la tierra,
para quedárnoslo;
y para que luego de que salga el sol,
este se esconda, bajo una nube gigante,
que la lluvia precederá;
inundando las calles,
creciendo los ríos,
destrozando hogares;
para por fin terminar de llenar este balde,
y que las gotas cesen por fin;
y que vuelvan a caer,
en otro lugar,
y de otro lugar;
gotas,
de mi;
gotas de mi sangre,
se encuentran,
en aquel vidrio que estaba en mi habitación,
yo no la sangré;
se sangró a si misma,
para ver su caída, y verse quieta por fin;
deslizándose sobre un pedazo de vidrio,
el cual mi piel con frío,
usa para abrigarse;
para ver como choca ella misma contra el piso,
como se marchita,
y como se seca;
y como de ella, los demás verán solo concreto,
cargando en su marca,
mi vida,
mi ser,
mi alma,
no así mi cuerpo, que ya solo será piel para ese entonces;
piel que estará arropada en el frío cobijo,
que le brindará un aún mas viejo edredón,
en mi cama,
a punto de comenzar,
su vida para siempre;
yo no lo rompí;
se rompió a si mismo,
para verse reflejado en sus propios cristales,
para así,
dejar nacer al eco en forma de imagen;
repetición constante,
casi eternidad;
perpetuo,
como perpetuas son las gotas,
que conciben al goteo,
que casi incesante,
marchará sobre el agua,
alojada en un viejo balde,
hasta inundar;
manos quitarán ese balde,
pero las gotas, no cesarán de gotear,
lo harán,
a la par que el sol se hace con un brillo más incandescente,
quemándolas;
dejaran de caer, temerosas,
una tras la otra,
pocas son las valientes ante una tan previsible muerte;
y aquellas,
seguirán cayendo,
hasta comenzar a marchitarse,
y a secarse, con el tiempo;
pronto no serán,
nada más que un pedazo de concreto,
que ante ciegos ojos,
concreto será;
concreto que lleva la sangre de esta tierra,
esta tierra;
tuya, esta tierra,
germina ya ella,
hecha tus raíces, y crece,
añora algo,
un avión;
un pájaro, o una nube,
añora este cielo;
sea savia ahora tu sangre,
sean hojas ahora tu pelo,
sea cielo,
ahora, aquel pedazo de vidrio quebrajado,
que me regala mi reflejo,
aún muerto y sin pedir nada a cambio;
dejando mi rostro,
solo,
vacío, con un reflejo de él,
pero que no se refleja en si mismo,
espejo roto,
perdiendo la ambivalencia de su reverberación;
algo similar al verse desde otro cuerpo,
aún siendo uno mismo;
dejando una interrogante,
que duda tras duda,
muta, en otra capa de mi ser,
con la opción de contestarla,
o dejarla crecer,
hasta llegar a la incertidumbre;
contéstame,
conviérteme en una respuesta,
en algo que sé,
o en algo que tal vez no sepa;
en algo que vaya más allá de mi,
de mis ideas,
de mis pensamientos,
de mis alegrías y mis lamentos,
solo que vaya más allá;
y que se aleje,
dejando un silencio;
escuchalo,
escucha como aturde la afonía del ruido,
tal vez no te des cuenta,
pero si lo haces,
notarás que está lleno de palabras no dichas;
que se encuentran hambrientas,
por ser habladas,
y que en otro ser,
como en un espejo,
se vean reflejadas;
hambrientas de causar algo,
alegría,
dolor,
pena,
tristeza,
duda,
jolgorio,
orgullo,
miedo,
enojo;
hambrientas de una sensación,
que las alimente,
callándolas;
hasta que el silencio, de nuevo, se vuelva inconsistente,
y tengan que volver a romperlo,
con otra palabra más;
roto,
roto como este espejo,
que ya es solo vidrio;
que ya está muerto, como la alegría de miles de juguetes sin niños,
que ya está muerto, como el brillo de una vela cuando dos dedos se posan sobre su mecha,
que ya está muerto, como yo,
como vos,
como todos acá;
todos somos el vidrio,
ansiando ver nuestro reflejo,
aún si para eso, debemos fallecer;
todos padecimos,
todos volveremos a padecer,
hemos muerto,
morimos,
y moriremos cada día,
hasta que esta vida que tenemos,
conozca su gris comienzo;
bajo tierra,
nuestra tierra,
tuya, esta tierra,
mía, este tierra,
de nosotros, es nuestra;
germinaremos;
alcanzaremos al avión,
al pájaro, a la nube y al cielo,
y lo traeremos a la tierra,
para quedárnoslo;
y para que luego de que salga el sol,
este se esconda, bajo una nube gigante,
que la lluvia precederá;
inundando las calles,
creciendo los ríos,
destrozando hogares;
para por fin terminar de llenar este balde,
y que las gotas cesen por fin;
y que vuelvan a caer,
en otro lugar,
y de otro lugar;
gotas,
de mi;
gotas de mi sangre,
se encuentran,
en aquel vidrio que estaba en mi habitación,
yo no la sangré;
se sangró a si misma,
para ver su caída, y verse quieta por fin;
deslizándose sobre un pedazo de vidrio,
el cual mi piel con frío,
usa para abrigarse;
para ver como choca ella misma contra el piso,
como se marchita,
y como se seca;
y como de ella, los demás verán solo concreto,
cargando en su marca,
mi vida,
mi ser,
mi alma,
no así mi cuerpo, que ya solo será piel para ese entonces;
piel que estará arropada en el frío cobijo,
que le brindará un aún mas viejo edredón,
en mi cama,
a punto de comenzar,
su vida para siempre;
martes, 7 de abril de 2015
Alquitrán
camina,
tus pies en alquitrán;
siente así, los miles de pasos,
que otras personas dieron,
y que otros, al igual que vos y que ellos,
darán;
en el punto donde muchos senderos tienden a encontrarse,
deja una gota de tu sangre,
inmortal;
queda impregnada,
así como cicatriz en pavimento,
y pronto,
roja la calle quedará;
sangre de cientos de esencias,
se resbalará de la piel,
mientras esta se muere de pena,
y el alma sangra libertad,
como éxtasis;
deja que la piel se retraiga,
bajo el frío cobijo,
que un viejo edredón le brinda;
mientras de rojo la ciudad se tiñe,
contemplando como las pieles son olvidadas,
y buscan sales de otro mar,
solo para convertirse en lágrimas,
que nadie va a llorar;
caliente,
siente este alquitrán,
ahora roja la ciudad, arde en llamas,
las llamas, de una desesperada pasión humana,
mientras los ácaros hambrientos,
roen la piel, ya olvidada, a la par que la lloran;
y sus lágrimas funden la lava,
atrapándonos en piedra,
eterna espera;
ceniza, de ella la ciudad cubierta,
las almas ríen aún en pena,
y los cuerpos ya inexistentes,
solo quedan en recuerdo;
quebrajo,
huesos, que mas duros que la piedra, la segmentan,
y rompen;
pie, sangrante,
mi alma se desangrará,
dejando la cicatriz de mi sed,
en este alquitrán;
espera a que la ciudad sea roja de vuelta,
pronto arderemos otra vez,
los ácaros de hambre padecerán,
la ceniza cubrirá la grisácea piedra,
y atrapadas algunas almas,
al romperla, sabrán de libertad;
su alma, poco a poco, comenzará a sangrarse aún más;
y plegarias,
como aves,
al cielo volarán,
llevando consigo
el deseo de miles de espíritus,
"lluevan rojizas cataratas,
en esta ya roja ciudad,"
en lava nos fundiremos,
pronto arderemos,
pronto nos volveremos a incendiar;
tus pies en alquitrán;
siente así, los miles de pasos,
que otras personas dieron,
y que otros, al igual que vos y que ellos,
darán;
en el punto donde muchos senderos tienden a encontrarse,
deja una gota de tu sangre,
inmortal;
queda impregnada,
así como cicatriz en pavimento,
y pronto,
roja la calle quedará;
sangre de cientos de esencias,
se resbalará de la piel,
mientras esta se muere de pena,
y el alma sangra libertad,
como éxtasis;
deja que la piel se retraiga,
bajo el frío cobijo,
que un viejo edredón le brinda;
mientras de rojo la ciudad se tiñe,
contemplando como las pieles son olvidadas,
y buscan sales de otro mar,
solo para convertirse en lágrimas,
que nadie va a llorar;
caliente,
siente este alquitrán,
ahora roja la ciudad, arde en llamas,
las llamas, de una desesperada pasión humana,
mientras los ácaros hambrientos,
roen la piel, ya olvidada, a la par que la lloran;
y sus lágrimas funden la lava,
atrapándonos en piedra,
eterna espera;
ceniza, de ella la ciudad cubierta,
las almas ríen aún en pena,
y los cuerpos ya inexistentes,
solo quedan en recuerdo;
quebrajo,
huesos, que mas duros que la piedra, la segmentan,
y rompen;
pie, sangrante,
mi alma se desangrará,
dejando la cicatriz de mi sed,
en este alquitrán;
espera a que la ciudad sea roja de vuelta,
pronto arderemos otra vez,
los ácaros de hambre padecerán,
la ceniza cubrirá la grisácea piedra,
y atrapadas algunas almas,
al romperla, sabrán de libertad;
su alma, poco a poco, comenzará a sangrarse aún más;
y plegarias,
como aves,
al cielo volarán,
llevando consigo
el deseo de miles de espíritus,
"lluevan rojizas cataratas,
en esta ya roja ciudad,"
en lava nos fundiremos,
pronto arderemos,
pronto nos volveremos a incendiar;
lunes, 6 de abril de 2015
Aún
aún nos queda ver,
como nace el mar entre el alba,
tal vez mañana,
si, tal vez mañana,
te invite a verlo,
tal vez mañana,
te invite a verlo,
querida, aún nos queda ser,
mar naciendo entre el alba,
tal vez mañana,
si, tal vez mañana,
te invite a serlo,
tal vez mañana,
te invite a serlo, conmigo
como nace el mar entre el alba,
tal vez mañana,
si, tal vez mañana,
te invite a verlo,
tal vez mañana,
te invite a verlo,
querida, aún nos queda ser,
mar naciendo entre el alba,
tal vez mañana,
si, tal vez mañana,
te invite a serlo,
tal vez mañana,
te invite a serlo, conmigo
jueves, 2 de abril de 2015
Gracias por las 1000 visitas
No hay mucho que decir, mas allá de las infinitas gracias a aquellos que me leyeron, que me leen y a aquellos que espero algún día lo hagan.
En una suerte de recompensa, o de agradecimiento, les comparto mi poema favorito, concebido de la tinta del señor Charles Bukowski
Dinosauria, we/Nosotros los Dinosaurios
"Nacimos así
en medio de esto
mientras rostros de tiza sonríen
mientras doña muerte ríe
mientras los ascensores se rompen
mientras panoramas políticos se disuelven
mientras el chico del supermercado
termina la Universidad
mientras peces envueltos en petróleo
escupen su aceitosa plegaria
mientras el sol está enmascarado.
Nacimos así
en medio de esto
en medio de guerras prudentemente enloquecidas
en medio del paisaje de fabricas con ventanas
rotas y vacías
en medio de bares en donde la gente ya no habla
en medio de peleas que pasan de los puños a
las armas y a las navajas.
Nacimos en esto
entre hospitales tan caros que es más barato morirse
entre abogados que te cobran tanto, que es más
barato declararse culpable.
En un país donde las cárceles están llenas
y los manicomios cerrados.
En un lugar donde las masas elevan a los ineptos
a la categoría de héroes.
Nacimos en esto
caminamos y vivimos
através de esto
muriendo por esto
mutando por esto
silenciados a causa de esto
castrados,
abusados,
desheredados
por esto,
engañados por esto,
usados por esto,
jodidos por esto,
enloquecidos y enfermos por esto,
convertidos en seres violentos
convertidos en seres inhumanos
por esto.
Los corazones están ennegrecidos
los dedos buscan las gargantas
al revolver
la navaja
a la bomba
los dedos se dirigen hacia un Dios insensible
que no responde.
Los dedos van a la botella
a las pastillas
a la pólvora.
Hemos nacido en medio de esta lastimosa devastación
hemos nacido en medio de un gobierno endeudado
hace 60 años
que pronto no podrá pagar siquiera los intereses
y los bancos arderán
y el dinero no servirá para nada.
Habrá asesinos libres e impunes por las calles
habrá pistolas y mafias oficiales.
La tierra se volverá inútil
los alimentos serán una recompensa que se esfuma.
El poder nuclear estará en manos de la mayoría
explosiones sacudirán la tierra.
Hombres robot afectados por radiaciones
acecharán a otros hombres.
Los ricos y los elegidos observarán
desde plataformas espaciales.
El infierno de Dante parecerá
un juego de niños.
El sol ya no se verá y será siempre noche
los árboles morirán
toda la vegetación morirá
hombres afectados por radiaciones comerán
la carne de otros hombres afectados por radiaciones.
El mar estará contaminado
los lagos y los ríos desaparecerán
la lluvia será el nuevo oro.
Un viento oscuro esparcirá el hedor de
cuerpos putrefactos de hombres y animales
los escasos sobrevivientes serán, asediados
por nuevas y horribles enfermedades.
Y las plataformas espaciales se irán
destruyendo por el desgaste y la
escasez de provisiones
y el simple efecto de la decadencia general.
Y entonces surgirá de eso
el silencio más hermoso
jamás oído
y el sol todavía ahí, oculto
estará esperando el próximo capítulo.-"
Gracias.
En una suerte de recompensa, o de agradecimiento, les comparto mi poema favorito, concebido de la tinta del señor Charles Bukowski
Dinosauria, we/Nosotros los Dinosaurios
"Nacimos así
en medio de esto
mientras rostros de tiza sonríen
mientras doña muerte ríe
mientras los ascensores se rompen
mientras panoramas políticos se disuelven
mientras el chico del supermercado
termina la Universidad
mientras peces envueltos en petróleo
escupen su aceitosa plegaria
mientras el sol está enmascarado.
Nacimos así
en medio de esto
en medio de guerras prudentemente enloquecidas
en medio del paisaje de fabricas con ventanas
rotas y vacías
en medio de bares en donde la gente ya no habla
en medio de peleas que pasan de los puños a
las armas y a las navajas.
Nacimos en esto
entre hospitales tan caros que es más barato morirse
entre abogados que te cobran tanto, que es más
barato declararse culpable.
En un país donde las cárceles están llenas
y los manicomios cerrados.
En un lugar donde las masas elevan a los ineptos
a la categoría de héroes.
Nacimos en esto
caminamos y vivimos
através de esto
muriendo por esto
mutando por esto
silenciados a causa de esto
castrados,
abusados,
desheredados
por esto,
engañados por esto,
usados por esto,
jodidos por esto,
enloquecidos y enfermos por esto,
convertidos en seres violentos
convertidos en seres inhumanos
por esto.
Los corazones están ennegrecidos
los dedos buscan las gargantas
al revolver
la navaja
a la bomba
los dedos se dirigen hacia un Dios insensible
que no responde.
Los dedos van a la botella
a las pastillas
a la pólvora.
Hemos nacido en medio de esta lastimosa devastación
hemos nacido en medio de un gobierno endeudado
hace 60 años
que pronto no podrá pagar siquiera los intereses
y los bancos arderán
y el dinero no servirá para nada.
Habrá asesinos libres e impunes por las calles
habrá pistolas y mafias oficiales.
La tierra se volverá inútil
los alimentos serán una recompensa que se esfuma.
El poder nuclear estará en manos de la mayoría
explosiones sacudirán la tierra.
Hombres robot afectados por radiaciones
acecharán a otros hombres.
Los ricos y los elegidos observarán
desde plataformas espaciales.
El infierno de Dante parecerá
un juego de niños.
El sol ya no se verá y será siempre noche
los árboles morirán
toda la vegetación morirá
hombres afectados por radiaciones comerán
la carne de otros hombres afectados por radiaciones.
El mar estará contaminado
los lagos y los ríos desaparecerán
la lluvia será el nuevo oro.
Un viento oscuro esparcirá el hedor de
cuerpos putrefactos de hombres y animales
los escasos sobrevivientes serán, asediados
por nuevas y horribles enfermedades.
Y las plataformas espaciales se irán
destruyendo por el desgaste y la
escasez de provisiones
y el simple efecto de la decadencia general.
Y entonces surgirá de eso
el silencio más hermoso
jamás oído
y el sol todavía ahí, oculto
estará esperando el próximo capítulo.-"
Gracias.
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