la credulidad, siembra;
débiles engaños en esta tierra,
que crecerán;
serán preguntas, pero pronto nos harán dudar;
hasta llegar a confundirnos,
y esta tierra liberará;
pequeñas semillas,
que en nuestros cuerpos crecerán;
en crédulos,
nos convertirán,
e inocentes cuales niños,
hacia aquel viejo baldío habremos de escapar;
pronto, ven conmigo,
y no creas nada, pero nada de lo que digo;
como espero yo tampoco hacerlo,
no me mientas, guarda este silencio,
que risa a risa,
tal vez, nos iremos conociendo,
sin siquiera decir una palabra;
ven conmigo, abraza el alba,
que me prometió no alejarnos de esta tierra,
y si aún lo hiciese,
querida, amaneceremos cada día,
en aquel silencio, que cada mañana;
habrás de atesorar;
sé te conoceré, cada vez más,
allá en el sol, su despertar
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