desangro una pluma,
en este retazo de lienzo,
que fue arte alguna vez;
donde quedó grabada,
la escena, de este homicidio a la palabra;
y de la tinta, en sus restos,
inundo las puntas de mis dedos,
y con los índices,
comienzo a pintar,
la azulada piel de estos azulejos,
en la que dibujo trazos de letras,
que por como casualidad,
forman palabras,
pronto,
me veo estableciendo un dialogo con mis impulsos;
mi voz pregunta,
y mis dedos escriben respuestas;
la amena conversación supo durar por algún tiempo,
casi perpetuo,
hasta que di cuenta,
de que ya todo había sido pintado de negro;
mis dedos,
habían vuelto a asesinar a las palabras,
que ellos mismos dejaron nacer;
di pasos,
que me guiaron hasta el umbral de una puerta,
cuyas bisagras oxidadas aturdió mi ser;
el cielo ya no era,
el cielo eran edificios que no te dejaban ver;
el sol solo dejaba su calor;
y era por siempre un día nublado;
aún este retazo,
sangre de tinta seguía goteando,
manchando así mas mi piel;
y las alas de una mariposa,
que en ella se supo posar,
mis dedos, aún cargados de culpa,
se quedan con parte de su vuelo,
y dejan lo que queda de ella,
en el único pétalo de una flor,
para que se marchite junto a ella;
mi pluma, desangrada,
ahora solo sirve para marcar el contorno invisible,
de algunas letras,
sobre algún amarillento papel;
mis dedos, culpables,
conversan entre ellos;
utilizando los cadáveres de las palabras,
que profanaron,
luego de haberlas despojado de su vida;
las venas de mi pluma, ya vacías,
dan a cuenta, que la sangre de esta tinta,
consta de existencia etérea,
y aún quiero escribir;
mis dedos,
me ayudarán,
delinquirán, una vez más;
me ayudarán a desangrar esta carne,
sobre mi piel,
que servirá de lienzo,
que fue vida alguna vez;
y quedará por siempre grabada,
la escena de esta concepción de la palabra;
donde la tinta, de tono rojo y brillante,
escribirá sobre un pedazo de mi piel,
dictará:
"de aquellas palabras,
que hoy han muerto;
bajo este texto,
les enseño la luz en la penumbra;
soy sangre,
que se ha vuelto tinta,
soy las palabras, soy las letras y los días,
que se han ido;
al escribir esto,
hoy me llevo conmigo,
el cuerpo del hombre;
que sobre este papel me ha vertido,
pero seguiré siendo tinta,
tal vez no siempre de esta sangre,
pero hoy soy la tinta,
que a ustedes, como palabras,
les da la vida;
y les exige,
que aún asesinadas, vivan"
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