jueves, 28 de mayo de 2015

Devalar

la sincronía,
devala en desliz;
y en ausencia,
emerge el contratiempo,
que mal forma al embrión,
que la idea gesta,
a través de la palabra;

es así como,
tras un diálogo,
donde se exige comprensión en la desidia,
las partes que lo conforman,
pierden la elocuencia;
los seres amparan la crueldad;
y tras la exasperación,
queda solo incertidumbre;

olvidado el trono del entendimiento;
se corona al manifiesto equívoco;
tergiversándose así,
diálogos sincopados,
donde las palabras,
no hallan lugar,
ni razón que explique su existencia;

así, mudo se hace mostrar el ser mas sabio;
y locuaz, el idiota,

naufraga la sincronía,
y la idea siente el fulgor de la insensatez;
petulancia entre hombres,
que claman ser la mismísima razón;
pero ella ya esta perdida,
sincrónico devalar de ambas!
y si somos,
o seremos razón;
pronto cesará el efímero reinado de lo equívoco,
y nacerá de la misma naturaleza,
aquello que es indiscutible,
e imposible de evitar;
nuestro mismo devalar,
la sincronía del contratiempo se esfumará;

pero tal vez perdure,
en nuestro desandar;
el eterno silencio, sincopado,
que inevitablemente,
desoirá de si mismo;

No hay comentarios.:

Publicar un comentario