miércoles, 5 de agosto de 2015

Color Desvaneciéndose

el color ya se ha fugado,

grises así, las manos,
enumeran cada uno de los filamentos,

que constituyen al ser;

su humanidad,
tan frágil ha de sentirse;

la inmensidad mas pequeña,
que llega a obnubilar la vista

pero ésta,  aún ciega,

sabe atisbar el humo; 

sigue siendo negro,

en aquel grisáceo incendio,

la meca de lo absurdo,

y en llamas,
yace el cuerpo;

desvaneciéndose por el aire, 
arremetiendo contra la desesperación;

pero siempre subyugado por ella,

el llanto forzado de la monotonía,

de los seres,
que ansían sentir algo de nuevo,

que junto con el jadear del color ausente;

y de aquel hombre del incendio, desfalleciéndose,

solo los vuelve hipócritas ante el sentimiento,

así la vida de aquel hombre incendiario,
permanecerá como recuerdo de la simulación humana;

terminándose por eclipsarse completamente la expresión del sentir;

y eternamente, mi vida,

por lo que como intento de alivio, 

en llamas,
abrazo hoy mi cuerpo,

y arremeto contra la desesperación;

me desvanezco por el aire;

mi agonía percibe lagrimas ajenas sobre el asfalto y sobre mi cuerpo,
y mi sangre muriéndose de risa;

me comenta, sobre la viva hipocresía,

con la que estos seres,
atesorarán mi muerte en su recuerdo;

y luego de haber cesado la agonía, junto al color,

me habré fugado;

No hay comentarios.:

Publicar un comentario