el sol desangra su luz sobre sus huesos;
y corrompido el esqueleto,
se deshace el cuerpo,
y cae la noche;
lumínica la sangre,
derrama consigo, la violenta esencia,
del fulgor en puro estado,
que cae al vacío,
sabiendo rozar el fin de esta tierra;
así, mártir el hielo del polo mas alejado,
muta en muerte,
camuflada en un flamante mar;
que pretende hallar compañía,
para su vagar eterno;
así, ahogados los espíritus en el ímpetu de la corriente,
ahora, en la orilla solo yacen cuerpos,
y el agua mas fría,
que proviene de las comisuras oculares de las personas,
que hoy abrazan su vida,
en orden para hallar un consuelo a su desolación;
y la luz causante ha sido casi olvidada,
ya desaparecida,
aún sin estar oculta;
desvaneciéndose lentamente de esta tierra
engañando a las miradas distraídas,
que aún miran al cielo,
esperando al sol;
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