el habla, idiota,
narrará la bitácora de la idea,
desnudando su misterio,
del entrecejo entumecido,
nacerá un enojo;
que agriará,
el dulzor de una piel naciente,
el alba;
la luz será eclipsada,
y eliminadas serán, todas las conjeturas,
acerca de la continuidad del fulgor;
el abismo acariciará la pretensión,
de ser la verdadera eternidad en el cielo;
las flores aún así,
brotarán, enardecidas,
y se posarán sobre el filo de aquella tiniebla;
¿ha de morir la belleza?
¿o ha de morir la penumbra?
oscilante el pensamiento,
fulminará la idea, ya desnuda;
con ella se irá la vergüenza,
y sosegará el enojo;
brillará así el dulzor de la piel naciente;
y eclipsada por la luz, se verá la tiniebla;
las flores hallarán la calma,
y su belleza prevalecerá;
el habla, idiota,
guardará su silencio;
No hay comentarios.:
Publicar un comentario