jueves, 6 de agosto de 2015

Sosegar

no habrá de sosegarse en mi,
la aflicción, de nuevo;

mi piel tejerá la contradicción,
que terminará por confundirla,

y aniquilarla ante la mirada de sus vástagos,

aquellos lamentos,

que en resarcimiento,
fulminarán mi ropaje,

y me harán caer desnudo,

en un desliz,

hacia mi piel,
viéndome posado sobre mi mismo;

incapaz de reconocer mi propia carne,

el presagio vívido de lo funesto;

así, despojado de mi vitalidad,

idiota es el cuerpo solo,
y frágil la mente desnuda;

refugio he de hallar en mi sombra,

para ya no verme mas;

mis lágrimas, solo caen,

tus lágrimas,

diluvian mi vivir,

como el llanto de dos planetas,
orbitando,

sobre mi carne, ya boba,
deshumanizada;

y falta de sentir alguno,

ya no queda nada más,

mi pena escurre de mi forma humana,
y abandono mi antigua forma;

eterno crepúsculo,

extingue mi fe,

y me veo convertido en aflicción,
sosiego sobre mi piel,

y me hago amigo de lo eterno;

emerge mi penumbra de la contradicción;

venganza en mis lamentos,

cada vez,
mas pequeño;

ciclo;


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