no habrá de sosegarse en mi,
la aflicción, de nuevo;
mi piel tejerá la contradicción,
que terminará por confundirla,
y aniquilarla ante la mirada de sus vástagos,
aquellos lamentos,
que en resarcimiento,
fulminarán mi ropaje,
y me harán caer desnudo,
en un desliz,
hacia mi piel,
viéndome posado sobre mi mismo;
incapaz de reconocer mi propia carne,
el presagio vívido de lo funesto;
así, despojado de mi vitalidad,
idiota es el cuerpo solo,
y frágil la mente desnuda;
refugio he de hallar en mi sombra,
para ya no verme mas;
mis lágrimas, solo caen,
tus lágrimas,
diluvian mi vivir,
como el llanto de dos planetas,
orbitando,
sobre mi carne, ya boba,
deshumanizada;
y falta de sentir alguno,
ya no queda nada más,
mi pena escurre de mi forma humana,
y abandono mi antigua forma;
eterno crepúsculo,
extingue mi fe,
y me veo convertido en aflicción,
sosiego sobre mi piel,
y me hago amigo de lo eterno;
emerge mi penumbra de la contradicción;
venganza en mis lamentos,
cada vez,
mas pequeño;
ciclo;
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