martes, 11 de agosto de 2015

Póstumo

la curiosidad de la mirada ajena
ansía conocer a mi yo póstumo;

efectuará su huida la conciencia,

y se deconstruye mi vida,
dando paso a la creación de mi recuerdo;

oh, y como alma anhelo;

anhelo que mi sangre,
le de cobijo cuerpo,

entre la tierra brille mi piel,

y dancen mis huesos;

anhelo ser la luz posada en cielo,

y la encriptación en un enigma,

poco a poco,
convirtiéndome en silencio;

presentándome cual espíritu de nada,
sin palabra que me quebrante,

estaré de muerte,

y danzaré con mis huesos,

y brillaré con mi piel;

el descanso solo será sepelio,

estaré con el mundo, pendiente a conocer;

pero olvidaré el anhelo,

huiré en mi conciencia,
olvidaré mi recuerdo;

y purgaré en mi,
puesto seré alma,

y estaré de muerte;

y la muerte no venera al deseo;

seré la purga,
del placer humano;

convirtiéndome en silencio;

y como tal,
me haré presente en el diálogo,

callando a dos cuerpos,

pero como muerte y también silencio,
habré de hacerme a mi mismo, en ellos, eterno;

para alimentar,

y luego callar;

el deseo de aquellos cuerpos;

pronto serán silencio,


y a otros habrán de callar,

tal vez, cuando purguen en si mismos, dancen con sus huesos,


y desde la tierra,
quizás;

vean su piel brillar,

bajo la misma,

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