I
las flores,
sus pétalos
metálicos
las púas abrazan la carne,
y escriben
las primeras palabras
sobre un cuerpo
ingenuo que no experimentó
ninguna sensación
más allá
de ésta.
II
los diálogos
son roca.
el viento re-ordena las letras
de las palabras que pensábamos eran inamovibles.
¿qué quieren decirnos aquellos que han sido borrados del mundo?
¿era este cielo que está bajo nuestras cabezas, suyo en aquel entonces?
siento un dolor
que existe desde antes de que todo naciera
y que va a perdurar después de que todo se extinga
quisiera poder darle un nombre,
pero las letras se me resbalan de los labios
y mis dedos son demasiado transparentes para aguantar el peso de la tinta.
¿era este el futuro que presagiaban los cuerpos primeros?
¿quién portará el dolor después de que muera? ¿que le dirá el viento con mis palabras?
III
ya renuncié
a todo.
restará esperar a ver que pasa.
IV
el óxido dicta los pasajes primeros del paso del tiempo
donde el verbo no es mas que
océano
que es código,
como formas
de comunicación (como por ejemplo)
la ventriloquía para cuando
las bocas todavía precisan asistencia para tomar la palabra.
V
sostengo un vaso y utilizo la luz del sol para imprimir ángeles sobre manteles descartables
que me servirán por la próxima hora y media.
eventualmente,
mi mano divina buscará nuevos siervos cuando se aburra,
y mientras el papel se arruga por el mismo sol que cristalizó su luz en los figurines que están sufriendo de una prueba de fe,
la humedad terminará de corromper aquellos corazones de 0,1 mm de grosor
que serán aniquilados por decenas de filas de dientes metálicos
que darán por origen a bestias de fuego
ennegrecidas por el resentimiento
que el viento traerá de vuelta frente a mis ojos
solamente para que las sople lejos y se desintegren entre el aire.
VI
colección de bolsillo: la navidad de los insectos.
las antenas visten
luces diminutas,
los regalos para los huevecillos
que están pronto a eclosionar
siendo casi medianoche.
¿quién va a vestir las alas mas bellas?
adornadas con hojas a punto pútrido,
con ese color morado
tan elegante
tan escaso.
el árbol diente
de león altamente inflamable
una catástrofe casi anunciada
la huida se traduce
en un aleteo despavorido
que solo aviva un fuego que ahora es insaciable
los grillos entumecen su abdomen por las quemaduras
la música es cada vez mas disonante
pulsión de muerte
entre la noche
se divisa un punto minúsculo
de color rojizo-
a lo lejos se oyen doce campanadas,
el césped vuelve a su color oscuro como si nada hubiese ocurrido.
VII
darte la mano
y desvanecerme,
¿cómo
condensar el tiempo lo suficiente
para que su paso resulte imperceptible?
el ejercicio de lo inútil.
el deseo es sinónimo de inocencia,
la cadencia cada vez menor
de tus palabras
y las mías
que no quieren
entorpecer
este silencio,
que es tuyo.
VIII
protección anti-terremotos
para las vírgenes de cerámica.
la hidrografía de la sangre
entre papel de burbujas
explotando
mientras el sol cae
tirando abajo pedazos del techo consigo.
IX
quiero guardar
los puntos que flotan entre el aire,
lejos de todo mal.
quiero trazar líneas invisibles con mis dedos
dibujar obras que solo
yo pueda interpretar
quiero
poder aniquilar con la mirada.
y
quiero
respirar
riesgo,
la raíz
de todo
placer
destruirdestruirdestruir
es tan
natural
como atesorar
lo que nos parece hermoso
¿a vos que te parece hermoso?
¿vos que quisieras destruir?