las cenizas de un libro que fueron esparcidas en un mar eterno
naufragaban incansablemente, buscando su lugar
éstas estaban exhaustas en toda forma imaginable
pero siempre decían que faltaba un poco más, solo un poco no más
los restos del alguna vez ardiente texto
onerosamente navegaban, sin hallar su tan anhelado destino
los pedacitos de papel quemado, flotaban
pero nadie pensaba en las pobres letras, que se fragmentaban con el frío
en un día que casi terminaba, de esos que eran mejor olvidar
las cenizas, nadie sabe por que, acabaron en las manos de un viejo capitán
él pacientemente las secó, y una por una, delicadamente las ordenó
las letras fueron formando palabras, y estas últimas oraciones
los minutos se hacían horas, pero al capitán no parecía importarle
finalmente, tras días y días de reescribir la historia
el libro estuvo como nuevo
los acentos, los puntos y las comas, celebraban un nuevo comienzo
todo era como una realidad ficticia, todo era como un sueño
pero el sueño, tristemente volvió a ser una pesadilla
un día la casa del capitán, tristemente ardió en llamas
y entonces las oraciones, con el fuego, se volvieron cortas palabras
poco a poco fueron volviéndose letras, y luego tomaron su forma original
las cenizas, otra vez estaban sin rumbo, varadas en el mar
oh que calvario les había venido a tocar!
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