la habitación esta vacía.
a excepción de dos espejos que yacen enfrentados.
y estos dos cristales que se contemplan cara a cara.
simbolizan la eternidad.
la importancia del movimiento por más mínimo que este sea.
y la finita percepción humana.
con su mirada centrada en su igual.
cada uno crea un reflejo del otro.
en una constante espiral.
que cada vez se hace más pequeño al aumentar las repeticiones.
y uno mismo, desde un punto de vista alejado de este constante reflejo, puede ver un final de éste.
o al menos eso quiere creer.
siempre tratamos de darle fin a los comienzos.
no soportamos la infinitud.
de idiotas nos toman los espejos, que saben que dicho final carece de existencia, y que no pertenece a esta realidad.
los reflejos siguen creando copias de si mismos.
y lo van a seguir haciendo, continuando así la perpetuidad, a no ser de que uno de los cristales no esté en posición.
ahí la incierta infinidad, se transforma en algo concreto.
permitiendo observar las paredes de distintos ángulos.
desde cualquier punto de la habitación, donde éstos espejos se ubiquen.
que lamentablemente no pueden seguir inspeccionándose el uno al otro.
siempre sumisos de la tiranía de la vil mano creadora.
pero si llegásemos a ubicarlos un poco más cerca uno del otro.
al punto de chocarse, sin que nadie que no sea ellos pueda ver lo que reflejan.
mientras se ahogan en una intimidad casi perpetua.
cada uno va a tratar de ver que se encuentra en el interior del otro.
y al ver solo repeticiones de reflejos se van a decepcionar, pero sin descontinuar su búsqueda.
pero no logran comprender que dentro de su acompañante.
se encuentran ellos
pero al buscar solo algo concreto.
no le prestan la atención necesaria a los reflejos que el otro da de él.
como la historia de amor más desdichada que una situación así puede engendrar.
dos diminutas almas ansiando encontrarse.
pero que solo al encontrarse a si mismos, se afligen.
no comprendiendo la poesía del contexto.
siendo ellos mismos, una gran parte, o la totalidad del espejo ajeno a ellos.
complementándose.
pero lastimosamente se pierden en un mar de reflejos.
que se quedan en lo rutinario, alejándose de la originalidad.
dejando un eco distante, que trata de asimilar su recuerdo, que a la vez trata de asimilar lo que eran.
distanciándose.
reflejo a reflejo.
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