viernes, 12 de septiembre de 2014

Soy mi propio espectador

desentono.
mis cuerdas vocales se pierden en su propio desvarío.
pero, no me pierdo a mi mismo.
al menos aún.
al menos por ahora.
las palabras se confunden, y lo peor es que yo se su lugar.
se forman en filas, pero ansiosamente abandonan su posición.
me desespera, saber que se dispersan, y que no aprovechan todo lo que tienen para dar.
la más bella frase es transformada tan súbitamente.
que casi eriza mi piel como uno de los peores escalofríos.
y de ella, solo queda una duda en los pensamientos de quienes la oyeron.
desentiendo.
mis ideas nadan tan lejos una de la otra, que cada una ve un horizonte distinto.
y yo naufrago a la deriva.
observo algo, solo para comprender que es.
pero lo hago por tanto tiempo que pierde todo su sentido.
veo, pero no percibo.
trato de escribir, pero mis manos se desconocen, y se vuelven a encontrar.
tan alegres están, que solo llego a trazar la línea que recorrió una de ellas en busca de la otra.
soy solo un espectador en mi propio ser.
no controlo.
no.
no me.
no me controlo.
me veo a mi mismo, desde un recóndito lugar en mi cabeza.
y me sorprendo por cada una de las cosas que hago, y que a la vez no.
y concreto así, los anhelos de lejanos ayeres, en los que deseaba desconectarme de mi mismo.
pensaba, desde la posición más ingenua, que las cosas que me afectaban, no lo iban a hacer.
y mis pequeños escapes en la música, eran solo viajes de ida y vuelta.
pero ahora parece que no pienso regresar.
soy una pequeña mente atrapada en mi mismo.
encadenada a paredes inexistentes, observando mi vida pasar.
contando el tiempo, con minúsculas lágrimas de cristal.
esperando.
y esperando.
solo para que pueda liberarme de mi mismo.

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